Y además recogiste todas las colillas que dejé tiradas en el patio. Fue entonces que descubrí que antes de ver tu cepillo dental en mi baño, tu cereal favorito en mi cocina, tu taza de café a medio tomar en el buró y tu barba enmarañada en mi cama cada mañana, no te amaba realmente.
Sí, me gustabas y te tenía mucho cariño, pero me di cuenta de lo que es el amor real cuando me mostraste tu verdadera personalidad al vivir en el mismo espacio y con el mismo fin todos los días. Fue hasta que nos aventuramos en este camino que llamamos convivencia que encontré en ti cientos de detalles que te hacen especial. Ahora puedo decir que de verdad estoy enamorada de ti y que no fueron tus flores ni el cortejo antes de ser una pareja lo que me derritió, sino la forma en que me enseñas cada una de tus manías y en la que intentas hacerme sonreír.
Te amo, pero reconocerlo no fue fácil para mí, tuve que desmenuzarte para descubrirte como un gran amante y una hermosa pareja:
_
Paso 1: pasaste tiempo enseñándome tus espacios.
Sólo necesitamos una bicicleta, una tarde libre y nuestra compañía.
_
Paso 2 : preparaste café para dos.
Ni siquiera tuve que pedírtelo. Justo después de la comida estabas sirviendo dos tazas: la mía con dos de azúcar, la tuya con leche y ambas con sabor a amor.
Paso 3: tuvimos sexo salvaje.
Besos en el cuello, apretones en la cintura, mordidas en los pezones y un poema en el oído izquierdo. Sabes cómo hacerlo.
«Nuestra caja torácica tiene mucho de qué hablar […]».
Paso 4: me escribiste poesía.
Leerla se volvió uno de los placeres más intensos de mi vida.
«Aprendí a apreciar la poesía como uno de mis pequeños placeres […]».
Paso 5: me liberaste de la toxicidad.
Sí, donde había temor y ataduras ahora sólo crecen flores gracias a ti.
Paso 6: me compraste ceniceros.
Soportaste mis malos hábitos aunque te molestaba el humo de mi cigarro. Perdón por eso.
«[…] te diré que soy fría mientras me quemo por dentro».
Paso 7: me besaste inesperadamente.
Ahora sólo deseo que lo hagas cada mañana y, en realidad, a todas horas.
Paso 8: tuvimos una cita en la bañera.
No necesitamos nada más que un café, agua tibia y espuma de jabón.
Paso 9: me elogiaste aun con mis cambios raros.
Me corté el cabello, lo pinté, lo recogí, lo solté y nunca dejaste de decirme “guapa”.
Paso 10: me abrazaste con todo y espinas.
Y a pesar de que te lastimé un poco, no te fuiste, sólo las quitaste una a una.
Paso 11: no me lastimaste a pesar de que pudiste hacerlo.
Tenías todo para que sucediera: la oportunidad, el momento y la persona, pero tu amor era (es) mucho mayor.
Paso 12: me mostraste otro mundo.
Me sacaste de ese infierno inhabitable y me llevaste a un edén.
Paso 13: hiciste de nuestros besos un jardín de amor.
No exagero. Cada uno de los roces de nuestras bocas, cada giro de lenguas, cada mordida en los labios, cada choque de nariz se volvió un ritual.
Paso 14: eres un poema de carne y hueso.
No te escribí, te escribiste solo.
Paso 15: te resguardaste en mí.
Y yo en ti. Solos cada noche, cada mañana. cada domingo…
«[…] te escondes en mí y yo en ti».
Paso 16: me dejaste hablar y escuchaste atento.
En nuestras peleas, en la noche luego de un largo día o en la ducha.
«Cuando hablo contigo, me siento serena […]».
Paso 17: me cantaste.
Sin importarte que nunca habías tomado una guitarra entre tus manos, de tu boca salieron rimas y pensamientos hermosos.
Paso 18: cocinaste cada viernes.
Probé las mejores cenas que jamás nadie había hecho para mí.
Paso 19: aprendiste a amar a mi mascota.
Lo llevamos a pasear y jugueteamos con él porque sabes lo importante que es para mí.
_
Paso 20: lloraste.
Te mostraste humano y vulnerable frente a mí.
Paso 21: viajamos en silencio.
Porque sólo necesitamos de nuestra compañía.
Estas ilustraciones son el claro ejemplo de que el amor puede darse y demostrarse con detalles casi insignificantes, poco evidentes y tan cotidianos que no te percatas de su existencia. Bruna Lima es la creadora de estas piezas cuya función es ilustrar en trazos sencillos y minimalistas el arte de amar y de demostrar cariño a través de la sencillez.
Lima sabe que su obra es perfecta para ilustrar el amor que se le tiene a una persona. De igual manera, es una forma de expresar cada sentimiento sin importar qué tan sigiloso sea éste. El arte de la ilustradora brasileña se encuentra en su cuenta de Instagram y en su sitio web, desde ahí puedes ver cómo es que las emociones de una mujer pueden convertirse en obras de arte.