Drogas, pornografía infantil, asesinos a sueldo. Desde el nacimiento del Internet han existido miles de leyendas sobre qué podemos encontrar en la Deep Web y al parecer muchas de ellas son reales. La Deep Web es el lado oscuro de la luna, el Ying de un Yang, el lugar extraño que inevitablemente iba a existir después de la llegada del Internet, y aunque al principio fue una herramienta para la libertad de expresión, eventualmente se convirtió en el lugar más oscuro de la web.
Contrario a lo que muchos creen, sí existe la Deep Web. Imagina que Facebook es la punta de un iceberg, y Google, y los sitios que encuentras fácilmente son la parte superior: es fácil de ver, accesible y parece que no hay nada abajo. La Deep Web es el resto del iceberg, lo que se encuentra bajo la superficie del mar.
Es una serie de sitios que no se encuentran en el índice de Google, cuyo acceso es privilegiado, peligroso y riesgoso para las personas comunes. ¿La razón? Está lleno de todo lo que no podemos ver en la superficie. Como en los barrios bajos de una ciudad, ahí se vende –literalmente– droga, sexo, y cosas que no podrían ser compartidas de forma legal, incluyendo pornografía infantil. Es imposible entrar de forma anónima, y los niveles de seguridad son cada vez más altos.
Para explicarlo todo de una forma más comprensible para todos, Manolo Más a tomado el canal de Cultura Colectiva con una nueva serie llamada Planeta Insólito, en donde explica distintos fenómenos tecnológicos y naturales de una forma excéntrica, alternativa y rara. Con un humor seco y sencillo, se apoya en extraños personajes y en excelentes animaciones para narrar sus “descubrimientos”. El primero de ellos es la Deep Web y en unos breves minutos se encarga de contarnos en qué consiste y cómo ingresar… bajo tu propio riesgo.