Big Mouth regresó a Netflix con aquel sentido de humor ácido, casi tóxico, que arrincona a su audiencia entre risas nerviosas develando la moral de las perversiones que se creen como socialmente anormales. Lo que nos ha mostrado la serie desde su primera temporada es que la adolescencia es una etapa de la vida en la que parecemos estar destinados a la incomodidad y el odio propio; y que a través de una serie de estándares sociales ridículos que establecemos en diversos círculos sociales y particularmente en la vida estudiantil, no nos damos cuenta de que todos estamos en un punto de incomodidad e inseguridad. Para complacer a los tabúes habrá que pretender la seguridad y la comodidad, asumirlas como superioridad estableciendo en paralelo una jerarquía social.
Hablar de eta serie en una edad adulta significa una regresión freudiana a la época en que todo era sexo. Se trata de una comedia entendida como pedagogía de la pubertad, aquella época en donde el calificativo “pervertido” se pronuncia en los labios de los maestros, compañeros y familiares; y a consecuencia de la perversión mental la vida social se lleva a cabo en la incomodidad constante.
Lo controversial de la serie es que tiene un trasfondo donde parece que la perversión es simplemente un estado natural en la que tenemos que explorar la sexualidad como unos animales en celo. El contraste “normal” frente a la controversia es que nos muestra que el acercamiento a nuestra animalidad es propio. Toda la indagación en la serie la llevan a cabo los personajes con un diálogo del Monstruo de las hormonas, el fantasma de Duke Ellington y, para compensar el hedonismo que representan estos personajes, ahora nos introducen al Mago de la vergüenza.
El humor de esta serie ha elevado los estándares de la incomodidad adolescente, comedias como American Pie, las historias del tipo roadtrip o incluso That 70’s Show, donde a pesar de que los personajes son incómodos por su edad, muestran tener la resiliencia adulta de mostrar indiferencia, porque la sexualidad es un tema que está latente en un segundo plano. Pero Big Mouth es una serie que gira en torno al acto sexual completamente, sin mostrarlo como un idílico misógino —como lo hacen las de American Pie. Como espectadores, la risa ante esta caricatura es un momento catártico al identificarnos con aquella humillación adolescente de la que nadie se escapa.
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Si crees que el cine es una buena crítica y un medio para mostrar estos temas, que son de alguna forma sensibles ante una sociedad que sigue marcando tabúes y estableciendo los estándares de la normalidad, aquí te dejamos un listado sobre las películas que cuentan la vida de transexuales.