Intensa-Mente, dirigida por Pete Docter y Ronnie del Carmen, sorprendió y gusto tanto a adultos como a niños por su buen discurso. Dirigida a niños de 46 años, como comenta Docter, es una cinta llena de referencias psicológicas pero sobre todo emocionales; gran parte de la audiencia estuvo por derramar una lágrima –o lo hizo- en algún momento del filme. Es una película que deja un gran mensaje: nos enseña que la tristeza es fundamental en nuestra vida, pues sin ella nos sería imposibles ser felices.
El caos y el mundo que se desmorona se observa de manera literal en este filme de Pixar. Una niña cuyo mundo se quiebra al pasar por una situación difícil nos muestra todo lo que ocurre dentro de la mente de los individuos. Ahora es más fácil comprender por qué a veces nos sentimos tan mal, queremos llorar “sin razón aparente” y otras sentimos que todo nuestro mundo se viene abajo cuando las cosas se salen de control. Intensa-Mente es una película animada que logra captar el proceso por el cual todo ser humano pasa y que nos hace ser tan complejos. Además lo hace de maravilla. El ingenio del poder creativo de la compañía de animación queda claro con este filme aclamado por la crítica y audiencia. Es una cinta que logra atrapar a todo adulto porque nos recuerda lo frágiles que somos, lo sensibles aunque lo escondamos y lo confusa que puede estar nuestra mente; lugar en el que todo se forma, en donde se toman las decisiones más importantes, las que más nos emocionan pero también las que más nos duelen. Es nuestra mente un lugar de misterio que guarda cosas que incluso nosotros mismos ignoramos, pero que tarde o temprano salen del rincón más olvidado.
El éxito de Intensa-Mente no se debe sólo a la historia, las excelentes animaciones, sino a lo divertida y triste que puede ser al mismo tiempo. Llega a lo más profundo de su audiencia; es el claro ejemplo de un filme que supo conectar con su espectador. Que no sólo lo entretuvo sino que lo hizo sentir y recordar; conocer más sobre sí mismo e incluso quererse. Porque cuando la vimos en realidad no sufrimos porque Bing Bong, el amigo imaginario de Riley, desapareciera, sino porque nosotros borramos al nuestro; no nos emocionamos porque la isla de la familia girara, sino porque recordamos que la nuestra es especial; porque no quisimos llorar cuando todo el mundo de Riley se desmoronaba, sino porque recordamos que el nuestro se estaba cayendo; y porque no nos emocionamos de ver su mundo estable, sino porque nos dio esperanza de que el nuestro también puede ser salvado.
Para conocer más sobre la película que logró llegar a tu mente, pero sobre todo a tu corazón, te damos algunos datos importantes que harán que ames este filme aún más, y si no te gustó, probablemente puedas admirar el ingenio de sus creadores para poner en escena un proceso tan complejo como es el que sucede en nuestra mente.
La cinta está basada en la experiencia del director del filme Pete Docter , quien vio los cambios drásticos por los que pasó su hija de la niñez a la adolescencia. ¿Qué es lo que pasa por nuestra mente a esa edad? Fue la pregunta que lo inspiró. La hija de Docter es la mima niña que también inspiró a Boo de Monsters Inc. y Ellie (de niña) en Up.
También se ha encontrado una estrecha relación entre Intensa-Mente y la serie de televisión Herman’s Head que trataba de un hombre que trabajaba para una revista y en la que cuatro personajes de su mente discutían sobre lo que ocurría.
Para llevar a cabo la historia se utilizaron 128 mil paneles de storyboards.
Las animaciones fueron creadas por un grupo de 45 personas (aproximadamente la mitad en comparación a otras cintas de Pixar), quienes trabajaron durante un año y medio para completar el filme. En promedio, a cada animador le llevó una semana completar tres segundos de animación.
En total se estima que todo el proceso del filme tardó en completarse cuatro años.
Cada segundo en pantalla costó 30 mil dólares producirlo.
