El miedo ha favorecido más el conocimiento general del ser humano que el amor, pues el miedo quiere adivinar quién es el otro, qué es lo que puede, qué es lo que quiere: equivocarse en eso constituiría un peligro y una desventaja, y eso, en la escala evolutiva, sería un retroceso.
El miedo se encarga, en muchas ocasiones, de hacernos conscientes de los peligros externos que nos pueden amenazar, y quizás, es este sentimiento una de las características principales para la supervivencia.
Todos hemos sentido, en algún momento de nuestra vida, esta desagradable emoción generada por una situación de peligro o amenaza. El temor, la máxima expresión del miedo, se deriva de la aversión natural al riesgo, pero también es provocada por la magia del cine, secuencias que hacen olvidar que existe otra realidad para atraparnos en el pavor, terror, miedo, disgusto, repugnancia, horror, incomodidad o preocupación en cada uno de sus cuadros.
Who’s There, un concurso de cortometrajes de terror con sede en Estados Unidos, eligió recientemente a sus ganadores, y Lights Out, un trabajo de David F. Sandberg, se llevó el premio al Mejor director. El filme de menos de tres minutos de duración presenta a una mujer que está a punto de irse a dormir. Todo parece normal hasta que una actividad tan simple y cotidiana como es apagar la luz se convierte en la más terrible pesadilla… David F. Sandberg contagia, en sólo tres minutos, del miedo por el que atraviesa la protagonista.