La ceremonia de los Oscar 2016 está a unos días de llevarse a cabo, por lo que queda poco tiempo para dejarnos llevar por los interesantes análisis y gags virtuales que ha traído consigo esta temporada de premios.
Si hay algo que nos encanta de que nominen a DiCaprio es la ola de memes asegurada que se desata y aunque el hecho de ver triunfar al actor sería como sacarse esa espinita que ha acechado al cine contemporáneo, sabemos que la victoria del protagonista de Titanic dejará un vacío en la cultura meme irremplazable.
Curiosamente varios expertos han asegurado que el Oscar de DiCaprio sería un premio de compensación y un modo de amortiguar la derrota del filme The Revenant en caso de que no triunfe en la máxima categoría, ya que hay rumores de que generalmente la Academia prefiere reconocer papeles como el de Eddie Reyman en The Danish Girl.
Es curioso que la base de tales argumentos sea que los académicos prefieren una interpretación sensible a una que apele al rendimiento físico cuando actores como Russell Crowe por Gladiator o Denzel Washington por Training Day ganaron el Oscar por un papel de fuerza física parecido al de Leonardo DiCaprio, a pesar de que durante su trayectoria personificaron papeles más parecidos al de Eddie Reyman en filmes como A Beautifull Mind en el caso de Crow o Hurricane en el caso de Washington, por los que no fueron premiados (aunque sí nominados). El caso más inusual quizá sea el de Matt Damon, quien interpreta a un astronauta abandonado en Marte, brindando un monólogo de calidad en un rol que no se esperaba fuera reconocido por la Academia (aunque seguro el papel de Sandra Bullock en Gravity despejó el camino para que Damon tuviera más fácil la nominación)
En el caso de las interpretaciones femeninas, la Academia parece haberse decantado por seguir una línea para escoger a las nominadas pues casi todas tienen la característica de ser la mujer vulnerable que hace frente a situaciones adversas.
Desde la rudeza del personaje de Jennifer Jason Leigh quien lucha por su vida en The Hatefull Eight, Rooney Mara y Cate Blanchett que se sobreponen a los estándares de una sociedad para consumar un amor imposible en Carol, el temple de Jennifer Lawrence por sacar adelante su creación en Joy a pesar de tener todos los pronósticos en su contra, Saroise Ronan que se adapta a una nueva vida aunque tenga que alejarse de su pasado en Brooklyn, Alicia Vikander y Charlotte Rampling que procuran salvar su matrimonio; la primera en The Danish Girl y la segunda en 45 Years; Kate Winslet o Rachel McAdams haciéndose oír en un mundo de hombres en Steve Jobs o Spotlight y Brie Larson que muestra en Room el ímpetu de salvar a su hijo y a ella misma de su secuestro, aunque tenga que lidiar con las cicatrices de tan traumática experiencia.
Más allá de las cualidades interpretativas, la Academia sacó a relucir su afán vanguardista este año al dejar fuera de las nominaciones a películas más tradicionales, que en cualquier otra edición hubiéramos dado por seguro estarían nominadas.
Tanto el melodrama Carol, el biopic desgarrador The Danish Girl o el western clásico The Hatefull Eight quedaron fuera de la máxima categoría para darle cabida a filmes inusuales en esta premiación como el thriller espacial The Martian, la sátira financiera The Big Short o el explosivo filme de acción Mad Max: Fury Road.
Incluso filmes como Ex-Machina o Straight Outta Compton dejaron fuera a Steve Jobs en la categoría Mejor Guión Original, algo sorprendente dado que el biopic del creador de Apple era una de las favoritas para figurar en la ceremonia desde mucho antes de ser estrenada, consiguiendo al final nominaciones únicamente en el ámbito interpretativo (para Kate Winslet y Michael Fassbender). Es destacable la nominación para Ex-Machina en una de las categorías fuertes como Mejor Guión Original tratándose de un filme 100% futurista, cuando una década atrás la Academia negó la nominación a Matrix en esta categoría siendo una película del mismo corte.
También dejó su afán de nominar a actores veteranos sobre actores más contemporáneos o cercanos al público; aunque varios apostaron que Helen Mirren estaría nominada a Mejor Actriz de Reparto por su papel en Trumbo, la “Mean Girl” Rachel McAdams se sobrepuso a la longeva actriz consiguiendo su primera candidatura por Spotlight.
En el simple acto de haber obviado a una actriz veterana por un papel biográfico (que son roles que por inercia terminan acaparando nominaciones en estos premios) para favorecer a una actriz teen en un papel contemporáneo (y sin demasiada carga histriónica) se percibe una declaración de la Academia por acercarse al público joven ya que además en la categoría de Mejor Actor el único interpretado de larga trayectoria que figura es Bryan Craston, mientras que en Mejor Actriz, Charlotte Rampling es la única que compite entre rostros jóvenes como Saroise Ronan, Brie Larson y sobretodo Jennifer Lawrence, cuyo caso se destaca al desplazar a actrices de mayor trayectoria como Maggie Smith en un papel que no es precisamente del gusto de la Academia (una comedia) .
