El 27 de noviembre de 1920 aún en tiempos del cine mudo, se lanzó la primera película que presentaba a un “superhéroe” como protagonista. “The Mark of Zorro” se basó en una historia de Johnston McCulley quien ideó a ese individuo enmascarado que peleaba por el bien. Han pasado casi 100 años y la lista de este tipo de filmes ahora sobrepasa ese mismo número. Las pequeñas compañías que dibujaban aventuras intrépidas y en extremo sencillas ahora son enormes monstruos que quizá están cerca de una inminente desaparición. ¿La causa? Ellos mismos.
Es importante destacar la historia de los cómics o, de forma más específica, el trasfondo de DC y Marvel. Ambas están en constante competencia pero también sufrieron juntas algunas épocas en las que se enfrentaron a una posible extinción. Esos periodos ayudan a identificar las distintas eras que ha pasado la expresión artística. Se le considera la Época de Oro a los años en los que nació Batman, Superman, Capitán América y Mujer Maravilla pues así se definió el arquetipo del superhéroe. Esto fue desde fines de los 30 hasta inicios de los 50.
Las historias de dichos periodos eran completamente inocentes y apoyaban al ideal del “sueño americano”. La Época de Plata, que duró hasta los 70 comenzó a integrar temas de horror, romance y adolescencia, pero estuvo delimitada por un estricto control editorial pues se pensaba que los cómics influían a los jóvenes delincuentes. Escritores como Stan Lee y Jack Kirby, quienes crearon la mayoría de los héroes más conocidos de Marvel, fueron algunos de los nombres que figuraban como corruptores de la sociedad.
Las siguientes dos eras (Bronce y Moderna) se liberaron de cualquier tipo de censura y comenzaron a crear historias más complejas, incluso llevando a los personajes más representativos a historias para adultos, como el caso de “The Killing Joke”, de Batman. Esta narrativa fue la más importante porque estableció que los héroes no eran completamente invencibles, además de que impulsó un análisis más profundo de su personalidad.
La época de Bronce abrió la posibilidad de transpolar mejor al cine a los superhéroes (además de que los efectos especiales cada vez aumentaban de calidad). La primera cinta de verdad exitosa y que incluso influyó en la personalidad del héroe en el cómic fue “Batman” de Tim Burton. A pesar de que se alejó de muchas reglas establecidas en el universo original, resultó llamar la atención de nuevo a un personaje representativo de la historia de la cultura popular. Ya no era el ridículo Adam West en los sesentas, se trataba de un lado oscuro y fresco que mostró que era posible hacer una excelente película de este tipo.
A fines de esa década, 20th Century Fox notó el panorama y decidió comprar “X-Men” de Marvel. A los pocos años Sony advirtió lo mismo y adquirió “Spider Man” cambiando por completo el juego. El arácnido causó un fuerte impacto y Batman tuvo un nuevo inicio en 2005 gracias a Christopher Nolan, quién definió por primera vez una oscuridad más siniestra.
Hasta ese momento el boom de estas películas era inminente y todos parecían posicionar sus piezas. Fox terminó su primera trilogía y estaban en espera de algo más; Sony finalizó “Spider-Man 3” y “The Dark Knight” de Nolan cambió la percepción de los personajes una vez más. En 2008 inició la apuesta de Marvel de superhéroes en solitario con “Iron Man”.
Hasta el momento, Marvel ha lanzado 13 películas de su universo. DC apenas cuenta con tres sin mencionar los Batman previos a Ben Affleck. Sony desistió de la pelea al ver fracasar su segunda franquicia de Spider Man y le devolvió los derechos a Marvel. Fox aún lucha con X-Men y Deadpool, pero sus apuestas se acaban, ya que no quedan muchos mutantes que puedan utilizar.
¿Y luego? Estamos en un punto en el que las personas ya ni siquiera retienen información de cada una de las películas. En poco tiempo se estrenará Doctor Strange que claramente va dirigida a un público intelectual (que es el único que falta por dominar a Marvel) y con él, la “tercera fase” de su universo. DC no ha recibido críticas universales positivas durante estos pocos años, y Fox apenas se salva por apostar por actores de calidad y tratar de cuidar la franquicia (aunque están fracasando).
