Now, Andy did you hear about this one?
Tell me, are you locked in the punch?
Andy are you goofing on Elvis? Hey, baby
Are we losing touch?
“Man on the Moon” – R.E.M
El mundo de la comedia está marcado por pocos pero muy importantes momentos que cambiaron su destino. Aunque es un género que durante muchos años sirvió como una forma de satirizar una realidad, durante el siglo XX existió un declive en su calidad y se convirtió en una forma simple de hacer reír a la gente sin hacerlos pensar demasiado. Un joven neoyorkino llamado Andy Kaufman notó que la comedia podía ser banal y lo transformó en algo maravilloso: le devolvió el valor artístico y revolucionó el mundo. ¿Su mejor chiste? Fingir su muerte.
Su importancia en la cultura popular es innegable, tanto que la banda R.E.M escribió una canción en su honor. “Man on the Moon” es un homenaje a Andy Kaufman donde la voz de Michael Stipe cuenta la historia del “comediante”. El título también se usó para nombrar la película que se basó en su vida, donde Jim Carrey interpretó al legendario personaje.
Andy Kaufman es uno de los nombres más importantes en su historia de la comedia. Nació en 1949 y a sus 9 años comenzó a hacer espectáculos para otros niños. El raro infante ponía discos graciosos y cantaba para deleitar a otros pequeños y eventualmente comenzó a escribir poesía e historias (cosa que no se vería después en su carrera). Kaufman tuvo una adolescencia llena de experimentos con su propia mente que lo llevaron a presentarse en los primeros clubs dedicados a la comedia para probar su suerte.
Pero Kaufman no era un artista “normal”. En una entrevista mencionó que sólo “quería jugar con la cabeza [de las personas]”. Su deconstrucción de la mala comedia que acaparaba los clubes nocturnos y los programas familiares le permitió romper paradigmas y confundir al espectador con sus espectáculos. El comediante aparecía en el escenario como un joven extranjero y la audiencia no estaba segura de si en verdad era de otro país o si era parte de su rutina.
El “Hombre extranjero” le ganó un lugar en el programa más importante de comedia en la T.V.: Saturday Night Live. Ese pequeño acto era extraño: los chistes del joven con acento eran malos, sus rutinas “musicales” se basaban en poner un disco y cantar una sola línea de la canción y en sus imitaciones no existía fidelidad. Pero en un punto del espectáculo, el personaje le decía a la audiencia que era momento de hacer su número de Elvis Presley. Aunque los espectadores esperaran lo mismo, Kaufman sorprendía con una increíble presentación en donde realmente se convertía en El Rey, lo que resultaba en una euforia abrumadora que quedaba marcada por los gritos y aplausos de los asistentes.
En todas sus apariciones en escenario y en televisión Kaufman nunca reveló su verdadero ser. En todo momento interpretaba a un personaje: Andy Kaufman. Su nombre comenzó a destacar entre comediantes y artistas de performance que interpretaban el trabajo del neoyorkino como algo más cercano al arte que a las risas. Su reconocimiento lo llevó a interpretar un personaje llamado Latka en la serie “Taxi”, pero Kaufman llevó las cosas más lejos.
En ningún momento Andy deseó atarse a las reglas del mundo del espectáculo. Su visión era absolutamente diferente, así que renunció a la serie y sus presentaciones se hicieron más complejas. En uno de sus regresos a Saturday Night Live, durante su monólogo inicial, no contó ni un solo chiste y comenzó a leer “El Gran Gatsby” a la audiencia, sólo para verse interrumpido por ligeros abucheos. ¿Su respuesta? Poner un disco con el libro narrado.
Kaufman se convirtió en la audiencia de un espectáculo que él mismo creó usando al público como su propio entretenimiento. Para él, la comedia no se trataba de hacer reír a la gente, sino de reírse de ellos; fue entonces cuando nació una de sus mayores creaciones: Tony Clifton.
Un hombre gordo, vestido como estrella de los 50, con voz horrenda y una cara imposible de mirar comenzó a ser el acto de apertura de los espectáculos de Andy Kaufman. Tony Clifton no era una persona real, siempre fue interpretado por Kaufman o su amigo cercano Bob Zmuda, pero tenía su propio show con insultos, canciones mal interpretadas y mucho odio en contra de Andy Kaufman.
Algunos afirman que todos sabían que Kaufman era Clifton, pero otros dicen que nadie se dio cuenta sino hasta después de un tiempo y justo cuando se pensaba que el comediante no podía ir más lejos, hizo algo impensable: incorporó la lucha libre en su espectáculo. Al principio peleaba contra mujeres pero eventualmente se creó un conflicto con un luchador profesional. Tampoco está claro si todo lo que sucedió en ese periodo fue planeado o real.
Kaufman rompía la línea entre lo falso y lo tangible, engañaba constantemente a su público y también a sus amigos cercanos. En televisión causaba controversias. No era sólo un comediante, sino un verdadero hombre de entretenimiento.
Kaufman mencionaba que un día fingiría su muerte como su mejor broma y cuando fue diagnosticado de cáncer de pulmón, sus amigos cercanos no lo podían creer. Poco se sabe sobre la vida privada del comediante porque su carrera era el centro de toda su existencia, y a pesar de sus excentricidades, Kaufman era considerado un hombre de buen corazón.
Kaufman se acercó a la meditación y a las creencias budistas desde joven, así conoció un procedimiento llamado “cirugía psíquica” que lo curaría de su cáncer, pero estaba equivocado. El comediante murió a los 35 años en 1984 durante el auge de su carrera. Sin embargo, poco después de su “muerte”, Tony Clifton comenzó a aparecer esporádicamente en distintos clubs de comedia. Eso comenzó que crecieran las sospechas de un engaño más grande por parte de Kaufman.
Hace 3 años la novia de Andy y Bob Zmuda, su mejor amigo, publicaron un libro en el que mencionan que Kaufman de verdad fingió su muerte y que en cualquier momento volverá ya que dijo que “la broma sólo durará 30 años”, pero en realidad, ambos han explotado la imagen de Kaufman desde su muerte y sólo es una forma más de llamar la atención.
Kaufman pensó que la “cirugía psíquica” lo salvaría. Su talento es reconocido como adelantado a su tiempo pero a la vez es responsable de la evolución de la comedia hasta nuestros días. Lo vemos en la comedia negra, en los falsos documentales y en una complejidad cada vez más amplia en los espectáculos de esa clase.
Haya fingido su muerte o no, seguiremos pensando en él como la figura extravagante que quizás era demasiado buena para este mundo. Kaufman cambió el mundo de la comedia y del arte en general sólo con un tocadiscos, una mente maravillosa y compleja que nos acercó a un lado valiente del performance art.