En 1979 tuvo lugar un acontecimiento que dejaría huella en la cinematografía mundial, la película de Tinto Brass, “Calígula”, se estrenaba bajo la dura crítica de la prensa especializada. La cinta es un drama histórico sobre el ascenso y caída del Emperador romano que le da nombre a la misma. El filme es explícito, muestra escenas de sexo y violencia sin ningún tipo de restricción.Los críticos la describieron como sucia y sin fundamentos, incluso afirmaron que era un pretexto del director y guionista para hacer una película que satisficiera sus más bajos deseos, así como los de sus promiscuos actores, entre los que se encontraban Malcolm McDowell, Helen Mirren y Peter O’Toole. Fueron incluso acusados de desperdiciar el presupuesto en sus deseos carnales y de ocuparse en crear un producto sin fondo ni forma. Ante tales acusaciones y con la poca aceptación de los especialistas, el guionista se sumó a las críticas negativas renegando de su propia creación; hecho que terminó por sepultarla.
Nada pudo salvar la cinta de ser considerada un desastre, pero… ¿qué tanto acertó la crítica? Si bien es cierto que muestra escenas fuertes para la época y un argumento en el que incluso hacen de la perversión un punto digno de rubor, no es razón para que predominara el juicio moral de los periodistas, quienes no hicieron un análisis que permitiera que la cinta fuera vista diferente y como debía ser, desde puntos técnicos, de escritura y montaje, entre otros.Conforme el tiempo pasó, la crítica (o la mayoría de ésta) se ha convertido en una disciplina más objetiva que califica las películas tomando en cuenta todo lo que engloba la producción de un filme. La manera más efectiva es siguiendo los pasos que a continuación presentamos y que sirven para crear un esquema con el que poco a poco vamos descifrando qué tan buena o mala puede ser una película.
https://www.youtube.com/watch?v=16oTlXL5E0c
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Contextualizar la película
No podemos hablar de una cinta que se estrenó en 1990 de la misma manera que una estrenada en 2015. Cada película surge en un tiempo y un espacio, por lo que hay que entender en qué periodo nació y cómo fue contemplada, y por supuesto, por qué fue rechazada o aplaudida.
Es decir, entendemos que “Calígula” fuera tan señalada en los 70 ya que, aunque la moral era más libertina, la sexualidad y violencia seguían siendo un tabú. El pudor aún se apoderaba de los espectadores. En cambio, en la actualidad tenemos películas como “Nymphomaniac”, con contenido más violento y escenas de sexo muy gráficas. Sin embargo, fue exhibida con clasificación C y ahora se encuentra disponible para todos en Netflix. Estamos en una era en la que el sexo ya no incomoda, es algo que se disfruta.
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¿El guión tiene plot-holes?
Al ver cualquier película hay que detectar el principio, el desarrollo, el clímax y el desenlace como en cualquier tipo de historia. La mayoría los tiene, pero están aquéllas que dejan un vacío dentro del desarrollo, lo que genera huecos en el guión; esto no permite que la película avance con naturalidad y que se noten ciertos espacios narrativos que le quitan sentido.
En “Sexto Sentido” entendemos que al final, el psiquiatra que encarna Bruce Willis, se da cuenta de que está muerto ya que hace un recuento de escenas donde nadie cruza palabra con él, a veces pareciera que pasa desapercibido y únicamente el niño puede tener contacto con él. Sin embargo, nos preguntamos “¿cómo es que le asignaron ese doctor al niño si nadie lo ve?” O “¿a dónde va el niño a tomar la terapia si el doctor está muerto?”, una explicación al respecto habría complementando la película.
https://www.youtube.com/watch?v=00jnKiyUN7k
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Hacia dónde y cómo se dirige la historia
Debe haber un hilo conductor que dentro la película dé la sensación de que vimos algo realmente completo, con un principio y un final y que cada punto ahí descrito se cumplió a pie de la letra. Desde el principio se puede marcar esta dirección, aunque conforme vaya avanzando la película es como se irá viendo el verdadero desarrollo y la forma del mismo.
