El arte puede engañar a las personas. Hace unos meses, en una de las salas de exposición del Museo de Arte Moderno de San Francisco, un joven dejó en el suelo un par de anteojos. No pasó mucho tiempo para que los asistentes admiraran el objeto como si se tratara de una obra maestra de la posmodernidad. La broma alcanzó revuelo en Internet como una travesura y un hecho curioso, pero dejó en el aire una pregunta que muchos se han estado haciendo desde hace tiempo: ¿qué es arte? La película The Square, dirigida por Ruben Östlund y ganadora de la Palma de Oro en el Festival de Cannes, apunta en esa dirección de una forma peculiar y tragicómica.
Cristian (Claes Bang ) es curador y especialista de arte moderno, especialmente de piezas de interacción e intervención. También tiene el don del habla: sabe bien cómo comunicarse con los demás y les hace llegar sus ideas. Por ello no le es difícil transmitir a su público el concepto de “The Square”. La obra es un cuadrado blanco dibujado en el piso de espacios públicos de cuatro por cuatro metros, un refugio para crear confianza y atención. Dentro de sus límites todos comparten los mismos derechos y obligaciones.
The Square es un experimento social que se burla de un sistema de valores y apreciaciones que rayan en lo mordaz. La película es divertida y arrogante, seria y lúdica, juega a ser satírica y laude. Necesariamente larga, pero coherente y sorprendente. La cinta presenta al personaje principal y desde los primeros minutos el espectador puede conocer quién es y qué hace, así como su estilo de vida. De camino a su trabajo ocurre algo: una mujer grita por ayuda y él, con aires de héroe, la defiende de su atacante. Esta situación será sólo el inicio de una espiral.
Cristian es un tipo elegante, perfectamente peinado, que viste trajes costosos, con teléfono celular último modelo, maneja un Tesla y trabaja como curador en jefe del Museo de Arte Moderno en Suecia. Cree en lo que hace y en la importancia de su exposición. La relevancia de “The Square” podría darle un rumbo diferente a su carrera. Trata de ser un buen ciudadano y ser humano, dando monedas a algunos desamparados y siendo amable con sus empleados. Pero esto sólo sucede cuando se siente seguro. Desde que ocurre el incidente mencionado, exige justicia debido a la brecha social que hay entre él y los involucrados. Para esto idea un plan de venganza, o al menos eso parece.
Al igual que en Force Majeure (2014), el director Ruben Östlund trabaja en dos tópicos: el hombre y la sociedad con sus delicados (y fácilmente destructibles) lazos que lo persiguen, y claro, redefine el significado de la masculinidad. Östlund es más un director de brutalidad final y así va construyendo una narrativa interesante para poner al público en un espejo. El primer acto de la película es sobrio y con aires de comedia, mientras que el segundo acto se vuelve algo apresurado y un poco más oscuro, paradójicamente al mostrar las consecuencias de esa primera mitad supuestamente graciosa.
¿Es arte el arte moderno o es basura? O, como Cristian se lo explica a la periodista norteamericana (Elisabeth Moss) durante la primera secuencia, ¿es su cartera sólo una cartera si la ponemos en el piso de una galería de arte? ¿ O es eso es arte? Quienes asisten a los museos ven las cosas allí expuestas como arte, pero quienes viven de eso y lo ven todos los días lo perciben de una manera diferente.
Por momentos la cinta parece ser redundante, pero por encima de todas las repeticiones hay un sistema. En un mundo donde la capacidad de atención se ha vuelto tan baja y en el que tenemos que pagar todos los momentos desagradables rápidamente, la repetición que dibuja Östlund no es por puro gusto. El espectador tiene que estar muy atento a los detalles, a las acciones y palabras del protagonista.
Parece que el director quería asegurarse de dejar su punto claro y no le importó el tiempo empleado ni si se vería afectado el ritmo narrativo. En muchas situaciones Östlund no da ninguna explicación sobre ciertas situaciones. Éstas sólo ocurren, dejando al espectador que llene brechas como considere conveniente. En esos momentos se pone en juego el significado de lo que es y no es artístico.
***
Lo más selecto del séptimo arte suele salir de festivales importantes como Cannes. The Square, al ser la más reciente ganadora de la Palma de Oro en el prestigioso evento, fácilmente podría formar parte de las 50 mejores cintas en la historia del festival.