El prisionero de Azkaban es la segunda mejor película en toda la saga de Harry Potter. No sólo una de las mejores evaluadas por los críticos, sino que también los fans suelen ponerla en primer lugar cuando se habla de la calidad de las cintas, situándola a veces abajo de la primera parte de Las reliquias de la muerte. Alfonso Cuarón fue el director que adaptó el aclamado libro en la pantalla y él es la razón principal por la cual amamos tanto esa parte dentro de la historia de Harry Potter. Fue el responsable de crear la primera cinta que genuinamente se sentía el universo creado por J.K. Rowling, tanto así que ella misma la consideró su favorita de la saga. Sin embargo, por poco y no la dirige.
De hecho, Guillermo Del Toro, un director más experimentado con el misticismo y la magia en el cine, iba a ser el elegido para tomar el mando de este proyecto pero lo rechazó. Tiempo después mostró arrepentimiento ya que era un grande admirador de la franquicia, pero no se sintió tan mal al saber que su amigo y colega Alfonso Cuarón se encargaría de realizar la cinta.
El proyecto iba a ser el primero de Cuarón después de realizar la aclamada Y tu mamá también, la cual lo convirtió en nominado al Óscar y en un realizador reconocido internacionalmente. Por ese motivo fue contactado para realizar Harry Potter: tenía una visión más compleja que servía para contar la primera historia oscura del universo del mago. Cuarón no tardó en aceptar, pero no se sentía seguro de hacerlo. Es decir, aceptó una cantidad enrome de dinero para participar en una franquicia popular que –pensaba– no tenía contenido alguno.
Sin embargo, fue justamente Guillermo del Toro, quien le ayudó a quitarse su duda y temor. En una entrevista con Vanity Fair, Cuarón aseguró que se sentía temeroso de aceptar entrar al mundo de los blockbusters y lo platicó con Del Toro, quien –de una forma muy mexicana– le dijo “Pinche bastardo arrogante”, afirmándole que debía apreciar el tener la oportunidad de trabajar en una franquicia de ese nivel, inspirándolo a crear una obra más grande.
La conversación sucedió de la siguiente forma. Cuarón le dijo a Del Toro «Haré Harry Potter, ¿puedes creerlo?», burlándose de eso. Del Toro lo miró molesto y le dijo «Pinche flaco, ¿has leído los libros?», a lo que el director le respondió de forma negativa. «Pinche flaco, eres un bastardo arrogante. Te vas ahora mismo a la pinche librería a comprar los libros, y los vas a leer y luego me llamas». Así describió el encuentro Cuarón. Sin duda Del Toro ya conocía la historia del mago y le hubiera encantado dirigir la historia, pero su agenda lo impedía.
Cuarón, por supuesto, compró los libros y disfrutó la lectura, lo cual cambió su opinión sobre la obra. A la mitad de El prisionero de Azkaban, llamó a Del Toro, diciéndole que era genial. El director de El laberinto del Fauno le respondió apropiadamente: ¿Lo ves, pendejo?. Cuarón le afirmó a Vanity Fair que eso fue una lección de humildad y le ayudó a hacer mejor el trabajo durante la filmación de la película.
Como ya mencionamos, la cinta fue un éxito y ayudó a consolidar el futuro de Harry Potter. Es la segunda película mejor rankeada en los sitios de críticas (justo detrás de la última instalación) y en su lanzamiento fue aclamada por finalmente mostrar el mundo de Potter de forma apropiada. Sin alejarse de su estilo característico Cuarón creó una historia de misterio y la pobló con los personajes de la novela. Gracias a ello, dos años después pudo dirigir Children of Men consolidándose aún más como director, y desde entonces no ha hecho más que apuntar hacia arriba, sin tener miedo.