Los sueños sí se hacen realidad, siempre y cuando tengas talento, persistencia e imaginación. Genndy Tartakovsky es un ejemplo de ello, tras 15 años de “hiatus” o mejor dicho “cancelación indefinida y quizá para siempre”, el ya no tan joven animador nos sorprender a todos para traernos de vuelta una de sus mejores creaciones, quizá su obra magna: “Samurai Jack” está de regreso en la televisión con nuevas historias.
Parecía casi imposible, pero desde hace un tiempo los rumores de una posible nueva temporada fueron evidentes con la reciente publicación de una serie mensual de cómics, que continuaban con las aventuras de Jack, el Samurai que lucha contra el demonio Aku y sus fuerzas del mal. La historieta tuvo una buena recepción y cierta popularidad; sin embargo, tenía la desventaja de presentar historias dentro de un medio para el que no estuvieron destinadas originalmente.
Toda la estética planteada por Tartakovsky —como casi todo su trabajo— poseen un aire de “animación 2D tradicional” y, por supuesto, de grandes escenas de acción desarrolladas de forma muy cinematográfica que no pueden ser apreciadas a plenitud bajo un formato impreso. Además, era casi injusto conformarse con una muy buena creación no hecha a su medida, claro que todavía estaban a disponibilidad las cuatro temporadas de la serie; una joya de la animación, pero lamentablemente se encontraba inconclusa hasta ahora.
“Samurai Jack” siempre estuvo destinada a convertirse en una de serie de culto, ya que fue uno de esos programas de la infancia que, por alguna razón, parecía ser mucho más de lo que aparentaba, y quizás ese tipo de propuesta fue lo que la llevó a su cancelación. En efecto, se trataba de una historia que tenía más capas, muchas referencias a la mitología de otras culturas que escapaban de la comprensión de un niño; pero, aun así, se quedaba guardado en nuestra mente.
Al principio, tal vez no podíamos más que maravillarnos por sus escenas de acción sugerentemente “sangrientas”, aunque también se podía admirar desde un punto de vista creativo algunas de las complejidades de su animación. Aún sin entenderla del todo siendo niños, siempre era agradable para nuestros ojos ver cada uno de los episodios.
El silencio de su atmósfera, los colores vibrantes, escenarios que emulaban pinturas en tinta china, la estética influenciada por la cultura japonesa mezclada con el futurismo occidental y la fluidez de la animación, para algunos, quizá, sólo haya sido otra serie más con una carga nostálgica, pero para otros fue una escuela que nos enseñó a apreciar el entretenimiento más allá del espectáculo, fue una manera de sensibilizarnos ante el mundo del arte.
Este tipo de reflexiones no sólo mantuvo a la serie en el pensamiento colectivo durante años luego de su desaparición, sino que fue capaz de sumar nuevos seguidores con toda una barrera generacional de por medio, lo que permitió que 15 años después, un poco más tarde de los esperado, podamos verla nuevamente; quizá un Samurai un poco cambiado, algo más melancólico pero, definitivamente, listo para una última cruzada.
Con su distintiva animación y diseños, la serie abre paso a una nueva temporada que no sólo promete traer de vuelta lo mejor de sus inicios, sino que aborda conceptos nuevos, un poco más adultos, acorde a la actualidad y la madurez que le corresponde a quienes fueron sus primeros espectadores; aunque sin abusar del sello “adulto”, pues permite que sea disfrutada como una animación apta para toda la familia.
Por suerte, el formato anterior era tan episódico y estándar que permite que este nuevo lote de capítulos con más de una década de separación, pueda ser visto de forma inmediata sin sentir que nos hemos perdido de algún evento relevante en el pasado; al contrario, parte del atractivo ahora será descubrir lo que ha pasado durante todo este tiempo.
Así que nos encontramos con un rostro familiar, nuestro protagonista es el mismo pero ahora se le ve más severo, algo perdido, y nos da a entender que se encuentra confundido, por lo que al parecer la historia seguirá una trama más longeva que se desarrollará a lo largo de la temporada, ya no será sólo un relato de heroísmo, sino de redescubrimiento.
Nuevas amenazas se avecinan con lo que parece ser la estirpe del demonio “Aku”, cuyo personaje se torna un poco más lejano —esto tal vez se deba a que el actor que realizaba el doblaje de Mako falleció, aunque no por esto su voz se encuentra del todo ausente—, ya no es el mismo recurso del villano con toques cómicos al que estábamos acostumbrados, ahora se muestra una maldad más incorpórea, oculta pero omnipotente que acecha en las sombras y espera dar el toque final.
Esto sólo parece ser el principio del fin, para quienes aún no tienen muy fresca la serie y no se sienten preparados para retomarla en esta nueva faceta que promete, sólo lean lo siguiente en voz alta:
“Hace mucho tiempo, en una tierra distante, yo, Aku, el amo de la oscuridad, desencadené un mal indescriptible. Pero un tonto guerrero samurai, que blande una espada mágica, decidió oponerse a mí. Antes del último golpe, abrí un portal en el tiempo y lo envié al futuro, donde mi maldad es la ley. Ahora, el tonto intenta volver al pasado, y alejarse del futuro que soy yo… ¡Aku!”.
Entonces, ¿estás listo para esta nueva temporada?
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Muchas de las caricaturas que vemos poseen historias y reflexiones sobre temas que a simple vista no entendemos, por ejemplo, la Schediafilia, el término al que se define el despertar sexual que producen las caricaturas.