La relación hombre-bestia ha sido una parte importante dentro de las creencias de las personas, desde tiempos primitivos. Más allá de las criaturas totémicas de las antiguas culturas americanas; en el catolicismo y el cristianismo también existen este tipo de relaciones: es común entrar a un templo donde tres de los cuatro evangelistas (Marcos, Lucas y Juan) están acompañados de ciertos animales.
La relación de estos personajes con cada bestia está ligada con la forma en la que éstos inician sus evangelios. Todo este conjunto de similitudes tiene que ver con nuestra relación hombre-naturaleza; quizá esto suene ridículo o extraño, sin embargo, es un hecho que separarnos de nuestra calidad de bestias es prácticamente imposible. Siempre hay un instinto oculto que nos llama e invita a disfrutar de lo desconocido, de aquello que se esconde más allá de las ciudades, justo dentro de lo más oscuro y mágico del paisaje natural.
Sin importar cuánto tratemos de negar esa calidad de bestias, nuestro inconsciente está recordándola siempre. Las formas en las que ésta puede salir a la relucir son prácticamente infinitas: desde la feroz rabia que nos consume cuando algo no sale tal como esperábamos, hasta los trazos plasmados en obras de arte explícitas. Como ejemplo de lo último tenemos el trabajo de Kerby Rosanes, un ilustrador cuya pluma nos recuerda esa conexión con nuestro yo animal.
Cada uno de estos dibujos retrata a la perfección los movimientos del animal que nos representa y, además, lo conjuga con elementos propios de la estética millennial. Figuras geométricas, prismas, líneas punteadas y flechas, todos estos detalles hacen que las ilustraciones de Rosanes se conviertan en la mejor inspiración para crear el tatuaje perfecto. Aquel que retrate a la perfección quiénes somos y de qué manera nos comportamos, como si este fuese una marca totémica asignada por un antiguo chamán.
No importa si la representación de nuestra esencia combina 9 animales distintos en una deconstrucción compleja, lo único de lo que debemos preocuparnos es quién se encargará de darle vida a esa criatura sobre nuestra piel. Estudios y tatuadores hay muchos, pero sólo existe un lugar que conjuga el arte del tatuaje con las tendencias que la moda dicta todos los días, el estilo que se reinventa a cada segundo y la música que inspira a tantos: INK INC.
Además de ser una plataforma que genera ideas creativas y originales para inspirar a los demás a materializar sus sueños, ellos se convirtieron en el crew de talento local más destacado de México y, ahora, del plano internacional. ¿Cómo llegar a ellos? A pesar de que agendar una cita con uno de los integrantes de su eminente equipo de tatuadores es un poco difícil, pues todos quieren confiarle su primer tatuaje a uno de ellos, gracias a “Mi primer tatuaje” –campaña creada por Meketrefe, fundador de este concepto– nos da la oportunidad de ser uno de sus clientes en alguna de sus cuatro exclusivas tattoo shops.
Si bien pocos tatuadores accederán a realizar un trabajo que no tenga su marca personal, los trazos de Kerby bien podrían ser el punto de partida para un diseño más elaborado. Sobre todo si se trata de la primera vez que vas a sentir las agujas decorando tu piel con pigmentos ajenos al cuerpo; el primer tatuaje no debe de ser un evento traumático del que te arrepientas toda la vida. Es por ello que debes tener una conexión real con lo que llevarás plasmado sobre ti, si no ese trazo sólo será una cicatriz más.
Lograr esa conexión con la tinta depende de cada uno, ya sea por el animal que aparece retratado en el tattoo o por el significado y sentimiento que representa este trazo para nuestros impulsos más salvajes.
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Si quieres ver más ilustraciones de Kerby Rosanes, además de las que aparecen en su Instagram, puedes seguir este enlace para conseguir su libro “Mythomorphia”.