Todo eso es parte de los enredosos romances y confusos finales de algunas películas que la mayoría entendimos mal. En estos guiones encriptados parecía que el amor había triunfado ante la infidelidad, la distancia o las decepciones, pero realmente a estas parejas sólo las “motivaba” el conformismo, la rutina, el miedo a la soledad y la presión social.
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El amor, aunque no lo creas, jamás triunfó en:
El deprimente reencuentro de la desgastada pareja en Like Crazy (2011) de Drake Doremus.
https://www.youtube.com/watch?v=hTUvX_pYNBM
El extraño e inconcluso romance entre la deprimida Eleanor y el conformista Conor que protagonizan The Disappearance of Eleanor Rigby (2014) de Ned Benson.
La película Gone Girl (2012) de David Fincher, pues Amy sólo comprobó –una vez más– que su esposo sólo finge amarla porque no es capaz de terminar una relación que ya está muerta.
El drama de Angelina Jolie, By the Sea (2015), en el cual actúa ella misma junto con su exesposo de la vida real, Brad Pitt. Ambos están juntos porque saben que nadie más soportaría sus destructivas personalidades.
En la eufórica, erótica y desastrosa relación de la joven pareja en la película española Amar (2017) de Esteban Crespo; los dos llegan a odiarse, pero ninguno sabe sobrevivir sin el odio del otro.
El lío amoroso de The Romantics (2010) de Galt Niederhoffer; el cual inició con un grupo de amigos que se enamoraron y desenamoraron varias veces y terminó como una gran maraña de relaciones falsas.
https://www.youtube.com/watch?v=U-sgWHXJfZ4
En el brillante y complejo guión de Third Person (2013) de Paul Haggis, pues a pesar de parecer una historia de amores incondicionales, sólo es una muestra de lo que las personas llegan a hacer cuando no tienen amor propio.
El drama mexicano Lu-To (2013) de Katina Medina protagonizado por una pareja que creyó ser eterna, pero al darse cuenta de que eso no era cierto ambos se aferraron a una problemática y vacía relación.
En la fantasía de Guillermo del Toro, The Shape of Water (2017), pues aunque parezca que estos dos vivirán felices en las profundidades del océano, realmente se trata de una imposición –por parte de la criatura del agua– que se apodera de la vida de la mujer que dice amar.
En la película Revolutionary Road (2009) –de Sam Mendes– ni Leonardo DiCaprio ni Kate Winslet se aman incondicionalmente, más bien los dos están suficientemente agotados como para buscar su verdadera felicidad en otro lugar.
En la cursi y triste historia de Love and Other Drugs (2010) de Edward Zwick, en la que una enfermedad arruina una relación casi perfecta.
Lo creas o no, todas estas películas no retratan el amor verdadero ni el romance perfecto, sino esa etapa en la que muchas relaciones se estancan por miedo a enfrentarse a la soledad.