Posiblemente el pueblo mexicano nunca había llorado tanto la muerte de un artista antes del 15 de abril de 1957, cuando todos los medios informativos del país anunciaron la muerte de Pedro Infante. El actor, quien era aficionado a la aviación, se estrelló en pleno centro de la ciudad de Mérida piloteando un Consolidated B-24 Liberator. El impacto de su pérdida fue tan demoledor que 60 años después aún siguen llegando personas que, cada aniversario, se reúnen para cantar sus canciones y rendirle homenajes de todo tipo.
Otro momento doloroso fue cuando en 2002, México perdió a la más grande de sus divas: María Felix. Cuando se anunció su muerte, cientos, sino es que miles de personas, se reunieron afuera de su casa en Polanco para posteriormente acompañarla hasta Bellas Artes, donde le darían el último adiós con un cálido homenaje. ¿Pero qué fue lo que hizo que estos dos íconos de la cultura popular mexicana fuesen tan queridos por la gente? Más que muchos otros personajes del ambiente artístico mexicano –junto con otros actores y músicos como Jorge Negrete, Agustín Lara y Tin Tan– ellos se ganaron el corazón de todo un pueblo después de haber formado parte de lo que se denominó la época de oro del cine mexicano, que tuvo lugar entre 1936 y 1959.
Está de más decir que a partir de este periodo la industria cinematográfica mexicana alcanzó niveles de audiencia mundial, a los que nunca había llegado antes. Fue en ese tiempo cuando muchos directores internacionales como el chileno Tito Davison decidieron viajar a nuestro país para rodar sus grandes obras, enriqueciendo aún más la expresión fílmica de la nación que les acogía.
Décadas después, con la llegada del “nuevo cine mexicano”, los cineastas que han trabajado bajo esta etiqueta han experimentado no sólo con las temáticas de sus producciones; en el lado técnico también se han atrevido a explorar nuevos enfoques, incluso en cuestiones musicales volcaron su mirada hacia terrenos más populares en los que el público pueda sentirse aún más identificado con las historias que presentan en cada producción haciendo que las frases en cada uno de los guiones se queden en la memoria de los espectadores.
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Me casé ante Dios, en lo bueno y en lo malo y para siempre.
“Te sigo esperando” (1951) Tito Davison
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El amor no se piensa, se siente o no se siente.
“Como agua para chocolate” (1992) Alfonso Arau
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¿No comprendes que el amor es como una rosa para perfumar el aire y pronto se marchita?
“Prisión de sueños” (1949) Víctor Urruchúa
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La belleza exterior está presente, ahora mira tu interior y sorpréndete de ti misma, haz tuyo cada momento.
“Miss Bala” (2011) Gerardi Naranjo
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Déjame ser un error en tu vida.
“Las 7 cucas” (1981) Felipe Cazals
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Desde que dejé de ver, he descubierto en ti una belleza más interna.
“Angélica” (1951) Alfredo B. Crevenna
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Los pobres tenemos la riqueza del corazón.
“La hija de otra” (1950) Vicente Oroná
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Mi corazón es igual al tuyo: ni más caro ni más barato.
“Amarte Duele” (2004) Alejandro Sariñana
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No voy a dirigirme ni a vuestro cerebro ni a vuestra razón; voy a dirigirme a vuestro corazón.
“Una vida por otra” (1932) John H. Auer
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¿Y ustedes qué, se quieren o se van a querer?
“Arráncame la vida” (2008) Roberto Sneider
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La quiere a usted porque usted va a darle lo que yo le di un día de lluvia, lo que toda mujer no puede dar sino a un hombre y una vez en la vida.
“La posesión” (1950) Julio Bracho
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En ese momento, pensé que había cosas más importantes que estar contigo […] Quería arreglar el mundo, y luego compartirlo contigo. Fallé, como puedes ver.
“Amores perros” (2000) Alejandro González Iñárritu
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Chaparrita consentida, sólo por ti doy mis pasos; si tú no me haces caso, hazme el corazón pedazos.
“El mariachi desconocido” (1953) Gilberto Martínez Solares
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Te conozco, te he estado esperando por mucho tiempo
“Voy a explotar” (2008) Gerardo Naranjo
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Somos como ese pájaro de barro del cenicero, que no puede volar.
“Las mujeres mandan” (1937) Fernando de Fuentes
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Una mujer tan bella no puede ser propiedad de nadie.
“Doña Diabla” (1949) Tito Davison
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Nada de lo que encontramos en la vida, nos satisface del todo, nada es para siempre, sólo dura unos instantes y luego se va, como este beso.
“Sexo, pudor y lágrimas” (1999) Antonio Serrano
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En tus ojos me imagino el mar aunque nunca haya ido.
“Amarte duele” (2004) Alejandro Sariñana
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No hay mayor placer que dar placer, ¿no?
“Y tu mamá también” (2001) Alfonso Cuarón
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Más que a mis ojos te quiero, pero quiero más a mis ojos, porque mis ojos te vieron…
“Tizoc: amor indio” (1957) Ismael Rodríguez
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Afortunadamente el cine mexicano no ha dejado de rendir frutos, después de que los trajes de charro y la canción ranchera dejaran de causar tanta sensación, los directores de nuestro país continuaron realizando filmes de excelente calidad, como muestra tienes estas 15 películas taquilleras o las películas mexicanas que no quisiste ver pero los extranjeros amaron; así quizá te convenzas de lo rica que es nuestra industria cinematográfica.
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Fuentes
Letras libres
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