En un inicio se consideró que fueran 27 las emociones de Riley, sin embargo eran demasiadas lo que complicaría la historia. Después se pensó en tomar seis, las cuales, según muchos psicólogos, eran las básicas y de las que se podían mezclar para que surgieran otras. Sin embargo se descartó la sexta: sorpresa, porque no iba tan bien con la historia. Entre las otras que se descartaron estaban orgullo y confianza. Así fue que quedaron cinco.
Los personajes que habitan en la mente de Riley fueron cuidadosamente pensados. Los colores y formas tienen una razón de ser:
Alegría tiene la forma de una estrella, una que siempre brilla.
Tristeza tiene la forma de una lágrima, una que cae y está cerca del piso.
Furia tiene la forma de un ladrillo; es fuerte y golpea. Aunque también está basado en un volcán, y cuando se enoja explota como éste.
Miedo tiene la forma de un nervio; tenso en todo momento.
Desagrado tiene la forma de un brócoli, alimento difícil y que no es para todos.
Alegría es el único personaje que tiene más de un color, además cuando brilla, en algunas ocasiones, deja ver una luz azul a su alrededor; una especie de aura que tiene relación con el mensaje final de la cinta: toda alegría necesita tristeza.
Para representar la energía de las emociones, su cuerpo está formado por partículas de energía. Este efecto tardó ocho meses en desarrollarse y sólo estaba pensado para Alegría. Pero el efecto era tan bueno que el John Lasseter, director creativo de Pixar, dijo que todas las emociones debían tenerlo (a pesar del alto costo).
En las esferas de los recuerdos de Riley se pueden ver otras escenas de las películas de Pixar. Ejemplo de ello es una escena de Carl y Ellie de la cinta Up.
Para mostrar el enojo de Riley y transmitirlo al espectador, los realizadores optaron por desenfocar un poco la lente de la cámara.
La flor de Bing Bong, personaje imaginario, que lleva en el saco representa los colores de las emociones. Cada pétalo es una emoción distinta. El naranja sobra porque representaba la sexta emoción que se eliminó: sorpresa.
El periódico que lee Furia se llama The Mind Reader y los encabezados tienen relación sobre lo que sucede con Riley, como por ejemplo “Riley deja el Hockey”.
Los sueños que tiene el papá de Riley fueron seleccionados dependiendo el país en donde se proyectó el filme. En algunos se veía un partido de hockey y en otros de fútbol.
Cuando Tristeza y Alegría caminan en Imaginalandia se observa un juego que se llena Find Me!, en referencia a Buscando a Nemo, además se ve otro que dice Dinosaur World, relacionado con el filme a estrena de Pixar: Un Gran Dinosaurio.
Los padres de Riley tienen las mismas emociones que ella, pero en el caso de la madre las lidera Tristeza y en su padre Furia. Esto tiene que ver con la emoción que destaca frente a las otras y que con el tiempo están más presentes en una persona, aunque a diferencia de las de Riley ya son más equilibradas.
Para mostrar que una persona es más compleja conforme crece, la consola que manejan las emociones de Riley es más grande según ella crece.
La isla de las bobadas es la primera en caer, lo que sucede con todos cuando crecemos.
Como en un gran número de películas de Pixar, aparece el código A113 en el aula de clase y más tarde en una pared de un edificio pintado como un graffiti cuando Riley huye de casa. Este código representa el aula de California Institute of the Arts, de donde han salido muchos animadores de Pixar.
Entre otras referencias a películas de Pixar se observa cuando Riley es pequeña la clásica pelota amarilla y de la estrella roja (Luxo Jr, 1986), una revista de cocina en la que aparece Colette de Ratatouille, y en la carretera los pájaros sobre un cable del cortometraje Vuelo de Pájaros.
Originalmente se pensó que quienes se perdían eran Alegría y Temor, pero esto no convenció del todo a Docter. Confundido y preocupado de que fuera despedido, se dio cuenta de la tristeza que lo invadió. Así llegó a la conclusión de que las emociones unen a las personas. Entonces reemplazó a Temor por Tristeza. Una buena decisión porque, qué sería de Intensa-Mente sin ese final tan emotivo. No puede existir la alegría sin la tristeza.
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