Pareciera que la vida de los deportistas emblemáticos alrededor del mundo está llena de sinsabores que los impulsan a ser los grandes que son ahora. De niños, forjan su carácter al sucederles cosas inverosímiles que podrían tumbarlos y hacerlos desistir de sus sueños. Sin embargo, la desgracia la toman como envión para impulsarse y llegar hasta lo más alto.
Ese es el caso de Novak Djokovic, este tenista serbio, uno de los mejores del mundo, que hoy gana el Masters de Shangai después de haber sido un niño que creció entre bombardeos en un país que se la pasaba en llamas. Esta es la historia del gran Nole y esperamos que te erice la piel igual que a nosotros.
Djokovic siempre tuvo un gran potencial para el tenis. (Foto: La Nación)
El niño que aprovechó una cancha de tenis
Realmente fueron tres. Sus padres tenían un restaurante en los Alpes Dináricos, en Serbia y justo enfrente de su local, a alguien le pareció una excelente idea construir tres canchas de tenis.
Cuentan sus padres que Novak Djokovic, de apenas cuatro años, se plantaba frente a la televisión a mirar los récords que rompía Pete Sampras en cada torneo jugado y fue tanta la influencia del histórico tenista, que Nole terminó dibujándose a sí mismo como campeón del mundo a manera de motivación y sí, le sirvió de mucho.
Desde ese momento, Novak Djokovic se hizo el mejor amigo de la raqueta, un instrumento de trabajo que no abandonó jamás y del que en su familia no conocían, pues a ellos lo que les gustaba era practicar esquí. Sin saberlo, estaba naciendo una estrella en el deporte mundial.
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Este día, Novak Djokovic se coronó en el Masters de Shangai. (Foto: AFP)
El día que se encontró con Jelena Gencic y la guerra en Belgrado
Novak Djokovic y sus padres conocieron a Jelena, una mujer que se dedicaba exclusivamente a entrenar niños. “Nunca olvidaré el día que le vi por primera vez”, narró Jelena antes de morir. “Iba completamente equipado, con su bolsa y raquetero, como si fuera profesional. Se vistió él mismo. En cuanto le vi jugar supe que tenía algo diferente y por eso le pedí a sus padres que me dejaran entrenarle”, relató Gencic.
Cuando cumplió 12 años, Novak Djokovic no dejaba de escuchar los bombardeos, no dejaba de ver fuego en la calle. Estalló la guerra en Belgrado y durante la noche, las bombas no dejaban de caer. El tenis fue para Djokovic, una gran refugio.
“Todos los que pasamos por aquello nos hicimos más fuertes”, indicó el ahora campeón del Masters de Shangai y agregó que “sabemos qué se siente estar en un recinto pequeño siendo bombardeados. Después de aquello, una aprecia mejor el valor de la vida”.
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Djokovic derrotó al croata Borna Coric por parciales de 6-3 y 6-4 para ganar el Masters de Shangai. (Foto: AP)
La salida de Belgrado y… lo que conocemos todos
Los bombardeos no cesaban y las ganas de ya no estar rodeados de guerra, orillaron a los padres de Novak Djokovic a dejar Serbia para viajar a Alemania, ya con el conocimiento del potencial de Nole como tenista.
Allá, acudieron directamente a la Academia de Nikola Pilic, en donde el tenista croata se dio cuenta también de la evidente capacidad del entrado en la adolescencia. “No tardé en darme cuenta de su actitud, era un chico muy bueno para entrenar porque tenía aquello que se necesita en el corazón y en la mente”, declaraba el histórico Pilic.
Con 14 años, Novak Djokovic ya era campeón de Europa y con 16, levantaba títulos de categoría ITF; con 17, de Challenger. El primer título ATP llegó a la edad de 19 años para Djokovic y hoy, justo hoy, el serbio se coronó en el Masters de Shangai para seguirnos demostrando por qué fue una buena decisión haber salido de Serbia.
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