En una entrevista Steven Spielberg comparó las películas de superhéroes y los westerns que solían dominar las pantallas en los 50 y hasta los 80. “Presenciamos la muerte del western y habrá un tiempo en el que las películas de superhéroes tomarán el mismo camino. No significa que no habrá ocasión en la que ambas vuelvan”.
El director hizo una excelente observación. Las formas deben mutar o cambiar. El western pudo haber desaparecido, pero también evolucionó en películas como “Star Wars” o “Indiana Jones”. El problema con las cintas de superhéroes no es seguro que puedan regresar. Tomemos el ejemplo de los villanos que ha presentado Marvel en el cine, sólo hay uno “reconocible”: Loki. A excepción de él, los demás son considerados “villanos reciclables”, todos son iguales y serán vencidos al final.
¿Qué pasará cuando los héroes se reciclen y ya ninguno sea memorable? Este año Marvel comenzó ese juego. Presentó a Black Panther, Scarlet Witch y Doctor Strange. Héroes que no se encuentran en el mainstream y que hasta el momento no han tenido un brillo que los identifique. Son completamente desechables y forman parte de una lista enorme que podrían repasar una y otra vez a menos que el público comience a exigir productos de calidad, no sólo “el siguiente héroe sensación”.
Y digamos que muere el negocio de Marvel. Imaginemos que deben regresar a los ingresos de sus cómics. Se encontrarán con que los X-Men agonizan porque si siguen existiendo o si crean más, le están “regalando” nuevos personajes a Fox, así que optan por reducirlos y quitarle referencias de los cómics a los fanáticos de los héroes. Asimismo, le presta mayor atención a los personajes que tienen una versión en pantalla, para llamar a más público, reduciendo la luz de otros superhéroes que podrían tener un futuro en pantalla.
En el caso de DC, optan por comprar cómics de otras compañías “hermanas”, como Vértigo y Dark Horse Comics, que desarrollan nuevas historias originales y contundentes. DC busca integrar varios de esos universos al suyo para crear más posibilidades, apostando simplemente a la implementación de personajes reconocidos y no a la lógica o a la calidad de la historia que se pudo mantener de forma original.
Las apuestas de DC y Marvel serán un fracaso, primero por el hecho de que DC no ha recibido buenas reseñas y porque la trilogía de Capitán América es la única que se mantiene tratando con temas psicológicos, pero no es eso. Explotan sus recursos y ponen en riesgo toda la evolución que se vio durante más de 75 años de la historia de los cómics.
El arte no nace por obligación externa. La forma en la que planean sus lanzamientos es: “Escogemos al héroe X” y de ahí alguien se encarga en escribir un guión con una fecha límite. Si ese escrito pasa, ya no hay vuelta atrás, por lo que cada elemento, así sea útil o no, se convierte en parte de un universo en general. Pero no sólo es culpa de las industrias.
Los fanáticos tienen la misma responsabilidad y continúan alabando obras mediocres porque los directores y escritores les dan “lo que quieren” pero de una forma incorrecta. No puedo decir que las películas de superhéroes morirán en los próximos años por lo que Einstein señaló sobre la estupidez humana: es infinita. Pero tampoco puedo asegurar que durarán mucho tiempo o que la gente seguirá disfrutándolas.
La industria está sufriendo una implosión y el género no es el culpable. Tenemos cintas como “Scott Pilgrim vs The World”, “Chronicle”, “Defendor” y “Watchmen” que son prueba de que se pueden hacer buenas adaptaciones y creaciones originales usando un concepto que existe desde hace más de 100 años. Se han hecho historias interesantes, en especial por parte de Marvel y aún así, en su afán de ser eternos, podrían destruir todo.
Ya no existe una obra finalizada… buscan la eternidad.
Pero, puedo preguntarme ¿de verdad quiero seguir viendo esta fórmula durante otros 10 años?
Es hora de pasar a otra cosa.