Los británicos llegaron a Bergen-Belsen, un hermoso pueblo en la campiña alemana, donde las granjas decoraban el horizonte y describían una región que bendecía a sus habitantes con el regalo de la Tierra. Sin embargo, el pueblo tenía un peculiar y pesado olor, mismo que incrementaba conforme los soldados se acercaban a un extraño terreno con torres de vigilancia y alambre de púas. El olor se acompañó de imágenes que perturbaron la mente de los soldados que creyeron haberlo visto todo. Cientos de cadáveres apilados por todo el campo, cadáveres que portaban uniformes a rayas y con la piel casi pegada al cuerpo.
El resto de los vivos, de moribundos y enfermos se apilaban en las rejas, clamando agua, comida, abrigo. Seres cuya humanidad fue raptada, y que se amontonaban en las puertas, ansiando salir de esa prisión y dirigirse a los bosques cercanos. Seres inciertos ante la extraña libertad que se les presentó, y con dudas por un futuro que había perdido cualquier rayo de esperanza. La Humanidad había perdido la batalla contra sí misma, aunque como suele ocurrir en la historia, la inquebrantable voluntad del ser se impondría.
La noticia retumbó en Londres, donde el seno del gobierno británico decidió utilizar las grabaciones de un corresponsal del ejército presente en la liberación para dirigir un documental que evidenciara las atrocidades nazis. Rápidamente, se dispuso que Sidney Bernstein produjera el documental, quien a su vez invitó al director estadounidense Alfred Hitchcock para que revisara la estructura de la pieza cinematográfica. Hitchcock aceptó, viajó a Europa, donde aprobó el uso de las escenas de la liberación de Bergen-Belsen, y el de otros campos como Auschwitz y Majdanek, para lo que se utilizaron cintas de los aliados soviéticos. Se sabe que Hitchcock sugirió que el documental mostrara escenas de Auschwitz, en las cuales aparecerían las pilas de cabello, anillos de compromiso, espectáculos y cepillos de dientes a través de paneos y long-shots para mantener la credibilidad del filme. Aunado al hecho de que la visita de los ciudadanos alemanes era clave para evitar que la crítica argumentara que había sido un documental construido en la ficción. Aunque se buscó pagarle al gran autor cinematográfico por su trabajo, éste se negó rotundamente.
El documental fue producido, filmado y post-producido, aunque nunca se expuso de manera pública, pues el final de la guerra trajo consigo cambios en la diplomacia internacional. El propio gobierno británico encontraba problemas con la comunidad judía, quien en un exacerbado sionismo pedía la aprobación británica para la creación de un Estado judío en el mandato británico en Palestina. Además, los aliados acordaron no difundir el documental en aras de no entorpecer la reconstrucción de la sociedad alemana, quien podría enfrentar una gran catarsis con la publicación del documental. Ante tal situación, la cinta se guardó en los archivos secretos del gobierno británico.
A pesar del hermetismo aliado respecto al documental, éste sirvió como evidencia durante los Juicios de Nüremberg, y en 2014, el director Andre Singer presentó un filme documental que detalla la producción del documental de 1945 e incluye 12 minutos de los 75 originales de aquella pieza histórica.
Night will fall, difundida en Reino Unido en 2014, recibe su nombre por un diálogo en el documental en el que se escucha “Unless the world learns the lesson these pictures teach, night will fall”. El filme empieza con la liberación del campo de Bergen-Belsen, y se aprecia a los prisioneros del campo, así como a los civiles y militares alemanes sobrevivientes que fueron forzados a trabajar en la limpieza del campo. Se muestran también entrevistas con sobrevivientes, entre los que está Branko Lustig, quien años después sería el productor de The Schindler List. Lustig recuerda el momento de la liberación, tirado en el piso, incapaz de levantarse por la debilidad, cuando comenzó a escuchar el ruido de gente que platicaba y traía música consigo, creyendo que eran los ángeles que venían a ponerle fin a su sufrimiento.
Asimismo, Nigh will Fall cuenta con una entrevista con Alfred Hitchcock, en la cual detalla su involucramiento en el proyecto de 1945, misma que acompaña el testimonio del camarógrafo que grabó las escenas de la liberación de Bergen Belsen.
Te compartimos el documental completo, disponible en Youtube.
https://www.youtube.com/watch?v=HudaAizp7WM
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Referencia:
The Guardian