Cuando tu vagina es penetrada el clítoris se endurece, el cérvix se ablanda y el flujo de sangre duplica su velocidad e intensidad en esa área. Cuando te enamoras el golpeteo intenso y apresurado de tu corazón es provocado por la producción de adrenalina que produce tu cerebro al sentir la euforia que la dopamina provoca en ti.
Lo primero ocurre cuando tienes sexo, obviamente; mientras que lo segundo pasa en el momento en el que alguien te conquista. Es decir, acostarte con alguien no es para nada igual a sentir amor. Además, las diferencias no sólo radican en las sensaciones que experimentas; las actitudes que tomas, las decisiones que haces, las ideas que te surgen y las dudas que sientes son parte de esa gran diferencia entre abrirle tu corazón a alguien especial y abrirle las piernas al placer.
Las ilustraciones de Filippo Spinelli, diseñador e ilustrador, son los trazos perfectos para hablar de esa división entre amor y sexo. Ambos pueden convivir en perfecta armonía, pero también pueden resultar como gotas de agua y aceite. Confundirlos te llevaría al mismo infierno, al igual que lastimaría al otro no dejarle clara la situación.
La serie de Phil, como se apoda este artista en su cuenta de Instagram, aclara muy bien cuáles son esas diferencias entre “abrir el corazón y abrir las piernas”.
Abrirte el corazón (A) significa que eres una pieza insustituible que completa los huecos de mi alma imperfecta.
Abrirte las piernas (B) quiere decir que sólo eres el comodín que uso para alcanzar el placer que bien sé me puede dar cualquier otro.
A: hará que mi alma se una a la tuya para lograr una obra perfecta que quisiera fuera eterna.
B: es igual a una cucharada de mi postre favorito, el cual devoraré con satisfacción pero con la idea de no volver a probarte.
A: significa que sueño con que me bajes una estrella para alumbrar nuestros días complicados y nunca separarnos.
B: es sólo una forma de no desnudarme sola y, de paso, conseguir un orgasmo sin darte mucho a cambio.
A: es la pauta para volverme un libro abierto que ansío leas todas las noches hasta entenderme y descubrirme toda.
B: no significa que competiré por ganarme tu cariño, pero sí me esforzaré por deleitarme contigo.
A: es la prueba de que me desarmo por ti y de que sólo tú puedes armarme de nuevo.
B: quiere decir que conozco tus intenciones, mismas que sé no son más que instinto y carnalidad esperando ser saciados.
A: es explorarte con ternura para hacerte saber que todo en ti es especial para mí.
B: implica dejarte tocar todo lo que quieras, pero jamás permitir que me descifres de verdad.
A: es para compartir la cama contigo, junto con los planes que ahí se me ocurren y los sueños que sobre mi almohada imagino.
B: me motiva a provocarte para que anheles tener mi cuerpo, más no mis sentimientos y pensamientos.
A: te permito ver a través de mí, hasta el fondo de mis poros y dentro de las partes mas oscuras de mi mente.
B: espero dejarte claro que –a pesar del placer que me das– abrazar la almohada me hace sentir más segura que tú.
A: quiere decir que me repartiré en dosis para que nunca te canses de beberme.
B: me hace pensar que enamorarme de ti –justo a la mitad del orgasmo– sería como ayudarte a matarme lenta y sensualmente.
Si te identificaste con estas ilustraciones y también crees que el sexo y el amor son inconfundibles, conoce el trabajo del artista que dibuja la vida que todas quisiéramos tener con esa persona especial o la serie del ilustrador que retrata lo pervertida que podría ser nuestra realidad.