«La actuación es la comunicación de un sentimiento». Esa es la forma en la que describe la legendaria actriz Meryl Streep a la profesión que le ha dado tanta fama. Eso implica que un actor necesita sólo una mirada o el movimiento más sutil para transmitirle una emoción a la audiencia. Un gesto, una línea, un sonido de la voz; un excelente intérprete puede lograrlo hasta con el más pequeño de los detalles. Cecilia Suárez es una de ellas.
María Cecilia Suárez de Garay, nacida en Tamaulipas, México, es una de las últimas mujeres de un largo linaje metafórico de grandes actrices que la poseen la genialidad que dejó la época de oro del nacional. Camaleónica, como se les dice a las de su tipo, Suárez se pierde en cada uno de los personajes, entregando interpretaciones completamente diferentes en cada una de sus series y películas, ganándose así una fama que se merece en todos los sentidos. Con apenas 46 años de edad, actualmente es una institución y un ejemplo para todos aquellos que quieren lograr ganarse el respeto de sus colegas, y aún sigue reinventándose en todos sus papeles.
La actriz estudió teatro en la Universidad de Illinois y desde entonces ha trabajado arduamente sobre el escenario, el cual es su casa, y que le dio todas las bases para desarrollar un fuerte sentido de la interpretación y de tomar la piel de otra persona aún con más fuerza en la pantalla grande. Su primera obra fue Table Dance, una película para televisión dirigida por Gerardo Pardo (ganador del Ariel), pero su big break llegó cuando interpretó a Andrea, una mujer en una relación destructiva quien detesta a su marido (Jorge Salinas). La cinta no sólo fue un éxito, sino que lanzó al estrellato a todos los nombres que participaron, en especial el de ella y el de Susana Zabaleta.
Desde su participación en ese filme, Cecilia Suárez participó en cintas como Todo el poder, Párpados Azules, Elvira, te daría la vida pero la estoy usando, la serie Capadocia y recientemente participó en el éxito internacional Sense 8, dejando el alma en cada rol, creando duras características para cada personaje, dándole un poco de su propia imagen. Recientemente, Verónica Castro, admitió que durante la filmación de La casa de las flores, Cecilia se adentró realmente en su personaje, manufacturando cada detalle hasta el fin, lo mismo comentó Manolo Caro, el director de la producción.
Así como las grandes actrices de la época de Oro del cine mexicano, e incluso del internacional, Cecilia Suárez ha demostrado una capacidad insólita para la actuación, ganándose a la audiencia con personajes complejos como Andrea en Sexo, pudor y lágrimas o un poco distintos como Paulina en La casa de las flores, dándoles cosas que incluso no se habrían pensado mientras se escribía el guión. Es una genio de la pantalla, y una de las mujeres más importantes del cine. No nos queda más que seguir viendo su carrera, y disfrutar de cada actuación.
