El ímpetu vivaz de los protagonistas de La vida es bella nos deja una lección: por más horribles que parezcan las circunstancias nunca debes perder la alegría, porque la felicidad te hace fuerte, te permite lidiar ante lo más difícil y hace que los que estén a tu lado se sientan seguros.La vida es bella es una película que cuenta los más oscuros problemas del holocausto en Italia, para mostrarnos cómo, en cada parte de Europa, el nazismo se convirtió en el régimen autoritario predilecto, adoptándolo y haciendo que sus pobladores se sometieran ante las reglas antisemitas que proponía Hitler. En 1939, cuando comenzaba la guerra, el fascismo en Italia estaba en su esplendor con la promesa de crear un país fuerte y unido acabando con los judíos.
Hombres, mujeres y niños que en su mayoría eran comerciantes, debían salir de sus hogares, abandonar todo y esconderse hasta que las cosas mejoraran. Si eran atrapados estaban seguros que serían enviados a un campo de concentración porque no había otra opción que huir o esconderse hasta que todo acabara.Esta película dirigida y protagonizada por Roberto Benigni cuenta la historia de un hombre que es llevado, junto a su hijo, a un campo de concentración. A través de historias completamente imaginadas y el anhelo de que todo sea un juego, crea un mundo mucho más amigable dentro de la violencia irremediable del odio semita. Al inicio la cinta no sólo cuenta la bella historia de amor de Guido, dueño de una librería y su esposa, quien había estado comprometida con un funcionario fascista, sino que retrata todo el cambio político que se produjo en el país hasta buscar exterminar a los judíos.Giosué, el hijo de Guido, parece vivir en otra realidad, mucho más amable; vive un sueño, un juego en el que el premio será ganar un tanque auténtico.
“He soñado toda la noche contigo. Íbamos al cine y tú llevabas aquel vestido rosa que me gusta tanto. Sólo pienso en ti princesa… pienso siempre en ti”.
“El silencio es el grito más fuerte”.
“Qué quiero hacer el amor contigo. No una vez solo, sino cientos de veces. Pero a ti no te lo diré nunca. Sólo si me volviera loco te diría que haría el amor contigo, aquí, delante de tu casa, toda la vida”.
“Ese es el sacrificio que hizo mi padre. El regalo que tenía para mí”.
“Los girasoles se inclinan ante el sol, pero si los ves demasiado inclinados, significa que están muertos. Uno sirve, pero no se es un sirviente; servir es el arte supremo”.
“Esta es una historia sencilla, pero no es fácil contarla. Como en una fábula, hay dolor. Y, como una fábula, está llena de maravillas y de felicidad”.
“No hay nada más necesario que lo superfluo”.
“Nosotros estamos en el equipo de los súper malos que gritan sin cesar, quien tenga miedo pierde puntos. En tres casos se pierden todos los puntos: los pierden, uno, los que empiezan a llorar, dos, los que quieren ver a su mamá, tres, los que tienen hambre y piden la merienda”.
“Oí de un horno a leña, pero nunca vi un horno de hombre. ¡No me queda leña! ¡Metan a este abogado, este abogado no se quema bien, necesita secarse! ¡Mira ese humo! Ay Josue, botones, jabones y que nos queman en hornos”.
“¿Todavía no has comprendido que para hacerme feliz hace falta muy poco? Un buen helado de chocolate, quizá dos, un paseito juntos y que pase lo que tenga que pasar”.
“Con la voluntad se puede hacer de todo. Yo soy lo que yo quiero”.
“Qué tengas dulces sueños. Puede que todo esto sea un sueño, vamos a soñar”.
“A partir de mañana vamos a poner: ‘Prohibida la entrada a las arañas y a los visigodos’…me tienen frito los visigodos, se acabó”.
“Con voluntad se puede hacer todo”
“Bartolomeo: Buscan a alguien que hable alemán para que traduzca sus instrucciones.
Guido: ¡Yo! Yo lo haré
Bartolomeo: ¿Hablas español?
Guido: No”.
“¿Qué clase de lugar es este? Es hermoso, hay pájaros que vuelan, las mujeres caen del cielo, me mudo aquí”.
“Eres un buen chico. Duerme y sueña dulces sueños, tal vez los dos estemos soñando. Tal vez todo esto sea un sueño y mañana tu mamá nos despertará con leche y galletas. Después, cuando las comamos, le haré el amor dos o tres veces, si pudiera”.
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