Cuando somos niños aprendemos los diálogos de todas nuestras películas favoritas, en mi caso fueron únicamente de Disney, así como canciones de “Hércules”, “El rey león” y “Toy Story”, me encantaban las historias donde había traiciones y el héroe se alzaba con la victoria al final del filme. El bello “vivieron felices por siempre” era un ideal que debía seguirse y para mí aquellas animaciones se habían convertido en clásicos simple y sencillamente porque hicieron mi infancia más fácil. Ahora que puedo apreciar largometrajes más violentos, llenos de penumbra, soledad y amor incomprendido me pregunto una y otra vez ¿qué es considerado un hito y belleza del séptimo arte?
Todas esas bellezas siempre reciben el nombre de “clásico”, pero para mí –salvo su mejor opinión– la importancia no se mide en el tiempo, sino lo que ésta haya aportado al cine. ¿Puedo salir a decir que “Gladiador” de Ridley Scott es mejor que Ben-Hur o que “Interestelar” me hace pensar más que “2001: Odisea del espacio” de mi querido Kubrick?, la respuesta puede ser no y sí a la vez, pues siempre dependerá de lo que te haga sentir más. Si lloras al final, te da un terror horrible o en tu rostro se dibuja una sonrisa mientras escuchas la última canción del soundtrack.
Por eso vale la pena ver películas, es un escape de la realidad. Piénsalo de esta manera: se acercan las vacaciones de Navidad, obviamente Nochebuena es para la familia, el brindis y demás tradiciones, pero el día siguiente queda destinado para una tarde de recalentado e inmunda aburrición, ¿por qué no aprovecharla viendo algunos clásicos del cine? En cable puede haber muchas opciones, pero aceptémoslo, es mejor verlas por streaming porque más vale estar conectado al mundo que verlo pasar mientras todos disfrutan de estas películas que te ayudarán a crear esa hermosa sensación a la hora de ver un filme, sin importar si llevan cinco, cuatro, tres o dos décadas de vida.
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“Psicosis” (1960)
Alfred Hitchcock
El maestro del suspenso Alfred Hitchcock dijo una vez: “Filma tus asesinatos como si fueran escenas de amor y filma tus escenas de amor como si fueran asesinatos”. Lo cual puede introducirnos a lo que significa la película “Psicosis”. Una película donde una chica roba una considerable cantidad de dinero y en su escape decide hospedarse en Bates Motel, el negocio familiar de una madre y su hijo quienes por alguna razón no han recibido muchos clientes los últimos días. Te espera una ola de suspenso puro.
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“El hombre del brazo de oro” (1955)
Otto Preminger
“El hombre del brazo de oro” estuvo nominada a varios premios Óscar, entre ellos el de mejor actor para Frank Sinatra –además de cantar, actuaba formidable– y la película gira en torno a Frankie Machine, quien ha dejado la cárcel y se ha reformado de la mala vida: la heroína y el juego. Parece que el mundo está empecinado en orillarlo a regresar y convertirlo en el inmundo ser que antes era.
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“El padrino” (1972)
Francis Ford Coppola
La mejor película del hampa en su máxima expresión, son los años 40 y Norteamérica se encuentra invadida por inmigrantes italianos que llegan a la tierra prometida con una sola idea: hacerse ricos. En “El padrino” de Coppola se juega mucho con el ideal del sueño americano y cómo la familia Corleone ha logrado crear un imperio de crimen; el problema llega cuando otras familias de la “cosa nostra” le ofrecen el negocio del futuro Don Vito Corleone: las drogas.
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“Taxi Driver” (1976)
Martin Scorsese
El problema de Travis Bickle –Robert De Niro– es que todo su entorno está petrificado, se cae a pedazos, estuvo en la Guerra de Vietnam y a su regreso se ha encontrado con una sociedad envuelta en el vicio, la prostitución, el morbo y la violencia descarriada que gobierna todos los días las calles de Nueva York. La película es un retrato del contraste social y al mismo tiempo proporciona un registro histórico de lo que era la gran manzana en los 70. Dirigida por el maestro Scorsese, este filme es imperdible.
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“Los 400 golpes” (1959)
François Truffaut
Ganó el premio a mejor director del Festival de Cannes en 1959 y se ha convertido en un clásico de culto. La trama te enseña sobre adolescencia y decisiones realmente duras, pues el personaje principal –Antoine Doinel– descubre las infidelidades de sus padres mientras que un profesor déspota lo tiene en la mira. La respuesta inmediata del chico es escapar y encontrar su propio rumbo junto a su amigo René.
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“Tiempos modernos” (1936)
Charles Chaplin
Charles Chaplin siempre nos regaló joyas donde se involucraban problemas sociales y la sátira se hacía notar. En “Tiempos modernos” nos muestra una comedia en un cine mudo consciente lleno de gags en donde un hombre –Chaplin–, obrero metalúrgico, termina por perder la razón y después de recuperarse en el hospital es acusado de participar en una manifestación.
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Siempre es bueno apreciar los verdaderos clásicos que son la base de muchos directores en la actualidad y aunque en esta lista no hayamos salido de los 70, también son imperdibles películas como “Azul”, la primera parte de la “trilogía del color” del polaco Krzysztof Kieslowski o incluso, otras más conocidas del irreverente Quentin Tarantino como “Tiempos violentos” que, a pesar de haberse realizado en 1994, tiene ese brío de clásico en la pantalla grande.
https://www.youtube.com/watch?v=56eGeiMZG4g
No hay nada como ver una buena película, sobre todo después de un día festivo hay que quitarle el protagonismo al recalentado y reclutarse en el sillón para disfrutar los mejores clásicos del cine.
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