El arte, en cualquiera de sus expresiones, se encuentra en constante cambio. Estas transformaciones atienden a tendencias y estéticas que buscan despertar el interés de los espectadores para atraparlos y dejarlos con ganas de más. El autor de una obra arquitectónica, o cualquier otra, sabe cómo explotar las sensaciones que otros experimentan a través de sus creaciones.
Para ejemplificar podríamos tomar al Barroco Latinoamericano del siglo XVIII; una corriente que llegó de Europa y se adaptó a las formas indígenas del nuevo continente creando un estilo completamente novedoso que combinaba lo mejor del arte del viejo mundo, con la belleza y exotismo de una región recién descubierta.
La arquitectura, al ser un arte utilitaria, es quizá la que se ha sometido a más cambios a lo largo de su historia. Ésta responde a fines estéticos y también a las necesidades de sus usuarios. De modo que un edificio no sólo debe verse bien para causar impacto; también debe cumplir con una función. Los hoteles, templos, casas, etcétera, responden a un propósito que justifica su creación
Los arquitectos y diseñadores se dan a la tarea de investigar las habilidades y limitaciones de sus clientes para poder plasmarlas en sus trabajos. Cubrir estas exigencias asegura que el producto final sea satisfactorio para quien lo recibe.
En los últimos años, la sociedad ha sufrido cambios impresionantes; en algunos ámbitos y gracias al avance tecnológico, todo se ha vuelto cada vez más sencillo. Sin embargo, otras cuestiones se han visto afectadas por el mismo progreso, ya que no todos se han acostumbrado a depender de sobremanera de las herramientas digitales.
Bajo esta preocupación y con la intención de evitar problemas en el futuro, Fast Company Desingn se dio a la tarea de reunir a los mejores diseñadores de 2015 para discutir sobre la relación entre arquitectura y tecnología. Este grupo de expertos encontró una solución para enfrentar las inquietudes que el día de mañana podrían interferir en el futuro de la arquitectura.
–
5. El “Internet de las cosas” llevará al “Internet de los espacios”
El concepto “Internet de las cosas” se refiere a la interconexión de productos por medio de una red. Próximamente los teléfonos celulares, relojes e incluso juguetes, ya no serán los únicos objetos que contarán con este tipo de enlaces. En el futuro la tecnología también se implementará en los edificios para hacer más llevadera la estadía dentro de ellos.
–
4. Se eliminará el estigma del envejecimiento
Esta noticias es realmente positiva, pues tradicionalmente los hogares son diseñados para que los habiten personas jóvenes, pero ¿qué pasa cuando éstas envejecen? A medida que envejecemos nuestras necesidades también incrementan, pero las viviendas no se readaptan a ellas. Por lo tanto, los arquitectos planean diseñar herramientas que se acondicionen al paso del tiempo para que la senectud deje de ser un estigma o bien, un impedimento.
–
3. Las oficinas se parecerán más a centros recreativos
Debido a que pasamos mucho tiempo trabajando, las oficinas deben de abandonar esa estética cuadrada y seca a la que nos han acostumbrado. La experiencia en nuestro lugar de trabajo debe de ofrecernos una atmósfera única, con la cual nos sintamos totalmente a gusto realizando nuestras actividades.
–
2. Mayor empatía con el diseño
Poseer un producto que necesitamos no debe de estar peleado con tener un producto que nos guste. Lo útil no debe ser tosco, por lo que los nuevos productos arquitectónicos se enfocarán tanto en el diseño y como en la practicada y funcionalidad para que su uso no altere nuestra empatía.
–
1. Herramientas de diseño 4D y más
Estamos acostumbrados al diseño en dos dimensiones, pero hoy los artistas digitales exigen recursos que les permitan ir más allá de los pixeles. Así que la arquitectura del futuro planea abrirle las puertas a una tecnología de diseño que facilitará su creación y su uso.
De lograrse en los próximos años, estos cambios nos permitirán tener una vida más llevadera que no se contraponga a los avances tecnológicos. El mundo está avanzando a pasos agigantados y nada, mucho menos la arquitectura, puede quedar atrapada en el pasado.
*
Fuente:
Archdaily
Guardar
Guardar