El bienestar está de moda. No se trata de una dinámica saludable ni de un cambio de mentalidad en la sociedad, sino de un estilo de vida que responde a un patrón de consumo de ciertos productos diferenciados y establecidos por el mercado para un sector específico: no es ninguna casualidad que desde hace dos décadas, alrededor de la venta de ropa deportiva, alimentos orgánicos, inscripciones a gimnasio, restaurantes de comida saludable y tiendas naturistas dedicadas a la venta de suplementos alimenticios, hoy se levante una industria que crece a pasos agigantados con ingresos multimillonarios.
Todos saben que el primer paso para llevar una vida sana depende de la alimentación. Nada más informarse sobre las necesidades vitamínicas del cuerpo y el abismo que existe entre ellas y los productos que ofrece la industria alimentaria a nivel mundial, un golpe de realidad se apodera de la mente, que se enfrenta a un shock cuando descubre que sus hábitos y todo lo que aprendió sobre comida sana es una ficción enfocada a las necesidades de quienes producen la dieta diaria del mundo.
Ante este escenario, la solución es tan radical como necesaria: llega el momento de analizar etiquetas, empaques y tablas nutricionales, sólo para descubrir que lo mejor es romper definitivamente con el supermercado y consumir productos de mercados locales. El cambio en la calidad de vida, combinado con ejercicio, es notable: no sólo aumenta la energía, mejora el sueño y desaparece la grasa de más mientras aumenta la masa muscular: una sensación de bienestar y plenitud se apodera de la mente, provocando reforzar el compromiso pactado con tu cuerpo y tu salud.
La satisfacción trae consigo felicidad y no es para menos. Se trata de una ruptura exitosa con toda una estructura de pensamiento diseñada para consumir sin cuestionar si realmente lo necesita el cuerpo. Conforme pasan los días, la exigencia aumenta al máximo y situaciones que antes eran parte de la rutina, ahora suponen una preocupación: “¿Qué comeré fuera de casa, en fin de semana, o en un restaurante?” Una respuesta equivocada sería igual a echar por tierra todo el esfuerzo y ante eso, lo mejor es tomar precauciones.
El cuidado de la alimentación no sólo es una necesidad fisiológica, también una decisión inteligente y crítica con el modo de vida contemporáneo. Cada vez más personas eligen ocuparse de su salud y prestar más atención a todo lo que ingieren; sin embargo, la preocupación genuina por consumir productos sanos y evitar los azúcares, las grasas, el colesterol y todo lo nocivo para el organismo, puede transformarse en una obsesión que asedia a la mente y conduce a un resultado opuesto al deseado.
Se trata de la ortorexia, una obsesión patológica por comer de la forma más sana posible. El problema inicia cuando el universo de opciones alimenticias se reduce drásticamente ante la preocupación –fundada o infundada– de que cada fruta, verdura, grano o alimento de origen animal tiene propiedades potencialmente dañinas para la salud.
Los ortoréxicos llevan la alimentación saludable al exceso, evitan los eventos sociales y llevan siempre consigo porciones preparadas para evitar caer en la tentación de comer algo distinto a lo que consideran sano. El problema se agudiza cuando su dieta se conforma de los mismos alimentos, por lo regular una oferta minúscula de vegetales y granos que no es suficiente para cubrir los mínimos requerimientos alimenticios, provocando debilidad ósea, desequilibrios hormonales, problemas cardiacos, desórdenes psicológicos y finalmente, desnutrición.
Este desorden alimenticio tomó fuerza en las últimas dos décadas, de la mano del concepto de bienestar en la sociedad moderna. Irónicamente, se trata de una desconexión con la realidad y tal como ocurre con la bulimia o anorexia, una preocupación se convierte en obsesión. En este caso, la idealización no está en la apariencia, sino en la frenética búsqueda por mantenerse sano.
Lo mejor es llevar una alimentación balanceada y saber que si bien una hamburguesa, pizza o tacos no son platillos recomendables para consumir diariamente, son todos gustos que pueden disfrutarse sin ninguna culpa y en cualquier ocasión.
Conoce más sobre todo lo que esconde la industria alimentaria y aprende a cuidar tu salud después de enterarte ¿Por qué ‘Healthy Food’ es sólo un término de marketing que no quiere decir nada? ¿Crees que tu alimentación es la mejor consumiendo sólo productos procesados? Piénsalo dos veces después de mirar estos 8 documentales que demuestran que lo que comes es basura.