El color es uno de los elementos principales en una obra arquitectónica, pues es lo que proporciona vida al espacio, lo hace parecer más amplio o más pequeño, le da carácter, lo hace lucir cálido o frío y se modifica con la luz para adquirir movimiento, brillo, opacidad; todo esto dependiendo de la intensidad luminosa que le acompañe y el sentimiento al que se desee llegar.
No sólo es importante considerar el diseño del edificio, hay que tomar en cuenta el color como un factor influyente en la personalidad del mismo, pues nos ayuda a modificar visualmente las dimensiones sin necesidad de alterar las reales, permite crear sensaciones abstractas resaltando y matizando los detalles del interior. La elección de estos depende mucho de los gustos estéticos que tengas, tu concepto de belleza, estado anímico, así como los elementos culturales y sociales que influyen en tus preferencias.
Tampoco se trata únicamente de transmitir frialdad o calidez, o que tu casa sea minimalista, o de cualquier otro estilo, sino de encontrar y reflejar armonía en los espacios, por esta razón te presentamos la manera en la que puedes combinar los colores y añadirlos a tu hogar.
Neutros y blancos
Producen iluminación y calidez, con pequeños tonos de color se puede romper la monotonía sin ser contrastante. Al combinarlos con muebles curvos le brindará un aspecto de confort.
El blanco es adecuado para que los elementos decorativos tengan mayor expresión; los neutros son dominantes pero discretos, se pueden aplicar en cualquier lugar de la casa.
Además, un espacio monocromático transmite serenidad.
Sólidos e intensos
Las tonalidades oscuras reducen las dimensiones del espacio y crean atmósferas íntimas y confortables. Pueden usarse para aligerar la luminosidad del ambiente. Transmiten una sensación de descanso y ayudan a destacar otros colores o elementos decorativos.
Colores fríos
Los colores fríos crean la sensación de mayor amplitud, serenidad, elegancia, sentimentalismo, lejanía, pero también evocan tranquilidad y paz.
Colores cálidos
Crean la sensación de un espacio reducido, acogedor, íntimo y son estimulantes de tranquilidad. Estos los puedes usar en los espacios en los que sueles relajarte o dejar libre la inspiración para crear nuevas cosas, como en un pequeño estudio o en tu habitación.
Colores vivos
Estos pueden ser un refugio ante la monotonía del paisaje urbano; transmiten una sensación de alegría y vitalidad al ambiente. Por lo regular se buscan tres colores para combinar: el dominante, el que sobresale del conjunto y el que hará que el contraste no sea muy fuerte entre todos.
Si aún no sabes cómo combinar tus tonos favoritos en los espacios especiales, te recomendamos que uses el círculo cromático para que sepas determinar una combinación de colores armónica al estímulo que estés buscando en tu casa.
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