El tener una abuela enriquece nuestra visión del mundo al apreciar los detalles más mínimos, pero los que más importan. Las lecciones de cocina que heredamos de nuestras abuelas son algo que en definitiva nunca olvidaremos, algo de lo que podemos estar orgullosos.
De pequeños, cuando nuestros papás tenían que salir a trabajar pero la nonna (abuela) iba por nosotros a la escuela, probablemente era uno de los momentos más felices del día, porque sabíamos que ella estaría a cargo de la comida.
La veías cocinar y con cada ingrediente ofrecía todo un espectáculo en los que involucrabas todos tus sentidos. Veías cómo hacía malabares con las cazuelas, los huevos, el empanizador y las verduras, percibías todos los olores involucrados conviviendo en la cocina, pero sobre todo, escuchabas el secreto para que el platillo final tuviera el sabor justo que debías tener en tu plato.
Al probar el resultado final y a medida que pasaba el tiempo, te dabas cuenta que de hecho las lecciones de cocina de tu abuela no podían ser superadas por alguien más.
¿Qué aprendimos de ellas? Aunque será cuestión de perseverar –y mucho– llegarles a la altura, estos son algunos de los tips que más perduran.
Higiene
Obvio, primero que nada, lávate las manos muy bien y recoge tu cabello.
El típico mercado
Antes de ir a un super, opta por comprar en un mercado tus ingredientes. Serán más frescos y además, apoyarás la economía local.
Bate al mismo lado
Esto tiene un sentido, literalmente, así evitarás que se te corte la mezcla.
Tus indumentos
Necesitarás espátulas de muchos tamaños para poder manipular cada ingrediente.
El valor agregado
No cocines con ingredientes corrientes y recuerda que lo barato sale caro.
Orden
Siempre mantén el orden y limpieza en la cocina. Así nada se te perderá de vista ni arruinarás los tiempos de cocción de tus ingredientes.
Mejor ni te acerques
No cocines cuando estés de malas… y si estás muy cansado. Aunque si necesitas hacerlo, porque hay que comer, será mejor que prepares cualquier cosa, sin mucha alma.
Pastelitos
Si un pastel está horneándose, no abras puertas ni ventanas, el plan podría venirse abajo.
Cronómetro
Mide tus tiempos para que nada se te queme y que el resultado final tenga una temperatura adecuada. Si aún no eres un experto en la cocina, no está de más tener un cronómetro a un lado.
¡Olla express!
Tenles respeto, mucho respeto, a las ollas express… ¿en verdad las necesitamos?
Mole
El mole debe moverse siempre la mismo lado y debe hacerlo la misma persona, desde que inicia su proceso de cocción hasta que apagas la olla.
Ajo
Siempre rostiza el ajo unos treinta segundos antes de cocinar algo. Que no se te pase, porque es muy fácil que se queme. Caliente primero el aceite de olivo en el que lo dorarás.
Y el pollo…
Limpia muy bien la espuma del caldo de pollo.
Huele y saborea
El olfato es una muy buena pista para saber si a un platillo de falta sal y sabor. Si su olor no es nada penetrante, sin duda le falta. Cuando huela perfecto, prueba para saber si está listo para servirse.
Nada como el aceite de olivo
Invierte en un buen aceite de olivo. El aceite de maíz no es muy sano, y mucho menos si preparas algo que requiera una mayor cantidad. No hay nada como el aceite de olivo. Fíjate que la etiqueta diga que es apto para cocinar, pues al llevarlos a temperaturas altas, los aceites comienzan a tener cambios químicos poco deseables.
Si te sobra
Utiliza las sobras con sabiduría, pueden servirte para armar un buen plato si tienes buena imaginación.
Frijolitos ricos
El secreto de unos frijoles refritos excelentes son acitronar la cebolla, añadir los frijoles, el chile y dejar hervir. De hecho muchos abuelas solían utilizar manteca de cerdo para darles el mejor sabor.
¡Salud!
Para después de comer, un digestivo para evitar la pesadez… el famoso mal del puerco.
Sal y pimienta
Casi todo se puede arreglar con sal y pimienta. Claro, aunque si le sobra sal, será mucho más difícil.
Calma
Ten paciencia al preparar la comida. Lo bueno tarda y por eso, vale la pena esperar.
Congela
Nunca tires la comida, casi todo es congelable y siempre es bueno tener cosas guardadas para un día en el que no puedes cocinar o alguna visita llega de imprevisto.
Ante de cocinar las carnes
Antes de cocinar, remoja cualquier tipo de proteína en agua y limón por un par de horas para que el olor a animal muerto se le vaya.
¡Sin miedo!
Échale sin miedo… cuando tomas cada vez más confianza, cocinarás con menos temor cada vez de arruinar un platillo. Lo importante es experimentar.
No dejes de probar
Prueba, una tras otra vez durante el proceso. Si hay algún error, lo podrás enmendar antes de que estén todos sentados en la mesa y te hagan cara de “fuchi”.
¡Salud!… otra vez
Y por qué no… una chelita mientras cocinas para abrir el apetito.
Comparte con nosotros las lecciones de cocina que tu abuela te enseñado y las cuales te han salvado de arruinar la cena con tus suegros.
Podría interesarte:
Pasta Grannies: toma una clase de cocina virtual con una nonna italiana
13 errores que cometes en la cocina y perjudican la química de tus alimentos