Las películas que sólo disfrutarán las personas inteligentes según la ciencia

Las películas que sólo disfrutarán las personas inteligentes según la ciencia

Las películas que sólo disfrutarán las personas inteligentes según la ciencia

Es un poco banal pensar en qué tipo de película te puede hacer inteligente o demuestra que lo eres. Muchos mencionarían profundos trabajos de Andrei Tarkovski, Ingmar Bergman o incluso algunas de las primeras cintas de Christopher Nolan, pensando que —porque son obras que presentan temas un poco más enfocados hacia el análisis, a diferencia del cine mainstream— solo son para gente con un intelecto más alto, pero eso no es verdad. En realidad ver cine te hace más inteligente per se, abre tu panorama y permite observar nuevas cosas. Así sea bueno o malo lo que se vea, esté escrito por Charlie Kaufman o Adam Sandler, en cierto sentido, todas las películas nos hacen tener un criterio más amplio.

Además, ¿por qué cerrarse a las malas películas? ¿Por qué pensar que sólo las más grandes obras de la historia nos pueden entretener o aportar algo? De hecho, mirar un filme terrible nos puede aportar mucho más que uno bueno: nos damos cuenta de que algo no está bien y nos podemos burlar de ese hecho, aprendiendo así a tener un criterio más sólido sobre lo que es de calidad y qué es simplemente malo.

Como prueba de eso, un estudio publicado por el diario científico Poetics, aseguró que existe un vínculo entre la alta inteligencia y disfrutar malas películas.

Aunque parece irónico, sirve para reforzar lo que mencionamos. «Para esos espectadores, los malos filmes parecen como una alternativa interesante al cine popular», asegura el Dr. Keyvan Sharkhosh, uno de los investigadores. Quizá haya más que eso. El estudio asegura que son las personas con un alto nivel cultural las que disfrutan más de esos trabajos, ya que, al tener más conocimientos, pueden burlarse de obras que son ridículas sin intención. Tienen la capacidad de ver los errores y lo mal producidos que están los filmes, pueden entender todo lo que hay detrás de lo exhibido en la pantalla. Es una característica de un cinéfilo interesado en todo el proceso de creación de una mala cinta.

«A primera vista parece paradójico que alguien vea a propósito películas malas, vergonzosas y hasta perturbadoras, y que lo disfruten», dice el investigador. Y sí, es extraño. El cliché marca que la persona culta verá más películas profundas e interesantes, pero lo cierto es que un mal filme es una excelente forma de diversión para reforzar conocimientos y pasar el rato.

Cabe destacar que con “mal filme” no englobamos todas las malas películas que se hayan realizado. Las películas de las que habla el estudio son las trash; hechas con bajo presupuesto, y que no son malas de forma intencional, sino que se ven tan mal que es imposible dejar de reírse. No se refiere precisamente a una comedia mala como cualquiera de Eugenio Derbez, o una de acción tipo Rápidos y furiosos, sino a trabajos como Mommie Dearest, que originalmente estaba planeada como un drama y termino siendo una comedia por las malas actuaciones, el pésimo diseño de producción y la exagerada historia. Otro ejemplo es The Room de Tommy Wiseau, que fue pensada como un drama clásico pero hoy es considerada “la mejor peor película de la historia”; su impacto fue tal que James Franco dirigió una adaptación de la leyenda detrás de esa cinta: The Disaster Artist.

Otras películas son las también llamadas z-movies, hechas con muy poco presupuesto y que, aunque tratan de crear impacto, terminan siendo hilarantes, provocando un fuerte interés en el espectador que ya está harto de lo convencional. Las disfruta alguien que pueda diferenciar entre un filme aburrido y uno tan malo que es bueno.

Si te gustan ese tipo de películas, quizá seas más inteligente que el resto. En realidad el estudio sólo afirma que hay un vínculo entre tener un gran bagaje cultural y el gusto por esos filmes, pero eso dice mucho de nosotros. Si alguien ya conoce las más grandes obras de Tarkovski o de Bergman, el próximo paso no serían más directores profundos, sino aquellos que quisieron hacer demasiado y terminaron creando trabajos hilarantes y vergonzosos. Solo así puedes ampliar tu panorama y conocer más sobre el cine.

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