“Love, Simon”, la película que nos recuerda que todos tuvimos secretos en la adolescencia

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El cine adolescente ha estado presente en la industria cinematográfica durante los últimos años. Empezó como género en la década de los 50, pero tomó fuerza gracias a dos directores: Éric Rohmer, quien estuvo presente en la Nueva ola del cine francés y su cine evidenciaba la vida compleja de los adultos jóvenes; y el más conocido por todos, John Hughes, quien en los años 80 creó una serie de películas que no sólo popularizaron el género al ser aclamadas por el público y la crítica, sino que le dieron una esencia que ha intentado ser replicada por muchos autores a través de los años. Estas cintas lograban darle profundidad a los problemas de los adolescentes, además de contar con un gran ritmo cómico y escenas tan épicas que aún son recordadas. 

No sólo Hughes y Rohmer fueron grandes creadores de historias adolescentes. A lo largo de los últimos años el género ha tomado fuerza y ha entregado grandes cintas que van por distintos géneros, desde la comedia hasta el drama. Todos han mostrado personajes complejos e historias envolventes; por ejemplo, cintas como Las vírgenes suicidas, Juno, Submarine, Las ventajas de ser invisible, Easy A, Superbad y Chicas pesadas. Este año llegó a las carteleras internacionales una cinta que tiene todo para posicionarse entre los grandes clásicos del cine adolescente: Love, Simon.

Love, Simon es una película americana basada en el libro Simon vs La agenda homosapiens de la autora Becky Albertalli. Nos habla sobre la vida de Simon, un adolescente perfectamente normal que vive una vida tranquila con su familia amorosa y su gran grupo de amigos, sólo que hay una situación complicada: Simon es gay y nadie lo sabe. Aunque esto no es algo que le preocupe, pues nunca ha sentido la necesidad de salir del clóset. Pero todo cambia el día en el que un compañero de su secundaria sale del clóset de manera anónima en una red social. Ahora Simon intentará contactarse con él y pondrá en riesgo su secreto. La cinta es dirigida por Greg Berlanti, quien anteriormente había escrito varias series de televisión sobre adolescentes, como Dawson’s Creek y Young Americans, además de ser co-creador de las series Arrow y Flash. El director logra contar la historia de una manera bastante dinámica y fluida, esto gracias a los cambios a la historia del libro que permitieron tener un mejor ritmo; además, el lenguaje de comedia está bien balanceado con el drama dentro de la historia, cosa que se agradece pues el director supo tomar su tiempo para darle al espectador ambas cosas.

Sin duda, uno de los aciertos de la película no es tanto la dirección, sino la selección del elenco, pues esta vez presentan a actores jóvenes cuya edad se adecuaba para interpretar a los protagonistas, ya que el espectador es suficientemente inteligente para notar cuando un actor tiene una edad mayor a la de su personaje. Nick Robinson —quien interpretó a Zach en Jurassic World — nos entrega un Simon bastante genuino, con mucho carisma, que logra empatizar con la audiencia desde su primera aparición. Además, en el elenco también se encuentra Katherine Langford —quien interpretó a Hannah Baker en 13 Reasons Why— y Alexandra Shipp —quien interpretó a Tormenta en la última cinta de X-Men. Ellas interpretan a Leah y Abbi, las mejores amigas de Simon. Ambas actrices logran una buena química con el protagonista, creando así una relación más genuina en pantalla que hace que cada escena se sienta muy natural. Otro de los grandes aciertos de la cinta es el soundtrack, el cual incluye canciones de Bleachers, Amy Shark, Troye Sivan e incluso Jackson 5 y Whitney Houston, entre otros más. La música logra dotar de energía a la cinta y regula tanto la parte dramática como la comedia. Aunque esto también se debe al guión, pues es muy fácil notar que es el que marca los tiempos en los actos de la cinta; además de que nos vuelve cómplices de Simon, debido a que buscamos al verdadero Blue junto a él.

A pesar de todas estas cosas maravillosas, Love, Simon no es perfecta, pues en varias ocasiones se esfuerza demasiado en intentar crear escenas épicas que se queden en la cabeza del espectador —como la declaración de amor hacia Abbi en un juego de fútbol o la escena de la rueda de la fortuna—, cosa que lamentablemente no logra por completo. Pero a pesar de eso, la trama es tan buena, el ritmo es tan bien llevado y sus actuaciones son tan genuinas que logra crear una gran película que quedará en el corazón de muchos espectadores. Aunque se debe dejar algo claro: esta no es una cinta totalmente gay, que se esfuerza en darle un lugar a la comunidad LGBT en el cine o que intenta dejar un mensaje de equidad, porque no necesita hacer eso. No hay situaciones de homofobia ni alguna opresión hacia Simon. Más que eso, esta es una película sobre secretos, esos secretos que todos guardamos y tememos contar; y sobre todo, lo que estamos dispuestos a hacer para que esos secretos se mantengan ocultos.

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