Existen películas que tienen todo el camino trazado pero se va presentado de manera gradual según va avanzando el filme. Por ejemplo, en el caso de “10 cosas que odio de ti” sabemos que al final se van a quedar juntos los personajes principales; sin embargo, la manera en que se van dando las acciones es lo que llamó la atención de los espectadores; la rudeza de la chica, la persistencia de él aunque ya no tenía la necesidad y los detalles que tiene a pesar de ser un chico malo causaron conmoción. Al finalizar entendemos que el amor sí puede triunfar y aunque no sabemos por cuánto tiempo, el momento en que se abrazan y besan es lo que perdura en nuestra mente. En cambio, en “Avengers” sabemos desde el principio que aunque se niegan, estarán todos los superhéroes en el mismo equipo y posteriormente, aunque se separan por azares del destino, también tenemos claro que regresarán. Las tramas predecibles pueden dar un giro aparentemente inesperado, aunque al final nos lleve a lo mismo; no obstante, pocas logran hacerlo.
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El presupuesto
Más que exigir que un filme tenga más o menos presupuesto, los realizadores deben tratar de explotar el dinero asignado de modo que sus expectativas se cumplan siendo conscientes de los gastos comunes de una producción cinematográfica. Cada productor debe tratar de conseguir lo necesario, pero no siempre es un buen momento para los patrocinadores y compañías que ayudan a la producción de películas. El presupuesto debe ser incluyente y justo para todos los departamentos y demostrar que una historia, por muy sencilla que parezca, puede convertirse en una obra maestra.
“Easy Rider” fue de la películas con menos presupuesto en la historia del cine. Con sólo 360 mil dólares, lograron crear un historia que conjuga todo: romance, misterio, drogas, sexo, libertad y espíritu adolescente. Todo contado en escenas clásicas con actores de primer nivel que no requirieron de muchos diálogos para lograr expresar el mensaje que exigía el filme. En cambio, grandes producciones como “Avatar” recibieron una gran cantidad de dinero para realizarse: 237 millones de dólares, y aunque el departamento de arte, el de efectos e incluso el actoral salvan la película, la historia deja mucho que desear, ya que es típica y hasta repetitiva. Los guionistas tejieron una trama predecible y nada innovadora, lo que nos hace pensar que se puso suficiente capital para todo, salvo para las mentes creadoras.
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Lo visual
No basta con presentar una película cuya historia sea cautivante y enigmática. Las escenas deben ser sumamente cuidadas en el campo visual; nos referimos a que la composición fotográfica, los colores, el arte, la dirección y las actuaciones deben verse reflejadas en pantalla de manera que se genere una armonía ante los ojos del espectador.
“El Francotirador”, de Clint Eastwood, resultó tener una historia convencional, pero visualmente se quedó muy por detrás de otra producciones bélicas como “The Hurt Locker”, ya que la dirección de cámaras no fue precisamente la más indicada, tampoco hubo una dirección de arte apropiada puesto que la utilería era demasiado obvia y sencilla, y en cuanto a la gama de colores utilizada, fue tan convencional que no sorprende y, en ocasiones, ni siquiera te mantiene dentro de la trama. En cambio, la cinta de Kathryn Bigelow es mucho más cambiante en casi todos los aspectos, incluso en la fotografía logra superioridad.
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Elementos
La música, las referencias a otras películas y a la cultura en general, así como ciertos detalles propios del filme son tan importantes que incluso son los que se quedan en la memoria colectiva. A veces, lo que recordamos son pequeñas frases o referencias sutiles más que la historia en sí.
“Star Wars” es recordada por cada personaje y sus frases o acciones específicas como «Soy tu padre» o «Te amo», pero también lo es por el vestuario, los escenarios y la historia que se entreteje. Contrario a lo que sucede con filmes que pasaron desapercibidos por no contener ningún tipo de elemento que se reconociera ni que fuera parte fundamental de la trama como en el caso de “Warcraft”, la cual no tuvo éxito debido a la falta de alguna frase, canción o un momento específico dignos de relevancia, a pesar de tener una buena historia detrás.
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Así, podemos entender por qué las películas son o no trascendentes. Pero al momento de emitir una crítica, debemos tener en mente que todo lo que hemos visto a lo largo de nuestra vida influirá en la manera en que vemos otros productos. De modo que sólo hay que tratar de aislar el bagaje cultural que poseemos para poder llevar a cabo una crítica lo más objetiva posible, aunque sabemos que la subjetividad se asomará de vez en cuando. Todas las películas tienen su mérito por haber sido realizadas, siempre es un reto crear productos audiovisuales, pero si su calidad es alta, podemos decir que estamos frente a una película de gran valor.
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Fuente
Huffington Post
IMDB