El título de la ópera prima del británico William Oldroyd nada tiene que ver con Shakespeare, salvo que se inspira en la construcción de un sólido personaje femenino, mostrándonos hasta qué grado es capaz de llevar sus maldades a cambio de libertad. La más nueva adaptación de Lady Macbeth ha recorrido infinidad de festivales de cine con buena aceptación, distinciones que la han hecho merecedora a varios premios —entre los cuales destaca el FIPRESCI otorgado por la crítica en el Festival de San Sebastián en 2016—; y sin lugar a dudas ha puesto en la mira a Florence Pugh, su protagonista de 22 años, como una verdadera revelación.
Después de ser vendida por su padre para ser desposada por Alexander Lester —Paul Hilton—, un frío y prominente minero, la bella Katherine de 17 años se encuentra atrapada en un matrimonio de mentira. Su vida transcurre inerme ante las órdenes de su suegro —interpretado por Christopher Fariban—, quien la trata como un objeto más. Cansada de la rutina, se embarca en un letal romance con un empleado de la finca de su esposo llamado Sebastian —interpretado por el cantante Cosmo Jarvis—, quien sin darse cuenta, liberará la furia contenida en ella, llevándola a cometer atroces actos en nombre del amor.
Con Lady Macbeth estamos frente a un cine de época fuera de lo convencional; situado en la Inglaterra del siglo XIX, donde la figura femenina era claro objeto de vejaciones y opresión. El metraje filmado en interiores —casi en su totalidad— logra transmitir la atmósfera asfixiante en la que se encuentra atrapada nuestra protagonista. Aunque lejos de agachar la cabeza y aceptar su destino, nuestra lady no sacrifica el deseo reprimido y saca las fuerzas acumuladas durante años; emerge de la sumisión a la furia desbocada con tal de ver sus objetivos cumplidos.
Decir que es fría y calculadora sería encasillarla injustamente. Pugh la ilumina con maestría. Es sarcástica y rebelde cuando la situación lo amerita, pero recurre sin titubear a la venganza en nombre del amor cuando es traicionada.
La venganza es un plato que se sirve frío en Lady Macbeth, un lugar donde no existe regla que valga, donde los sacrificios hechos por amor parecen no servir de mucho; y a pesar de ello deja en el aire una duda cruel: ¿hasta dónde serías capaz de llegar por amor?
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Hay personajes que inevitablemente nos seducen y enamoran, como estas 6 mujeres de las que podrías enamorarte, pero sólo existen en las películas y libros.