Si crecieron entre la generación de finales de los 80 y principios de los 90, seguro recordarán haber visto, al menos una vez, uno de los bloques de animación más famosos de la historia de Disney, en el que se encontraba la hoy clásica serie de aventuras que involucraba la familia del legendario pato Donald, Ducktales, cuyo trío de hermanos Huey, Dewey y Louie junto al millonario Scrooge McDuck viajaban alrededor del mundo en búsqueda de tierras perdidas y exóticos lugares para desenterrar tesoros.
Esta programa podría decirse que sentó mucha de las bases para las series de animación de aventuras, sirvió como prototipo para la mayoría del contenido original subsecuente para Disney Channel; además es casi imposible sacarse de la cabeza su canción principal. Simplemente es un producto de su época, memorable y divertido que siempre será recordado con cariño por una generación. En definitiva, Ducktales tiene un extenso legado por el cual sentirse orgulloso y encima un trasfondo histórico fascinante que no sólo incluye a la serie, sino a la extensa mitología detrás de los personajes clásicos de Walt Disney en sus primeros cortos animados y una cantidad innumerables de aventuras en formato cómic.
Por esas razones, no fue de extrañar que el canal aprovechara para revivir el nombre de la franquicia este año y adaptarlo a una audiencia más contemporánea, un poco para llenar el espacio vacío que dejó Gravity Falls tras su final y, quizá, ganar interés masivo al jugar a lo seguro, como tomar los mismos personajes y con concepto que décadas atrás resultó ser uno de sus más grandes éxitos dentro del formato televisivo.
Como siempre ocurre con este tipo de noticias es inevitable tener ciertas reservaciones, en especial para los más escépticos y fanáticos más aguerridos al ver cómo esta popular moda de jugar con la nostalgia de las masas puede resultar en un fracaso; sin embargo, poco a poco el material que se presentó en su promoción y se expuso en su totalidad en la D23 dejó claro quiénes están a cargo de desarrollar la nueva serie.
Lo cierto es que es injusto querer comparar la nueva versión con su predecesora, sobre todo si tomamos en consideración que aunque a ambos podríamos llamarlos productos atemporales, es fácil discernir sus carencias o defectos debido al periodo en que fueron creados. Pero si de algo no hay duda es de cómo esta nueva encarnación pretende superar o al menos mantener los estándares de calidad esperados para una serie de animación en la actualidad.
Para empezar, el episodio piloto es perfecto en muchos niveles, no sólo los personajes fueron rediseñados, sino que se les añadieron nuevos matices dentro de sus personalidades y los hacen aún más interesantes de ver en conflictos humanos. Es decir, la serie enfatiza en el hecho de que los protagonistas forman parte de una familia, que a pesar de tener sus diferencias se mantiene unida a toda costa para superar cualquier inconveniente.
Uno de los principales cambios es que ahora el personaje de Donald forma parte del elenco principal y, por lo visto, tendrá un rol más importante como tutor legal de los tres sobrinos; además de ser un enlace entre ellos y su tío multimillonario, sirve como un balance entre sus personalidades. Mientras Scrooge es una máquina de ambición, Donald es la representación de la búsqueda por la estabilidad familiar y lo más cercano a la normalidad, con la intención de omitir su pasado más osado y aventurero.
El pato más famoso por sus rabietas y muy limitada paciencia, aunque conserva estos rasgos que lo caracterizan, también resulta ser una efectiva figura paterna, pero sobreprotectora que niega constantemente el concepto de la serie al querer evitar a toda costa que sus sobrinos se vuelvan aventureros junto a su tío, a pesar de que revelarse es una práctica común para los miembros de la familia.
Por primera vez Huey, Dewey y Louie poseen personalidades claramente identificables y únicas por separado, en vez de ser sólo un trío de personajes revoltosos y caóticos con una única voz representativa casi siempre en unísono, pues cada uno sigue un lineamiento acorde a los arquetipos familiares. Huey parece ser el hermano mayor responsable y precavido; Dewey, el del medio, tiene un complejo por querer destacarse de sus hermanos ante la figura de autoridad y admiración que representa Scrooge y Louie, como el menor que espera vivir una vida fácil carente de reglas acosta de los otros.
Pero quien resulta ser el más entretenido y entrañable de toda la pandilla es Weeby, un personaje secundario en la serie anterior que cumplía con el rol genérico de ser el único personaje femenino dentro del grupo de amigos. Ahora, es un personaje diferente con cualidades positivas que la hacen destacar del grupo y defectos para socializar en situaciones cotidianas con los que tendrá que lidiar, puede que guarde cierto parecido con Mabel de Gravity Falls por su extravagancia, torpeza y atributos adorables, pero, al mismo tiempo, se puede hacer una línea que permita mantener las distancias.
En los primeros minutos vemos cómo cada personaje se nos presenta de forma efectiva, tanto Donald y los trillizos como Scrooge que experimentan vidas separadas, tranquilas y aburridas, carentes de la gloria que los caracterizaba en el pasado, y ahora cada uno lleva una existencia monótona, alejada de la fama o la aventura a la que estábamos acostumbrados a verlos.
Este es el primer gancho que hacen los guionistas para lograr que nos interesemos por la trama y conectemos con los personajes; saben cómo extrapolar y renovar a viejos protagonistas comúnmente asociados con situaciones extremas ahora en tareas rutinarias, pero que guardan en su interior un constante deseo y anhelo de lograr cosas más grandes, superar nuevos retos y descubrir qué hay más allá para ellos en el mundo.
La unión entre los tres sobrinos y Scrooge es lo que se convierte en un motor de acción para comenzar la aventura, refuerza la idea de que la unión familiar es el principio que permite que toda la acción se desencadene, el viejo millonario se ve ahora motivado a revivir sus días pasados en búsqueda de grandes tesoros e imposibles expediciones arqueológicas, acompañado de nuevos e inusuales aliados: unos niños a los que nunca se había tomado la molestia de conocer. El resto es diversión pura.
La serie cumple con su promesa de mantener una propuesta fresca para nuevos espectadores y sacar a relucir misterios nunca antes discutidos sobre la familia, para así elevar la expectativa de los fanáticos amantes del material clásico y presentar una reinvención de muchos conceptos y personajes antiguos, pero con el fin de mantener la esencia original.
https://www.youtube.com/watch?v=uK3TI5PGPyI
Además se nutre de todas las fuentes de inspiración disponibles que sirvan para enriquecer tanto su estilo visual como para dar crecimiento a su mitología, toma elementos de los cómics de Don Rosa que sirvieron de inspiración para la serie original, y hace constantemente guiños a épocas y reiteraciones pasadas. Si prestamos atención al diseño de los personajes, la introducción musical y los fondos podemos observar un homenaje directo al estilo cartoon, pero con la intención de emular al cómic americano clásico.
Series como esta son una prueba de que la animación no es un territorio que sólo disfrutan niños, y mucho menos por ello considerarse como material de entretenimiento al que hay que ser indiferente; es palpable el enorme esfuerzo que existe detrás para desarrollar episodios cada vez mejores, está en una constante búsqueda por dejar una huella en la historia de la televisión y una muestra inconfundible de ingenio digno de ser admirado, así como también por ser visto.
**
Muchos fanáticos de las caricaturas animadas consideran que estas 10 deberían volver con nuevos capítulo, ¿a ti qué te parece?
