38 violadores y 26 pedófilos criminales estuvieron expuestos a la pornografía desde una corta edad o la consumían constantemente. Así lo indica un estudio liderado por el Dr. Daniel Lee Carter.
El uso constante de pornografía es un factor importante cuando se habla de los delincuentes, según otro estudio realizado por el médico D.A. Kingston.
Existen casos en los que la pornografía infantil ha impulsado a múltiples pedófilos a violar a niños.
Aunque se han realizado estudios que afirman que la industria para adultos ha logrado reducir el número de ataques o crímenes sexuales (ya que los violadores o acosadores encuentran una forma de mitigar sus impulsos), eso no elimina el hecho de que de forma indirecta la pornografía está cambiando la forma de pensar de aquellos que no se conforman con ver las películas, sino que deben llevar su fantasía a la vida real sin importar el daño que puedan causar.
Las investigaciones que se han hecho en este campo arrojan distintos datos que van desde los que afirman que la pornografía no provoca daños, hasta los que dicen que deberían existir límites para lo que se muestra en las escenas que producen. Al grado de que es casi imposible saber cuál es el verdadero efecto que tiene en la psique de un demente (especialmente porque múltiples estudios se basan en agendas políticas personales). Sin embargo, al mirar las coincidencias y distintos estudios especializados, es posible conocer qué es lo que le hace el porno a la mente de los criminales sexuales.
«Existe una preocupación fundamental de que el contenido de dichas revistas normalice el tratamiento de las mujeres como objetos sexuales».
En primer lugar consideremos lo que menciona un estudio realizado por la Universidad de Surrey, el cual analizó las reacciones de hombres y mujeres ante citas de revistas para caballeros y frases que han dicho algunos violadores cumpliendo condenas. Las personas del sexo masculino no pudieron separar apropiadamente los tipos de frases que se les presentaban y, aún peor, afirmaban que se sentían familiarizados con algunas de las palabras que decían los criminales sexuales. El estudio afirma que «existe una preocupación fundamental de que el contenido de dichas revistas normalice el tratamiento de las mujeres como objetos sexuales», principalmente porque sugiere que los acosadores y abusadores utilizan términos e ideas que les presentan las revistas pornográficas y las eróticas.
Ahora veamos el contenido de los filmes pornográficos hardcore que se producen actualmente, las cuales muestran escenas de humillación y degradación a las mujeres. ¿Qué efecto tendrán las acciones y las palabras en la mente de un delincuente sexual?
«Mientras que existen pedófilos que no cometen violación ni acoso, existen algunos que, después de ver pornografía infantil, decidieron cruzar la línea y abusar de un niño».
Esto no quiere decir que todos los hombres que ven pornografía violen, ni que el exceso de consumo convierta a los hombres en violadores; sin embargo, aquellos que son más propensos a realizar un crimen sexual serán más sensibles al contenido pornográfico, imitando el comportamiento o las ideas que se presentan en él.
Al inicio del artículo mencionamos algunos datos tomados de distintas investigaciones, entre los cuales se encuentra la relación entre el consumo de pornografía infantil y la incidencia de un pedófilo en un acto criminal. El estudio afirma que mientras que existen pedófilos que no cometen violación ni acoso, existen algunos que, después de ver pornografía infantil, decidieron cruzar la línea y abusar de un niño. Asimismo, otro análisis afirma que los individuos más propensos a ser acosadores o abusadores, se ven fácilmente motivados por su consumo de pornografía e incluso existe el riesgo de que traten de imitar lo que ven, tanto en el aspecto verbal como en el físico. Esto aplica con pornografía no violenta y la hardcore.
«Especialmente entre los jóvenes que son frecuentes consumidores de pornografía con materiales violentos, es más probable que se intensifique la actitud que apoye la coerción sexual e incrementa la probabilidad de realizar un ataque».
Existe el argumento de que los hombres mayores de edad pueden diferenciar entre la realidad y la fantasía, y esa es la defensa que varios analistas tienen cuando se habla de los efectos negativos de la pornografía. Sin embargo, es justo considerar que la mente de un violador o un acosador no funciona de manera normal, y aunque millones de individuos sí logren separar la ficción de la vida real, existen otros que, al no sentirse satisfechos con lo que miran en pantalla, suelen llevarlo a la realidad.
Asimismo, el autor Michael Flood asegura que «especialmente entre los jóvenes que son frecuentes consumidores de pornografía con materiales violentos, es más probable que se intensifique la actitud que apoye la coerción sexual e incrementa la probabilidad de realizar un ataque».
Esto es una mezcla de factores que nace a partir de la disminución del papel femenino y su vulnerabilidad en un escenario tradicional de la pornografía hardcore. El hecho de que constantemente estén recibiendo información negativa y sexista, hace que sientan que sus ideas son aceptadas, hasta que eventualmente se deciden por realizar un acto, imitando lo que vieron en pantalla: usan el mismo lenguaje y pueden utilizar violencia, dependiendo el tipo de contenido que los inspire.
No importa si el porno que ven es violento o “normal”, aquellos más propensos a ser acosadores y abusadores se ven influenciados por ese tipo de contenido. De igual forma que el cine violento no afecta a todos los espectadores, el porno puede modificar la psique de aquellos que ya tengan una especie de trastorno, impulsándolos a cometer crímenes sexuales. Esto no significa que toda la pornografía debería de desaparecer, sino que quizá la industria debería evaluar qué efectos tiene el contenido sexista y humillante que se genera cada vez más y establecer un limite. Nunca sabemos quién se inspirará en una escena para hacerle daño a alguien inocente.