Antes de que un perro neurótico se partiera por la mitad para convertirse en una criatura indiferente y una malvada, su mejor amigo, un gato bobo con la lengua de fuera, le enseña la tercera nalga que le salió en la espalda debido a un experimento fallido. Esta compleja y ridícula oración no es la que alguien dijo en su viaje alucinatorio, sino el inicio de un capítulo de “Ren y Stimpy”, una caricatura de los 90 que parecía no tener sentido alguno. Ren era un chihuahua neurasténico que se aprovechaba de su inocente amigo Stimpy, un gato regordete. Ambos personajes vivían una aventura diaria que muchos de nosotros ni siquiera entendíamos, pero con la que reíamos todas las tardes.
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Con el paso de los años y después de vivir algunas experiencias particulares, sentarnos a ver caricaturas como “Ren y Stimpy” cobra un sentido completamente distinto. Toda una época estuvo marcada por el contenido subversivo que Nickelodeon y otras cadenas de televisión “infantil” crearon para entrenar a los más chicos. Hoy, los que dejemos de ser niños, no necesitamos analizar a detalle cada capítulo de algunas series animadas para concluir que éstas y sus personajes promovían el uso de drogas.
Basta con poner atención a las actitudes de los protagonistas de estos programas. Criaturas con formas extrañas y personalidades excéntricas, quienes se involucran en situaciones cuestionables y de estética grotesca, nos hacen pensar que estas series animadas nos invitan a probar todo tipo de cosas, por lo menos de manera indirecta. Así como Ren parecía un adicto al crack y Stimpy un gato que viajaba en ácidos, otros icónicos y memorables personajes de nuestra infancia también parecían estar en drogas durante cada capítulo.
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Scooby Doo y Shaggy
Ambos eran los holgazanes del grupo, pero también eran los más paranoicos del “La Máquina del Misterio”. Aunque nunca se vio claramente, hubo una escena infame en la que detrás de la espalda de Shaggy sale una estela de humo, como si se hubiera fumado un porro de marihuana junto con Scooby; además no podemos olvidar el munchies que atacaba a estos dos en cada capítulo.
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El pájaro loco
La energía desbordada de este pájaro que andaba a toda velocidad, es muy parecida a la frenética personalidad de un cocainómano. Es imposible ver un episodio de esta serie animada en el que el pájaro loco no aparezca con los ojos estrellados, la pupilas dilatas y el pico ansioso.
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La oruga de Alicia en el país de las maravillas
Sin vergüenza alguna esta larva fumaba una hooka frente Alicia cada vez que podía. Cada exhalación formaba una figura que sólo podríamos ver durante un viaje de estupefacientes. Él también es el personaje que le sugiere a Alicia comer hongos para crecer y encogerse, por lo que más que un consejero parece el dealer de esta caricatura.
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Goofy
Las habilidades psicomotrices de este larguirucho personaje estaban alteradas de sobremanera. Como si acabara de inhalar resistol Goofy intentaba patinar por la calle o jugar beisbol a pesar de su nula capacidad para caminar en línea recta.
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Popeye
La lata de hierbas verdes que Popeye comía antes de salvar a Olivia parecía una dotación de esteroides que hacían crecer de manera repentina cada uno de sus músculos. Además de la fuerza desmedida, este personaje aumentaba su seguridad al sentirse invencible y volverse más agresivo cada vez que comía de su lata. Lo cual es demasiado exagerado y sospechoso para haber ingerido sólo algunas espinacas.
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Pepe Le Pew
Él era un romántico empedernido o tal vez un adicto al MDMA. Este zorrillo no controlaba sus impulsos ni sus demostraciones de afecto hacia una pobre gata blanca con negro que se pasó la vida intentando escapar de las garras de este consumidor de éxtasis, pues ni el amor más grande te incita a frotarte con tanta insistencia en la persona que te interesa.
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Animaniacs
El extraño comportamiento del trío de esta serie animada podría ser el resultado de todo un coctel de sustancias, pero lo primero que podríamos asociar con las alucinaciones y reacciones de estos conejos insoportables es el LSD. En cada capítulo alguno tiene una idea brillante, como ser el rey de Anvilania o un vagabundo sin pantalones; esa misma imaginación siempre convertía en una escena psicodélica, por lo que es difícil no deducir que ellos se encontraban bajo los efectos de alguna droga.
Es probable que hace algunos años ni siquiera nos haya pasado por la cabeza el hecho de que estas series animadas intentaran persuadirnos para consumir drogas. Ahora, con algunos años de experiencia, varias aventuras y un ojo crítico más desarrollado, podemos relacionar escenas, personajes y capítulos completos de estas caricaturas con algunas sustancias. El comportamiento de Shaggy, los Animaniacs, Pepe Le Pew y todos estos personajes son un listado de síntomas y reacciones que algunos estupefacientes provocan. ¿Coincidencia o intención? No podremos saberlo, pero es seguro que nos divertimos mucho viendo estas caricaturas y es probable que al observarlas ahora nos recordarán a más de una fiesta en la que hayamos estado.
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Referencias:
Brobible