Morir de hambre es un deporte extremo, ¿por qué? Porque generalmente cuando el estómago grita, se retuerce y pide clemencia, se debe a momentos de escasez económica o poco tiempo para comer, circunstancias en las que se desarrollan maratones de supervivencia de los que sólo los más aptos salen bien librados. Ni qué mencionar de los espacios que dedicamos a la cocina y sus diabólicos secretos; sobre todo si no tenemos a alguien que nos ayude en ese rubro. Cuando vives con tus padres puede que el 50 % del problema esté resuelto, pero no siempre todo está solucionado. Quizá ellos ya consideran que eres lo suficientemente grande como para que te cuides por tu cuenta y debas ocuparte de tus alimentos para el día a día; también puede ser el caso de que, viviendo solo, adviertas ahora a la cocina como ese campo de guerra donde las batallas enfrentadas no son tan fáciles de ganar.
¿Cuál es la salida más rápida entonces? Los vasos de sopa instantánea y miles de condimentos embotellados para su preparación. Pero no nos dejemos engañar, ese platillo que parece sólo posible en la comida chatarra tiene sus orígenes en recetas que provienen de Oriente y, en realidad, cuentan con una tabla nutrimental más compleja que esos envases de unicel y contenido dudoso.
Preparar noodles, como se le conoce en el mundo globalizado a esta sopa, es muy sencillo y casi siempre, barato. Este alimento básico en la dieta de Asia cuenta con una historia milenaria (aparecieron por primera vez cerca del año 5000 a.C.) y es una tradición libre de grasas, sal y aburrimiento.
Los platillos que a continuación te presentamos toman como base la cocción básica de tres tipos de fideo: udon, ramen y soba. El primero es uno bastante grueso, el segundo es mucho más delgado y curvilíneo, y el último es casi igual de delgado pero más largo.
Cocción de la pasta
Para esto se requiere siempre un litro de agua por cada 100 g de fideos, agregar unas cuantas hojas de laurel, sal de mar al gusto, un diente de ajo y un trozo de cebolla. Al agua hirviendo se le pueden sumar verduras si lo deseas.
Hay algunas pastas que no requieren de mantequilla o aceite al momento de hervirse, pero si es un sabor que gustas proporcionar, esa será tu elección.
A estos fideos se les pueden añadir los siguientes ingredientes e ir variando lo que consumes toda la semana. Preparar un buen plato de noodles asiáticos no es complicado; déjate llevar por el antojo y tú mismo calcula qué tan condimentado o acompañado quieres tu guiso. Mientras tanto, aquí unas sugerencias:
Tikka Massala
Con 500 g de pollo en fajitas, unas 3 o 4 cucharadas de salsa tikka massala y una sartén se puede hacer magia. Revuelve todos los ingredientes en el recipiente caliente para obtener una rica sopa frita con un sabor originario de la India con base en el curry y la leche de coco.
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Con verduras y huevo
Un par de huevos cocidos y algunas verduras que se puedan comer en crudo son la mejor opción para romper el hambre. Puedes utilizar jitomates cherry, champiñones, aceitunas negras, espinacas y zanahorias.
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Sopa china
Agregando al agua un poco de consomé de pollo, cebollín finamente picado, trozos de tofu y una pizca de pimienta se tiene en cuestión de minutos una rica y caliente sopa asiática.
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Con verduras salteadas
Agrega en una sartén a fuego alto unos cuantos champiñones, zanahorias rayadas y trozos de calabaza. Saltéalas y añade un poco de soya y ajonjolí. Vierte en tus fideos ya drenados y tendrás un platillo para todo el día.
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Shiitake
Vierte en una sartén un poco de jengibre rallado, tres cucharadas de aceite de oliva, chile picado, una bandeja de shiitake (setas), cebolla picada, tiras de pimiento rojo, un chorrito de vino blanco y una cucharada de azúcar. Con ello, acompaña tu pasta y será de lo más delicioso y nutritivo para una tarde pesada.
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Con salsa de almendra
Licúa media taza de almendras, un chorrito de vinagre de arroz, jugo de un limón, salsa de soya y tahini (pasta de ajonjolí). Agrega agua de ser necesario, pero no debe quedar muy líquida. Cuando esté lista, viértela sobre la pasta y listo.
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Seitán picante
El seitán es un preparado de gluten de trigo, entonces si no consumes nada por el estilo, más vale que no intentes esta receta; toma dos rebanadas de esta “carne vegetal”, córtalas en cuadritos, mézclalas con pimientos, cebollas y calabacines picados para finalmente agregar jengibre, sal, azúcar, hojuelas de chile, aceite de oliva, ajos machacados, salsa de soya y una cucharada de salsa de tomate. Espera a que todo espese y estará listo para acompañar tus fideos.
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Con tocino y camarón
Pon a freír trocitos de tocino en una sartén y cuando estén cerca de dorarse por completo, añade la cantidad que desees de camarón. Salpimenta, añade un poco de soya, quizá algunos chiles picados y drena la grasa restante. Cuando les hayas quitado el exceso, añádelos a la pasta.
A partir de estas recetas puedes poner tu ingenio en marcha e inventar una que otra receta para no morir en tus días de hambre; si el bolsillo está escaso de dinero, puedes omitir algunos ingredientes y sólo optar por verduras o imaginar diversas mezclas para no caer en la monotonía. La ventaja de los noodles es que son muy versátiles e incluso solos con un buen trozo de pan saben increíbles. Para ver más recetas funcionales en tiempos de crisis, visita los consejos para cocinar sin gastar mucho o 15 recetas que puedes hacer con latas de atún para no morir de hambre.