Si estás aquí porque tienes la intención de estudiar la carrera de gastronomía, ya te encuentras cursándola o te encantaría convertirte en un famoso y aclamado chef, relax, no te asustes. No estoy aquí para romperte el corazón y destrozar tus ilusiones. Simplemente, como en toda carrera o profesión, hay una parte un poco complicada. Creo que al momento de pensar en estar metido en una cocina haciendo platillos deliciosos o aprendiendo a hacer creaciones culinarias, pensamos que es fácil, divertido y armonioso. Resulta que no todo es como estar en Disney, también tiene su lado obscuro, muajaja.
Mientras más completo el panorama, mejor, ¿no? así que pon mucha atención.
La competencia está muy dura
El mundo de la gastronomía se ha vuelto altamente competitivo. Las cocinas se han convertido en los nuevos escenarios y los chefs son los aclamados rockstars. Lamentablemente no siempre terminarás dirigiendo ni estando a cargo de una gran cocina pero afortunadamente esta profesión no se cierra simplemente a preparar alimentos, ya hay una gama amplia de cosas por hacer. Puedes ser crítico, tener un programa en donde cocines, o bien, vayas probando las creaciones de otros chefs, reseñando. También puedes administrar o escribir ampliamente sobre el tema, en un blog o alguna revista. Es más, ¿por qué no? hasta youtuber o instagramer, como un foodie profesional, claro.
Posiblemente el éxito no sea inmediato
No te asustes, sucede en casi todas las profesiones. No se trata solamente del factor económico, también se trata de la realización y reconocimiento. Al ser un ámbito tan competido, tal vez sea complicado lograr entrar a una cocina grande de forma inmediata. Lamentablemente también existen un par de horribles factores: el elitismo y la discriminación. Muchas personas no querrán verte brillar e intentaran desanimarte, recuerda que es un medio complicado pero nunca dejes de esforzarte y ponerte metas. En muchos lugares te apagarán la flama y te dirán que no es lo tuyo pero no escuches que con el tiempo encontrarás tu lugar, o quien quita y hasta pones algo propio.
Jornadas laborales eternas
Oh, sí. Lamento decirte que este puede ser un trabajo un tanto esclavizante, y de inicio las condiciones salariales no son nada óptimas. Tal vez vas a pasar hasta 12 horas picando, friendo, limpiando, acomodando, guisando (pero siendo feliz porque recuerda que es lo que te apasiona). Esto viene acompañado de cansancio físico y probablemente emocional. Así que ponte chingón que vas a poder con eso y más. Recuerda que el camino puede ser duro, pero los resultados valdrán la pena.
Vas a perderte de momentos especiales
Ponte a pensar que las celebraciones más importantes siempre van acompañadas de una buena comida y un emotivo brindis. Así que muchas navidades, cumpleaños de amigos y familia, años nuevos, días de las madres y otros eventos, los pasarás dentro de la cocina haciendo magia y no vas a poder disfrutar con tus seres queridos. Algo bueno es que tus colegas se vuelven en tu segunda familia y jamás te sentirás solito. Recuerda que aunque estés trabajando se arma un buen cotorreo al calor de las hornillas.
Te vas a volver adicto
La más importante y peligrosa de todas, la cocina se vuelve adictiva. Vas a querer vivir y respirar para esta profesión tan increíble. Crear platillos es un proceso sin igual, recuerda que también estarás haciendo arte, y con forme pase el tiempo, lo vas a disfrutar más y más, hasta que se vuelva tu vida entera. Nada es tan satisfactorio como hacer lo que te apasiona.
Por nada del mundo te desanimes, siempre es bueno tener una visión amplia de las cosas. Si esta es realmente tu pasión, a lo que te quieres dedicar, y le pones siempre todo el corazón, te aseguro que te irá muy bien. ¡Vas a triunfar! Siempre para adelante.
También podría interesarte:
Los chefs mexicanos más talentosos de la última década
Día Internacional del Chef, cuándo se celebra y origen