La locación maldita
Jaume Balagueró i Bernat sabía perfectamente los lugares donde su ópera prima tendría que filmarse. La tenebrosa atmósfera del libro en el cual se basaría su primer largometraje tendría que ser uno de los primeros elementos en asustar al espectador. La película Los sin nombre, adaptación de la novela del mismo título escrita por el autor británico Ramsey Campbell, sería el debut de Balagueró en el género del horror. Con el objetivo de crear un filme inquietante obtuvo los permisos para usar los dos sitios más siniestros de Barcelona y que serían perfectos para conseguir la atmósfera deseada: el Hotel del Vallès y el Hospital del Tórax, en Terrassa.
Ambos lugares estaban marcados por la locura
El primero fue un afamado hotel en las décadas de 1970 y 1980 propiedad de la familia Barrés.
Por él pasaron en su inauguración (23 de junio de 1969) y en los años siguientes varios políticos, figuras públicas y del deporte que disfrutaron de todo su esplendor y lujo. Sin embargo, con el transcurrir de los años, los dueños se percataron de que la familia de su confianza, encargada de llevar el negocio, sustraía una buena parte de las ganancias para su propio beneficio. Para su desgracia, el negocio fue insostenible con estas pérdidas y terminaron cerrando las puertas del lugar. La magia y la elegancia del Hotel del Vallès llegaba a su fin.
El segundo lugar tiene una fama bastante siniestra entre la población de Barcelona y no fue menos inquietante para el equipo de filmación de la película Los sin nombre. El Hospital del Tórax albergó de 1952 a 1997 a pacientes con enfermedades respiratorias como cáncer de pulmón, fibrosis o tuberculosis y ostentó el récord de ser el centro de salud con el índice de suicidios más alto de toda España.
Casi todos se arrojaban al vacío desde lo alto del noveno piso, debido a su larga estancia en un lugar que ya era catalogado como siniestro.
Fue así que en 1999, el ya mencionado cineasta español Jaume Balagueró, sabiendo de las condiciones físicas del hotel y el hospital abandonados, se metió a sus entrañas y con un poco de limpieza acondicionó algunas de sus salas y pasillos para la filmación de una de las cintas españolas más siniestras de la historia.
La fachada del hotel y sus interiores estaban intactos, por lo que sirvió como escenario inmejorable para varias de las escenas principales. Sin embargo, había algo inquietante en el lugar: los miembros de la producción sentían la presencia de algo extraño; sombras y ruidos fueron percibidos por más de uno.
Cuentan ciertos relatos que algunos de ellos llevaron a cabo ritos satánicos en uno de los cuartos más oscuros de aquel sitio, quizá empapados por la historia misma que estaban filmando.
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«Mamá, soy yo… Ven a buscarme»
Los sin nombre narra la trágica historia de Claudia, dueña de una editorial, quien cinco años atrás perdió a su hija, Ángela, bajo extrañas circunstancias. La niña fue hallada por la policía semanas después con un disparo en la cabeza. Cuando su vida parece reconstruida y todo marcha en calma para la mujer, un día recibe una misteriosa llamada: «Mamá, soy yo… Ven a buscarme».
La voz es de Ángela o de alguien que se hace pasar por ella. A partir de ese momento, en compañía de un expolicía y de un reportero de una revista sobre ocultismo, Claudia se internará en el oscuro mundo de las sectas satánicas. “Los Otros” o “Los Sin Nombre” es el grupo que tiene cautiva a la niña. Ellos se dedican a predicar el significado absoluto del mal bajo el liderazgo del extraño Santini. Pero después de cinco años, ¿en verdad Ángela sigue siendo la misma?
«El modo en que la perversidad atrae a algunos de los personajes de la novela, la fascinación que lo maligno ejerce sobre ellos me parecieron, desde el principio, elementos profundamente inquietantes».
‘Los sin nombre’: el relato perfecto para crear una aterradora historia
En cuanto Balagueró leyó la novela de Ramsey Campbell, supo que estaba ante una historia digna de llevarse a la pantalla: «Eran elementos más que suficientes para desarrollar el miedo, el concepto de miedo que siempre había soñado en una pantalla cinematográfica: el miedo que inquieta, que perturba, que permanece. Ya no había dudas: teníamos que hacer aquella película, enfrentarnos a la verdad y llegar hasta el final».
Profundiza más: «En The Nameless, ambos conceptos son desarrollados como una entidad propia, casi como una cosa viva que puede trascender a los hombres y actuar por encima de ellos. El modo en que la perversidad atrae a algunos de los personajes de la novela, la fascinación que lo maligno ejerce sobre ellos me parecieron, desde el principio, elementos profundamente inquietantes».
Ante este marco, ¿qué fue lo que perturbó a la producción para que llevaran a cabo actos satánicos en la locación del Hotel del Vallès, si es que en verdad lo hicieron? Sabedor de la tarea que tenía encima, Jaume Balagueró consultó durante varios días a conocedores de lo oscuro y del esoterismo para dar forma al guión y saber más acerca de las sectas satánicas.
Algunas personas de ánimo morboso aseguran que el director despertó “algo” en el hotel y que por ello ocurrieron situaciones anómalas durante el rodaje. En la actualidad, el lugar es conocido como “El Hotel del Pánico” y se dice que ha servido como hogar no sólo para vagabundos y drogadictos sino para amantes de lo satánico y de los sacrificios humanos.
El debut de Balagueró (1999) ganó el premio Melie de Oro después de su estreno en el festival de Sitges y lo catapultó como uno de los mejores exponentes del género de horror en Europa. En la actualidad tiene a cuestas cintas como la serie de Rec, la película de fantasmas Frágiles, la siniestra Darkness y el thriller, Mientres duermes.
Es tiempo de mencionar cuál fue la experiencia de la producción en el siniestro Hotel del Tórax. Una de las escenas principales fue rodada aquí, en concreto la de la autopsia de Ángela.
El mismo Balagueró llegó a contar en entrevistas la anécdota sobre los técnicos y camarógrafos: éstos solían ir al baño en grupos debido al miedo que el lugar les transmitía. Todos describían la presencia de algo invisible, de la aparición de sombras y de ruidos que no parecían provenir de fuentes naturales. A este mismo escenario, Balagueró regresaría años después para filmar su cinta de fantasmas Frágiles. Sin duda, se trata de un tipo adicto a las emociones fuertes.
Las tragedias ocurridas tras sus paredes durante tanto tiempo quizá hayan dejado un aura de desesperación, miedo y paranoia en el hospital, lo cual se manifiesta con experiencias sobrenaturales. Como sea, Balagueró es una de las mentes maestras del horror ibérico y sabe llevar a cabo con gran calidad su oficio.
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La ópera prima de Jaume Balagueró y su leyenda negra son una muestra de que el horror en español está a la altura de las mejores producciones del género de cualquier parte del mundo. También animó a muchos realizadores de aquel país a voltear su mirada hacia un submundo que llevaba largo tiempo dormido. Para una muestra de que el horror en lengua española tiene grandes ejemplos, puedes ver estas cintas de Brujería y obsesión destructiva disponibles gratis en YouTube.