No pretendemos asustarte, pero si estás pensando en dejar la casa de tus padres es mejor que sepas que te espera una ola de problemas que —sin importar tu edad— te harán meterte debajo de la cama para llorar durante tres noches seguidas, golpearás la pared hasta hacerle un hoyo y abrazarás tu almohada meciéndote con las rodillas flexionadas. No sólo te asustarán los gastos o la poca comodidad que tendrás, lo que verdaderamente te espantará es “la ausencia” de esa persona que mejoraba todos tus días.
Tal vez no eres capaz de ver lo que sucede cuando tu mamá no está, pero la diferencia es abismal. No sólo se te olvida en donde están las cucharas o el papel de baño, eso es lo menos importante. Lo que en verdad te lastimará es no verla caminar por los pasillos, decirte algún chiste o contarte anécdotas de ti y tus hermanos. Esa mujer que tanto te molesta cuando te pide que te fajes la camisa es la misma que necesitarás para tu primer día de oficina, pero también es esa mujer que en casa te esperaba con un té cuando sentías que la vida te estaba consumiendo lentamente y de pronto, puede escaparse esa oportunidad.
Y sí, tal vez tienes el presentimiento de que morirás al ver las 10 llamadas perdidas una noche de fiesta, pero también sabes que es porque te espera en casa envuelta en una cobija mientras ve Grey’s Anatomy y se toma una copa de vino, pero créenos, el pánico que te invade la espalda luego de ver tu bandeja de entrada saturada con mensajes de esa señora no puede compararse con el que te da cuando despiertas en medio de la noche con una pesadilla a cuestas y ella… simplemente no está.
Tal vez te hartaste de los gritos matutinos de los que sólo podías descifrar alaridos y alarmas estridentes en los oídos, pero la realidad es que sin ella y su voz, aún estarías en la prepa por todos los retardos. Sin embargo, lo que no sabes es que ella también tuvo momentos en los que hubiera preferido dormir plácidamente en su cama y aunque pataleó un poco bajo las sábanas, no olvidó despertarte para que asistieras con puntualidad. Pero no sólo hablaremos de los sacrificios que hace tu mamá cada día por ti; sino de lo indispensable que es hasta para respirar.
Sí, tal vez mamá ha sido el meteorólogo más acertado, pero aunque no llevaras tu chaqueta a la escuela o los guantes cuando ella te lo pidió, te esperaba en casa con los brazos abiertos para protegerte de las temperaturas menores de la calle. Es por esto mismo que sentirás que algo te falta en la vida y no, no es esa chamarra de plumas que colgaba solitaria en el armario, son los cálidos abrazos acompañados de un tierno beso en la frente. Ten por seguro que aunque midas 1.80, mamá siempre hallará la forma de besar tu frente.
O de consentirte manteniendo tu estómago relleno.
Astkhik Rakimova, como cualquiera de nosotros, tiene una fascinación con su madre, tan es así que la extraña, la ama y adora y es por ello que le dedica esta serie ilustraciones creada para genial.guru; no obstante, es en realidad un reflejo de todas las madres del mundo, puesto que son precavidas, curiosas, protectoras y amorosas. Más allá del cliché que esto se ha convertido, es real y lejos de repetir lo mismo sobre las madres y su función en el mundo, es una forma de honrarlas, de tenerles cierto reconocimiento, porque ellas, con apenas un par de detalles nos ponen una sonrisa en rostro con duración —casi— infinita.
Rakimova, originaria de Rusia plasma en dibujos sencillos —como si estuvieran hechos con crayón— las diferencias entre estar con mamá y estar solo. Esto sólo tiene un fin: demostrar que todas las madres del mundo tienen ese sentido de pertenencia y responsabilidad, mismo que cuando desaparece, nos orilla a sentirnos desprotegidos. Pero muy en el fondo, sabes que ella estará ahí si se lo pidieras. Sabes que si tuviera que sostenerte en brazos como a un bebé indefenso, lo volvería hacer. La ilustradora realizó una comparación en la que todos nos sentimos identificados y aunque estés en este momento con mamá, podemos asegurarte que ahora te gustaría tenerla mucho más tiempo a tu lado.
Tu mamá es capaz de mejorar tu ánimo con una sola palabra, de provocarte un escalofrío intenso en la espalda, de hacer tus comidas especiales con su sazón o de hacerte entender lo difícil que es la vida. ¿Cómo? Con un beso, un mensaje de buenos días, una palmada en la espalda, un racimo de uvas o conservando el primer —y horrendo— dibujo que le hiciste en el kínder.
Cada día se mejora con saber que está contigo, aunque sea de manera metafórica. Estas ilustraciones demuestran que aunque peleemos, discutamos, juzguemos y nos enojemos, siempre las necesitaremos. Consulta el trabajo de Astkhik Rakimova en su cuenta de Instagram y ten siempre presente que las mamás alegran nuestra vida y aunque después les hagamos memes o imágenes comparativas, siempre estarán ahí para cuidarte, protegerte y amarte. ¿Ahora entiendes por qué mamá hace especial cada uno de los días?