A lo largo de la historia, la curiosidad y necesidad de mostrar el mundo ha llevado a los artistas de la lente a desarrollar equipos cada vez más sofisticados para tener y capturar la mejor toma. Uno de los más recientes es el dron, que si bien han nacido como tecnología militar y de espionaje, encuentran cada vez más aplicaciones civiles, entre ellas, los drones fotográficos, herramientas que ofrecen visiones inesperadas que se logran a ojo de pájaro.
Estas herramientas, con su vista aérea, nos han mostrado la belleza del planeta casi inaccesible, universos desconocidos ubicados en los confines den mundo… en la Antártida: el extremo sur del planeta donde pocas voluntades llegan.
Los misterios y peligros de la Antártida han ejercido un influjo poderoso sobre aventureros no sólo del pasado. Sus hechizos han superado los océanos del tiempo e invadido el alma de algunos exploradores que no dudan en aceptar el reto que les arroja el Continente Helado. Uno de estos es el sueco Kalle Ljung, quien documentó los tenues paisajes que la Antártida cultiva y los reunió en ocho minutos de video para crear una emotiva panorámica de estas tierras.
El material que da vida a Antartica fue registrado durante un viaje de 20 días que Ljung realizó en 2014, cuando partió de Ushuaia, en Argentina, hacia Puerto Williams, en Chile, y de ahí, tras rodear Cabo de Hornos, penetró la isla Melchor, ya en la Antártida.