‘Extraordinario’, la película que te enseña que ser aceptado socialmente pasa por atreverte

'Extraordinario'

'Extraordinario'

August Pullman (Jacob Trembley) es un niño cuya infancia se vio marcada por las estancias en los hospitales y las cirugías a las que fue sometido, con el objetivo de ayudarlo a respirar, comer y ver, entre otras funciones. Padece el síndrome de Treacher Collins, una enfermedad que no permite que algunos huesos y tejidos del rostro se desarrolle, de ahí que su cara sufra de malformaciones. He ahí la premisa del personaje principal de Wonder [Stephen Chbosky, 2017], conocida en castellano como Extraordinario.

El cariño de sus padres y hermana es incuestionable. En su hogar vive sin complicaciones, pero ha llegado el momento de dar un paso al frente y aceptar el reto de ir a la escuela, pese a la crueldad que puede representar la sinceridad de los demás. Auggie, en busca de la aceptación social, trata de sortear críticas, señalamientos, tristezas, y bullying con el fin de ser un niño ordinario.

La historia de Extraordinario está basada en el libro homónimo escrito por R. J. Palacio, quien a su vez se inspiró en un hecho que le ocurrió cuando fue a una heladería con su hijo y se encontraron con un infante con esta condición. El pequeño de la autora comenzó a llorar y de allí se originó la idea literaria.

Ser aceptado e incluido por las personas de los círculos cercanos es importante para un sano desarrollo. Justamente eso es lo que abordan los guionistas de la película. El ritmo es fluido y entretenido, poco a poco se conocen mejor a los personajes por el acierto que representa darles un espacio a cada uno de ellos. Mediante varios capítulos, se descubren los puntos de vista de los familiares, amigos y compañeros de escuela respecto a la forma de ver y comprender a Auggie. Esto permite un mejor desarrollo del largometraje, pues se retrata algo más allá de la forma de pensar del pequeño. Más bien el propio niño toma forma mediante el relato de los demás y no sólo se define la difícil aventura del infante, sino también la de los que lo rodean.

Las actuaciones encabezadas por Jacob Tremblay como Auggie, Owen Wilson en el papel del papá, Nate, y Julia Roberts como la mamá, Isabel, dotan al largometraje de congruencia y carisma. Todo el tiempo se nota un trabajo natural y sin mayores complicaciones, la dosis necesaria de cada uno de ellos para no opacarse entre sí. También aporta mucho a esta labor el correcto desarrollo de los personajes en el libreto, ya que ninguno hace más de lo que debería y el carácter de cada uno es acorde en las diferentes situaciones.

Entre los fallos de Extraordinario están la falta de explicaciones para hechos específicos, el cambio de actitud en algunos personajes secundarios y la duración del producto completo. Se siente por momentos que pudieron omitir algunas escenas o no alargar otras para llenar las casi dos horas del largometraje. Se aprecia que no hayan optado por conmover desenfrenadamente a la audiencia. Este tipo de tramas se presta para incluso hacer llorar a algunos, pero aquí el director Stephen Chbosky prefirió contar la historia sin recurrir a las lágrimas.

Extraordinario es una cinta que habla sobre la importancia de la aceptación social no sólo para los “diferentes”, sino en general para cada individuo. Valores como la amistad, lealtad, honestidad, respeto y sinceridad destacan para reflexionar que entre lo ordinario se puede ser extraordinario o viceversa, lo que genera una sensación de conformidad.

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Estas películas usan la fantasía para explotar los sentimientos de sus protagonistas, adentrarse en sus ideas y mostrarle a la audiencia que no necesitas ser congruente ni mostrar la realidad para hablar honestamente sobre el corazón humano y cómo sus fantasmas pueden convertirnos en otra persona.

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