Megalo Box: el anime que te enseña a superar los retos a través del miedo al fracaso

Megalo Box: el anime que te enseña a superar los retos a través del miedo al fracaso

Megalo Box: el anime que te enseña a superar los retos a través del miedo al fracaso

En este mundo hay muchos tipos de perros.

Están los perros del hogar, los que son leales y protegen a los indefensos; los que sacan la lengua y mueven la cola cuando vuelves del supermercado. Están los perros de guerra, los que están entrenados para atacar; los que no dudarían en destrozarte con feroces dentelladas. Sean como sean, los alimentamos y los cuidamos; los atendemos para que nos brinden compañía o protección. A veces, incluso los amamos y nos parece que nos aman de vuelta.

Pero hay una especie que es distinta a las demás. Es un tipo de perro que vive aislado del resto, que siempre es rechazado, a pesar de que convive con nosotros todos los días. Yo los he visto y ustedes también. Me refiero a los perros callejeros; los que resisten las adversidades y sobreviven todos los maltratos; los que aúllan al atardecer. Son los perros que nunca temen a la muerte y que siempre se aferran a la vida.

Perro que no deja de andar, un hueso ha de encontrar, dice un viejo refrán.

En el mundo del anime hay un peculiar perro callejero, aunque en realidad no es un canino, es un hombre, pero se comporta como una bestia. Es él quien se describe como un perro de la calle. El ring es su jardín de diversiones. Es un boxeador que no retrocede ante ningún golpe ni tiembla ante ningún adversario; sin embargo, está destinado a la derrota, una y otra vez, debido a las circunstancias de su condición existencial.

Su nombre es Joe, también conocido como Junk Dog, el perro perdedor del anime Megalo Box.

La historia comienza en el futuro cercano, en un mundo distinto al nuestro, aunque casi idéntico a lo que conocemos. Joe vive en una sociedad tecnológicamente avanzada, que ha aprovechado las ventajas del desarrollo científico para convertir las ciudades en inmensos espacios de prosperidad social y comercial. Ciudades con calles impecables y rascacielos resplandecientes. Ciudades repletas de entretenimientos y maravillas.

No obstante, en las afueras de las ciudades, el cielo no es tan brillante. Separados de los centros urbanos por tremendas distancias, están los barrios bajos y las pocilgas. En este lugar viven —mejor dicho, sobreviven— los indeseados y los incómodos; en este sitio habitan los que no congenian con el nuevo modelo social, así que no son considerados como ciudadanos. Es decir, son personas cuyas existencia ni siquiera es reconocida.

Como dije, es un mundo distinto al nuestro, aunque casi idéntico. Una distopía.

En esta versión del porvenir, el box ha desaparecido como disciplina atlética. Muy tradicional, muy aburrido. Ahora, lo único que existe es el Megalobox. Reconocida como la máxima forma de entretenimiento y el mejor deporte de contacto de todos los tiempos, Megalobox emplea la tecnología Gear, se trata de un sofisticado mecanismo que aumenta las capacidades físicas de los pugilistas para asegurar el espectáculo más violento posible. Demasiado divertido, demasiada sangre. Al público le encanta.

De vuelta en los barrios bajos. Joe es un talentoso peleador, un virtuoso de los golpes. Por eso es que colabora con el viejo Nanbu —su entrenador y apoyo en la esquina— en las peleas arregladas de Megalobox. Lo único que Joe debe hacer es soportar unos rounds frente a un oponente mediocre y recibir un golpe convincente que lo lleve a la lona. Después recibirá una jugosa comisión; sin embargo, en el punto que comienza la historia el muchacho ha tenido suficiente y se rebela contra su destino. Se niega a seguir perdiendo.

https://www.youtube.com/watch?v=XE1TtpPuUlE

El perro callejero prefiere pelear, incluso morir, antes de huir y lamerse las heridas.

Una aparente casualidad enfrenta por primera vez a Joe con Yuri, el actual campeón de Megalobox. El lobo blanco contra el perro callejero; el representante absoluto de la disciplina —auspiciado por la Corporación Shirato— contra el improvisador más salvaje del ring. La derrota que sufre Joe ante los guantes del campeón es aplastante y determinante. A partir de este punto, los destinos de todos los personajes se unen de forma inquebrantable, y ha iniciado un ciclo indetenible de coincidencias.

Debo advertirle, apreciable lector, que ni siquiera ha concluido el segundo capítulo.

Joe no seguirá perdiendo, lo decide con firmeza. No hasta que pueda demostrar el verdadero potencial de su estilo de pelea. No hasta que pueda competir en Megalonia, el torneo magno de Megalobox, en el que será disputado el campeonato mundial —también patrocinado por la Corporación Shirato—. No hasta que pueda enfrentarse con Yuri una vez más y de manera definitiva. Malas noticias para ambos compañeros, Joe y Nanbu, quienes son capturados por la organización criminal que arregla las peleas de Megalobox en los barrios bajos. Los amenazan debido a las considerables pérdidas en las apuestas.

Sólo hay una forma de salvación. Joe competirá en Megalonia y se coronará campeón para saldar la deuda con la mafia. Después de todo, el premio sería suficiente para convertir a cualquier pordiosero en un magnate. El mafioso en jefe, el señor Fujimaki, acepta los términos de los perdedores, movido por una morbosa curiosidad y un interés monetario. La única ayuda que brindará es una nueva identidad para el retador.

Una nueva identidad, en ocasiones, es la posibilidad de una nueva vida.

El peleador clandestino antes conocido como Junk Dog adopta el nombre Joe y se convierte en un aspirante oficial de Megalonia, el torneo que reúne a los mejores pugilistas del mundo. Apenas ha concluido el segundo capítulo, así que queda emoción y drama por montones. Las secuencias de pelea están animadas con belleza despiadada, que tan sólo nos involucra cada vez más con las aspiraciones y frustraciones de Joe. Es una historia que conmociona nuestros sentimientos de fracaso y nos recuerda las dolorosas ocasiones cuando hemos perdido. Cuando estuvimos tendidos en la lona.

Cuando pienso en Joe, no puedo evitar recordar a Rocky Balboa. Otro peleador acostumbrado a perder, a recibir palizas, antes de ascender a la gloria. La historia de Rocky concluyó con un final feliz, pero hasta la fecha, aún no se sabe si Joe ganará el torneo Megalonia. Su destino aún es incierto. Me pregunto si lo logrará, si será reconocido como el campeón indiscutible. Me pregunto si nosotros lo lograremos, si superaremos las adversidades de nuestras vidas como lo hacen estos personajes. Sintonice de inmediato.

En este mundo hay muchos tipos de perros. Joe es uno de los buenos, a pesar de que tiene sarna y viene de la calle.

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