El segundo reinado más largo en la historia de Gran Bretaña (después del de la reina Isabell II, que sigue vigente) fue el de la reina Victoria, el cual duró 63 años. De esta monarca es bien sabido que pertenece a ese selecto grupo de mujeres poderosas que han marcado la historia, así como que protagonizó uno de los amores más trágicos de todos los tiempos. No obstante, también forma parte de una anécdota peculiar, pues tuvo una curiosa amistad con el hindú Abdul Karim, un ciudadano sin linaje ni títulos, hecho inconcebible para la época y para miembros de la realeza. Hacia este vínculo más allá de la raza y del estatus social habla la cinta Victoria y Abdul [Stephen Frears, 2017].
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El año es 1887. Han pasado diez años desde que la reina Victoria se convirtió en Emperatriz de la India y dos habitantes de aquel país viajaron hasta el Castillo de Windsor para servir a la monarca. Uno de ellos, “el más joven, delgado y alto”, dicho por la propia soberana, de nombre Abdul Karim, comenzaría una aventura sin precedentes para sus raíces y formación. Poco a poco gana la confianza de su majestad y se vuelve parte de la familia real.
Por supuesto que esto no tiene contentos a los demás integrantes del palacio, quienes de diversas formas tratan de alejar al extranjero de Inglaterra. Sin embargo, no lo logran hasta el deceso de la monarca, en 1901, cuando el sucesor al trono e hijo de Victoria, Eduardo VII, lo regresa a su nación, no sin antes quemar muchos de los recuerdos (como fotografías y cartas) que ligaban a Abdul con la emperatriz.
En Victoria & Abdul película Judi Dench encarna por segunda vez en su carrera a la reina Victoria (la primera fue en Mrs. Brown [John Madden, 1997]. Sin duda éste es el acierto más grande de la producción. Colocar a una actriz capaz de interpretar a una monarca con personalidad y carácter le da veracidad a lo retratado, sin dejar de lado la simpatía que emana de ella.
La acompaña Ali Fazal como Abdul Karim, quien también logra impregnar su trabajo de inocencia y carisma. El actor indio y la experimentada intérprete componen una mancuerna con química y soportan sin dificultades el peso de la producción en sus hombros. Es como si fueran cómplices en la vida real, cada uno guardando los secretos del otro ante los oídos de los demás.
Pero ¿qué sería de un largometraje de época —aún más si se habla de la corona británica— sin un sólido departamento de arte y vestuario? A lo largo de la trama se puede ver cómo resolvieron la negativa por parte de las autoridades inglesas de rodar en el Castillo de Windsor, por lo que recrearon algunos interiores con minuciosidad para dar la sensación de estar en la segunda casa de la actual reina Isabell II. En cuanto a los atuendos, sobre todo de los hindús, son vistosos y coloridos. Los de la familia real por su parte, son adecuados, pero nada espectaculares.
La historia de Victoria & Abdul tiene ritmo gracias a los pequeños guiños cómicos insertados quirúrgicamente. Es además una oportunidad para conocer un aspecto diferente, interesante y sobre todo verídico sobre un personaje histórico, más allá de las formales apariencias. La cinta no se extiende demasiado y las labores de fotografía te llevan de la mano por paisajes y lujosas estancias, por lo que también se convierte en una especie de tour por vistosos rincones ingleses y algunos indios.
¿Cómo no disfrutar de un largometraje en el que el talento de Judi Dench, con 81 años de edad al momento de la filmación, florece con característica simpatía? En resumidas cuentas, Victoria & Abdul expone una visión diferente de la reina inglesa y da cuenta de un secreto guardado por años en la realeza, sobre una relación atípica en lo personal para una persona de su estatus, mientras indaga en lo rutinario y pesado que puede ser la vida de una monarca.
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Estas películas usan la fantasía para explotar los sentimientos de sus protagonistas, adentrarse en sus ideas y mostrarle a la audiencia que no necesitas ser congruente ni mostrar la realidad para hablar honestamente sobre el corazón humano y cómo sus fantasmas pueden convertirnos en otra persona.
