Las horas no importaban cuando pasabas todo el día frente a la televisión. La pelea por el control remoto era la batalla más importante que tenías que librar durante el día; eso lo hacíamos gracias a la adicción por las caricaturas favoritas; estas series fueron tan importantes que un castigo para no verlas servía como herramienta de chantaje por parte de nuestras madres para que hiciéramos la tarea.
Esta es la selección de las mejores caricaturas de los 90, acompañadas con momentos memorables de cada una de ellas… Sí, porque ya no las hacen como antes:
Hey Arnold!
Las lecciones de vida presentadas por el chico de la cabeza de balón nos ayudaban a identificar, de manera muy sencilla, los problemas que teníamos en la vida diaria, sin mencionar el buen rato que pasábamos mientras aprendíamos que entre peor te trate una niña, más grande es el santuario que tiene en su cuarto en tu honor.
Uno de los momentos más significativos de la caricatura fue cuando Arnold adquiere grandes habilidades en el karate, abusando de su poder y haciendo pasar un mal rato a la gente de su alrededor. Este capítulo es una manera muy buena de darnos a entender, como decían en Spiderman, que “un gran poder conlleva una gran responsabilidad”.
https://www.youtube.com/watch?v=rb7Qi0qOg-c
El fantasma del espacio de costa a costa
Sin duda este fue uno de los primeros acercamientos a un talk show en nuestra infancia. Aunque muchos de los que éramos más niños no lo entendíamos por completo, El fantasma del espacio contó con momentos e invitados memorables, entre ellos destacan entrevistas a Tom Yorke y The Ramones.
https://www.youtube.com/watch?v=zfwuBqyGMsQ
Fenomenoide!
Desde el comienzo, con una canción bastante pegajosa y sin sentido, Fenomenoide! nos entretenía con muchas de sus aventuras ilógicas y enemigos peculiares. La serie se desarrollaba con una narrativa un tanto satírica, lo que provocaba que nos encantara el personaje y su manera de resolver los problemas.
Podemos recordar pequeños chistes que cumplen como crítica al cliché televisivo cuando siempre terminan haciendo uno forzado para concluir el programa, o la manera en la que pausaban las tomas para que se viera cómo se desenvolvían las cosas en el set. Pero nada supera el tema musical que, al cantarlo un poco, a cualquiera que esté cerca se le contagia.
El laboratorio de Dexter
Era una temática simple: la historia de un niño genio cuyos planes se veían arruinados por su hermana, la que siempre terminaría presionando el botón, pero, ¿quien no lo haría? Pues dentro de todos los inventos siempre hubo algunos que gustaban tanto que desearíamos tener en la vida real.
Gracias a uno de los capítulos la mayoría de nosotros aprendimos una de las pocas frases que conocemos en francés, después de que uno de sus inventos para aprender el idioma de una forma rápida se trabara repitiendo la frase: “Omelette du Fromage “.
Batman
El caballero de la noche continúa siendo una figura atractiva para los escritores y fanáticos de los superhéroes, y cómo no si éste representa a uno de los héroes más completos de todas las historietas.
Para los grandes fans de Batman, la serie animada de los 90 fue una de las mejores adaptaciones que hay sobre el murciélago. Ésta contaba con elementos que creaban una cohesión perfecta entre los personajes y los problemas en ciudad Gótica, ademas de retratar de manera fiel la figura del complejo personaje de Bruce Wayne o Bruno Díaz, para aquellos de antaño.
Dragon Ball Z
Probablemente un parteaguas para todas las series de anime que tuvieron y tienen éxito en esta parte del mundo. La serie fue altamente satanizada por muchas mamás, pero era un riesgo que valía la pena tomar, pues Dragon Ball Z era una serie con alto contenido de acción, canciones pegajosas y mucho, mucho KI.
El conjunto de las interminables batallas y el humor de la serie cautivó a la mayoría de los espectadores de Dragon Ball Z, quienes intentamos convertirnos, en más de una ocasión, en Supersayajin para quitarnos de problemas, o simplemente volar por los aires.
Animaniacs
La serie creada por Steven Spielberg contenía una inmensa cantidad de locuras. Basada en tres personajes principales quienes causaban muchísimos problemas en los estudios de Warner Bross, Animaniacs contaba con capítulos alternos, en los que nos presentaron a personajes que se volvieron leyenda.
Pinky y Cerebro, la relación simbiótica entre un genio maligno y su inocente asistente, causaba una adicción a mirar todas las maneras de tratar de conquistar el mundo.
También se encontraban minicapítulos de personajes como Katie ka-Boom, una de aquellas tantas chicas a quien es mejor no hacer enojar.
Recreo
Todos añorábamos el momento en que la clase terminara para poder salir al famoso Recreo, ese tiempo en el que podíamos jugar con todos nuestros amigos, despejarnos un poco y hasta, recuerdo, comer por 10 pesos… ¡ah que tiempos!
La serie animada de Disney logró capturar este bello momento, así como ubicar muy bien a los personajes que hacían que el espectador se sintiera identificado; todos los protagonistas cumplían con un papel especifico que les ayudaba a resolver o agravar las situaciones en las que se encontraban, o sólo molestar a la maestra Finster.
Un momento memorable fue descubrir que los “nerds” también tienen su pasado oscuro. Esto se reveló en la historia de “El Diablo” que era el apodo de Gus Griswald, quien contó su historia de cómo se convirtió en el Rey de los quemados.