La categoría de Mejor Director es una de las que reúne más variedad; a pesar que la mayoría esperaba ver a pesos pesados de la industria como Steven Spielberg y Ridley Scott compitiendo por el premio, prefirieron decantarse por nombres no tan conocidos como Adam McKay, Thomas McCarthy o Lenny Abrahamson; aunque lo realmente sorprendente es que el único veterano que se coló a la lista -George Miller- lo hizo por un trabajo sumamente atípico en Mad Max, con un estilo que rara vez es reconocido por dichos premios, cuando Spielberg por Bridge of Spies o Todd Haynes por Carol brindaron una labor que se apega mucho más a los gustos de la Academia.
Aunque nos hubiera gustado ver competir a tantas leyendas de la dirección como Ridley Scott, Alejandro González Iñárritu, George Miller y Steven Spielberg en una misma edición, es de reconocer que la Academia además de reconocer el trabajo de Miller, haya volteado a ver la propuesta sumamente moderna y muy apegada a la cultura pop de Adam McKay por The Big Short, el pulso enérgico de Thomas McCarthy en Spotlight o la sensibilidad y sutilidad de Lenny Abrahamson por un sencillo trabajo en Room, aunque el hecho de que se haya colado dentro de los nominados a mejor director probablemente se deba al rechazo de la Academia hacia Riddley Scott, siendo éste uno de los grandes rechazados de la Academia.
A diferencia de otros años esta vez la categoría de Mejor Película está bastante equilibrada: dejaron fuera un melodrama tradicional como Carol pero el drama de época está presente con Brooklyn, que a pesar de no ser tan ambiciosa como el filme protagonizado por Mara y Blanchett, demuestra que la sencillez tiene su encanto y puede lograr excelentes resultados. También está esa película histórica que encanta a los premios, esta vez representada por Bridge of Spies, siendo este título y Brooklyn los que evocan el lado más conservador de la Academia.
Por otro lado, tenemos The Big Short, una película compleja que relata la crónica de la crisis financiera desde un tono burlón y humor negro, lo que hace difícil pensar que el jurado siquiera hubiera considerado este material por encima de The Danish Girl o Trumbo 10 años antes. The Big Short es la película quizá más vanguardista y que apela más al cine contemporáneo respecto a las otras nominadas.
También están los espectáculos visuales como The Martian, Mad Max: Fury Road y The Revenant; sus historias no dejan de ser apasionantes (The Martian logró sorprendentemente la nominación a Mejor Guión Adaptado) su encanto recae en el poder de sus imágenes para cautivar al público. Éstas 3 películas tienen en común ser historias de supervivencia; en The Martian el personaje de Matt Damon lucha por regresar a casa después de ser abandonado en un planeta deshabitado, el rol de DiCaprio se enfrenta sólo a las extremas condiciones de la naturaleza para vengar la muerte de su hijo, mientras que en Mad Max, los personajes de Hardy y Theron (dos seres sin rumbo) escapan en una de las persecuciones más vertiginosas de la historia del cine (en verdad la Academia dejó atrás sus prejuicios al postular una película que aunque es brillante en su forma, en su fondo pudo haber percibido vacía al ser dos horas de pura persecución, favorecida por su discurso existencial y político).
Y finalmente están las historias que por encima de su impacto visual atacan las emociones del público por su poderosa historia. Por un lado está Room que con muy poco logra impregnarse en corazón de la audiencia, narrada desde la perspectiva de un niño que después de creer que la habitación donde vivió su secuestro era todo el mundo expande sus horizontes al tener contacto con el exterior por primera vez y nos muestra el inicio de la travesía de los personajes al sobrellevar las consecuencias de la traumática experiencia.
Spotlight posee un guión que hace justicia a las grandes historias del séptimo arte al reunir elementos como denuncia, suspenso, polémica y misterio, haciéndolos bailar en una equilibrada pero furiosa danza que entusiasma a la audiencia y le recuerda que el cine, a pesar de ser ficción, también es un arte que se acerca a la realidad.
Mención aparte, este año está equilibrado el protagonismo femenino con el masculino en la categoría de Mejor Película, pues Brooklyn y Room se sostienen por protagonistas mujeres, mientras que en Mad Max aunque el “personaje principal” lo ostenta un hombre, en realidad la película está al servicio de Furiosa, el rol femenin -además de que por fin vemos a mujeres repartir patadas en pantalla sin que esto tenga que percibirse como algo extraño y no solo en la postura de la dama en apuros- sin descontar que el personaje de Rachel McAdams da voz a la mujer contemporánea.
Sin duda, la temporada de premios dejará un vacío por el entusiasmo sin precedente generado en torno a esta ceremonia, aunque afortunadamente, las consecuencias de estas nominaciones y futuros resultados, seguro dejarán ecos en el cine contemporáneo.
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