El vino es una de las bebidas alcohólicas que más ofrecen beneficios a la salud, claro si se toma con medida, gracias a que está hecho de uvas las cuales contienen potentes antioxidantes naturales, además a diferencia de la cerveza, los vinos no están carbonatados (excepto el champán y los vinos espumosos).
Muchas veces cuando consumimos un producto no conocemos cómo es que se hacen, simplemente las compramos en los estantes de los establecimientos. En este artículo te explicaremos cómo es que se hace el vino, que en realidad es un proceso realmente fascinante.
Viñedos
Primero, lo primero. El proceso de la elaboración del vino inicia con la selección de las uvas, los viñedos son un determinante crítico para obtener un producto final de calidad. La exposición al sol y el tiempo que las uvas permanecen en la vid juegan un papel clave en el desarrollo de la uva y en los niveles específicos de azúcar. La ubicación, el clima, el terreno, los suelos, las vides, los sistemas de riego y el control plaguicidas controlan todos los factores en el producto final de una manera u otra.
Existen varios tipos de categorías de uvas de vinificación, de estas depende el sabor y el tipo de vino que se producirá, entre ellas están las siguientes:
Recolección y trituración
La recolección de las uvas se hace a mano por trabajadores. La mayoría de los viñedos comenzarán a recolectar las uvas blancas y luego pasarán a los varietales rojos. Una vez que se recoge la cosecha, se transporta a la planta de trituración, aquí es donde comienza el proceso de convertir las uvas en jugo y luego en vino.
El objetivo de la trituración no es necesariamente exprimir todo el jugo de la uva, sino dividir la piel externa y permitir que el jugo comience a correr, lo que le da al azúcar del jugo la primera oportunidad de mezclarse con la levadura natural que se encuentra en la mezcla.
Dentro de la trituradora, hay un tambor giratorio perforado. Los orificios en el tambor permiten que el jugo y las cáscaras de las uvas pasen, pero mantienen los tallos dentro del tambor. Las uvas trituradas y el jugo se llaman mosto. El mosto de uva roja se envía directamente a los tanques de fermentación . El mosto de uva blanca se envía primero a una prensa de vino, donde el jugo se separa de las pieles, porque los vinos blancos se fermentan a partir de uvas sin piel.
La prensa de vino consiste en un cilindro de acero inoxidable con una vejiga de goma inflable en el interior. El mosto se vierte dentro del cilindro y la vejiga se infla con aire. La vejiga aprieta las capas contra el lado del cilindro y expulsa los jugos. Los zumos son recogidos y enviados a los tanques de fermentación.
Después de un período de asentamiento, el jugo se “acumula”, lo que significa que se filtra del tanque de sedimentación hacia otro tanque para asegurar que todo el sedimento se haya ido antes de que comience la fermentación.
Fermentación
El mosto se envía a los tanques de fermentación, éstos están hechos de acero inoxidable y se enfrían con glicol para mantener una temperatura en un rango de 4 grados centígrados.El enólogo agrega azúcar y levadura para iniciar el proceso de fermentación, el tipo de levadura y la cantidad de azúcar agregada dependen del tipo de uva.
El proceso de fermentación dura de dos a cuatro semanas. Durante este tiempo, el enólogo toma muestras del mosto de fermentación y mide el pH o los niveles de ácido para determinar que el proceso de fermentación está avanzando como debería.
Almacenamiento
Una vez completado el proceso de fermentación, los vinos tintos se envían a la prensa para separar las pieles del vino. Los vinos tintos se filtran para eliminar la levadura. Los vinos blancos se dejan sedimentar y se filtran para eliminar la levadura. Una vez que se eliminan las levaduras, los vinos se almacenan en tanques de almacenamiento de acero inoxidable o en barricas de roble (el roble le da a muchos vinos un sabor característico) dependiendo del tipo de vino.
El proceso de envejecimiento puede ser de tres meses a tres años.
Embotellar el vino
Cuando el enólogo siente que un vino ya ha alcanzado su máxima expresión al envejecer, es hora de embotellar el vino para su consumo. Algunos vinos blancos están listos para ser embotellados después de unos meses, mientras que la mayoría de los rojos secos necesitan de 18 a 24 meses de envejecimiento antes de embotellar. Una vez que está embotellado, se distribuye a los estantes de los establecimientos de licores o supermercados, y el resto es historia.
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