Quizás nunca se haya hablado tanto de Guillermo del Toro como en estos días en los que parece que medio mundo ha caído rendido ante sus pies debido a su más reciente creación, titulada The Shape of Water. La cinta se ha colocado rápidamente entre el gusto del público que goza de los cuentos fantásticos gracias a su impecable fotografía y su halo romántico, algo que no se ve todos los días en una producción de Del Toro, puesto que antes apostaba más a lo siniestro en lugar de lo sentimental.
The Shape of Water definitivamente no es lo mejor del director jalisciense, que tiene en su haber verdaderas obras maestras como Cronos, Mimic, El espinazo del diablo o la magnífica Pan´s Labyrinth, auténticas muestras de la grandiosa imaginación del mexicano para construir relatos originales, oscuros y aterradores sin dejar atrás el lado poético. Su más reciente producción carece de lo anterior para convertirse en un relato cursi, hasta cierto punto insulso y destinado a generar suspiros mediante clichés que dejan extrañado al espectador que ha seguido la trayectoria de uno de los grandes cineastas de su generación.
Sospecho que el motivo tal vez se deba (repito para dejarlo claro: sospecho) a que Del Toro no ha obtenido su relato directamente de su creatividad, sino que ha tomado prestados recursos de otra obra. En los últimos días ha salido a relucir a través de otros medios alrededor del mundo la noticia de que The Shape of Water es casi idéntica al cortometraje holandés The Space Between Us (2015) de Marc S. Nollkaemper.
Ve el material y juzga por ti mismo:
Las similitudes entre ambos materiales van más allá de ciertos detalles parecidos para transformarse en algo de verdad sospechoso: ambas creaciones cuentan la historia de una empleada de limpieza en un enorme complejo científico que es testigo de la presencia de un monstruo acuático con el que rápidamente ejerce un vínculo de afecto. El cortometraje holandés se sitúa en un futuro en el que tras algún atentado nuclear el aire se ha vuelto irrespirable, mientras que la historia de Del Toro es en medio de la Guerra Fría que enfrentó a los Estados Unidos con la Unión Soviética.
La estética oscura del material original se parece más a lo que uno esperaría de aquel Guillermo del Toro amante de lo siniestro en lugar de la fotografía tan cuidada y bonita que ha elegido para The Shape of Water. Igualmente, las criaturas son de un enorme parecido físico, aunque el mayor presupuesto de la obra del mexicano le permitió hacer un personaje mucho mejor diseñado y que toma como referencia absoluta a aquel mítico monstruo de la cinta The Creature of the Black Lagoon. Por su parte, el de The Space Between Us te recordará en gran medida a los personajes de la cinta Avatar. Con todo y ello, los parecidos son muy obvios y a nadie se le podrá escapar el detalle.
El final de ambas cintas, aunque con ciertas diferencias de estilo y simbolismo, hacen alusión a un mismo concepto de amor, compañía más allá de una aparente muerte y la redención de las almas. Hasta que Guillermo del Toro no se pronuncie ante las acusaciones y sospechas que han recaído en su contra nadie puede afirmar que su obra se trate de un plagio. Un hombre con su imaginación e inteligencia no tendría por qué cometer un acto de esa magnitud cuando ha probado en tantas ocasiones ser una de las mentes más maravillosas que ha dado el cine en sus historia.
Lo que sí es un hecho es que su más reciente cinta está lejos de ser una de sus mejores y que se trata de un producto al que la publicidad y la mercadotecnia le han hecho un enorme favor. Está repleta de clichés raciales, tiene un argumento demasiado básico y es pretenciosa por todos lados; sin embargo, también tiene puntos fuertes a los que nadie puede quitarle méritos, como el esmerado cuidado visual del que goza. The Shape of Water es lo más alejado a aquel Del Toro que muchos comenzamos a echar de menos.
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