“El cine es el arte en el que el hombre no puede por menos que reconocerse. Es también el espejo delante del cual tendríamos que tener el coraje de desnudar enteramente nuestra alma”.
Federico Fellini
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El cineasta, investigador y filósofo Mark Cousin, creador y narrador de la serie documental “The Story of Film”, sostiene que el cine es el arte de los sueños y de las fantasías, convertidas en imagen. Otto e mezzo (Ocho y medio en español) es la obra cinematográfica más emblemática de Federico Fellini y quizá representa esa idea como ninguna otra película. La cinta cuenta la historia de un famoso director y guionista de cine llamado Guido Anselmi (interpretado por Marcelo Mastroianni), quien está frustrado porque ya no tiene las ideas que necesita para realizar su siguiente película, lo que deriva en una espiral de tormentos creativos, múltiples fantasías y recuerdos de su vida, a los que se aferra para soportar el peso de su existencia.
Para 1963, año en el que Ocho y medio salió al mercado, Fellini había realizado ocho películas y media, ya que Bocaccio 70 fue un esfuerzo conjunto de varios directores. Es por eso que esta cinta tiene una relación muy estrecha con la vida de Fellini, quien volcó en ella su propia figura, como una parodia de sí mismo. Conforme avanza la película se enlazan sueños y fantasías del más puro surrealismo, dejando una línea muy tenue y casi invisible entre la realidad y la ficción.
Pero lo que buscan estos fragmentos irreales no es que los espectadores se interesen por la vida personal de Fellini ni mucho menos psicoanalizar su obra, sino enfatizar la importancia de los sueños, deseos, anhelos dentro del proceso creativo de un artista e incluso dentro del descubrimiento personal. “Quería hacer una película honrada, sin engaños, que pudiera ser provechosa para todo el mundo, para enterrar lo que está podrido en cada uno de nosotros. Pero, a fin de cuentas, yo mismo soy incapaz de enterrar nada. Quisiera decirlo todo y no tengo nada que decir”, dijo Fellini sobre su propia obra.
Las obras anteriores de Fellini, como La strada, militaban en lo que se llamó “neorrealismo”, una ola de cine de posguerra surgida en Italia que proponía una estética descarnada e hiperrealista, con un contenido abiertamente social. Ocho y medio significa un salto importante para Fellini. Usa el recurso del metacine, cine más allá del cine o el cine dentro del cine, que se caracteriza por lo surreal y fantástico. La temática principal es la frustración y la crisis creativa de Guido, una metáfora de lo que atravesaba el propio Fellini, quien debía lidiar con las expectativas de sus amigos, de los periodistas, de los productores.
Durante toda la historia se puede apreciar a Guido intentando sobrellevar todas estas circunstancias, siendo testigo de su último bastión artístico y humano. Pero sus visiones, que en ciertos momentos parecen pesadillas, al final son la clave de lo que precisa para terminar su obra. Los fantasmas de su conciencia, como personajes estelares de su obra, reconstruyen la verdad y la belleza de su arte y creatividad, haciendo que brote nuevamente el placer por la vida y por el arte. La caravana circense con la que comienza la película (la película dentro de la película) es una clara representación de ello.
Marcelo Mastroianni protagoniza este filme, pilar de la cinematografía mundial, junto con Claudia Cardinale (la musa de Guido), Anouk Aimée y Sandra Milo, entre otras estrellas. La banda sonora fue compuesta por Nino Rota. También se llevó el Oscar a Mejor Película Extranjera e inspiraría a otros cineastas en obras de un corte más oscuro y personal, como Stardust Memories, una infravalorada produccion en blanco y negro de Woody Allen.
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