Un estudio de la Universidad de Chicago ha concluido que tanto el amor como el deseo se pueden ver en los ojos a través de movimientos que realizamos sin darnos cuenta. Tú mismo puedes hacer la prueba: elige la fotografía de una persona (no erótica) al azar en Internet y obsérvala. Si notas que has recorrido todo el cuerpo en la foto, es porque quizá sientes deseo por esa persona, y si sólo miraste su rostro, ¡buenas noticias!, es amor.
Stephanie Cacioppo, la doctora a cargo del estudio, reunió a un grupo de personas a las que se les otorgó una serie de fotografías en blanco y negro de personas desconocidas. Una parte eran parejas teniendo algún tipo de encuentro amoroso, mientras que la otra mitad eran retratos de persona mirando directamente a la cámara. Al pedirles que identificaran lo que les provocaban los retratos, llegaron a la conclusión de que el amor dirige la mirada al rostro y el deseo, al cuerpo.
Deseo: Quiero *** toda la noche
Amor: No quiero que hagamos nada toda la noche… y luego ***
Cuando ves a la persona que te gusta, quizá le observas de arriba a abajo sin que te des cuenta. Su cuerpo te llama la atención, quieres verle sin ropa o con ropa, no importa, pero podrías contemplarlo eternamente. De pronto, comienzan a salir y te das cuenta de que no sólo te gusta su físico, también admiras y te gusta su forma de pensar, cómo se ríe y los hoyuelos en sus mejillas. Cuando comienzan a tener una relación aparece el amor y la diferencia pasa a ser abismal. Entonces, más que gustarte su cabello rizado, las manos largas o su nariz afilada, empiezas a conocerle a fondo sin la necesidad de indagar en sus redes sociales y te das cuenta cómo le gusta dormir, su posición favorita para tener sexo y su reacción cuando tiene hambre.
Deseo: Eres la persona más… hermosa
Amor: Eres la persona más hermosa… aunque comas en la cama
Sin embargo, no sólo los ojos delatan lo que estás sintiendo, también tus actitudes. Cuando sólo hay deseo entre ambos, es inevitable tener ganas de estar enredados en las sábanas, chocando los muslos y golpeándose los ombligos constantemente. Las cabelleras revueltas y las lenguas enredadas entre sí succionándose como si no hubiera mañana. Sin embargo, cuando el amor llega, más que imaginarle sin ropa y sobre una cama de rosas, viene a tu cabeza la primera vez que se abrazaron para mitigar el frío o la ocasión en que rieron sin sentido por una hora y no dejas de pensar en sus dientes, su cabello, sus pies, su impaciencia, su inteligencia…
Deseo: ¡Eres tan divertido! (risa discreta)
Amor: No sé porqué esto nos parece divertido (carcajadas)
La ilustradora Karina Farek representa estos sentimientos en sencillas pero muy certeras ilustraciones en las que hace un comparativo entre ambas situaciones haciendo que todo aquel que las mire asienta con la cabeza y sonría. La chica, nacida en Texas, no podía enfrentar su vida tan fácilmente, hasta que se dedicó a plasmar cada una de sus vivencias y las de sus amigos en trazos que nos recuerdan un poco el manga, pero con situaciones tan comunes que no necesitas ser un experto en ilustración para disfrutarlas.
Deseo: (En una cita) No te preocupes, yo pago
Amor: (En casa, en el baño) ¡No te preocupes, yo lo destapo!
Ella se cuestionó si era posible amar a alguien sin desearle, o desearle sin amarle y llegó a la conclusión, según sus ilustraciones, de que es un proceso que involucra ambos, no importa cuál es primero, siempre habrá tanto deseo como amor en una relación verdadera, no es que se complementen, es más como una evolución. De uno surge el otro. Así que cuando has alcanzado la verdadera unión con alguien el amor se convierte en un deseo continuo o el deseo se transforma en un amor profundo que se vale de acciones y palabras.
Deseo: Me trajiste flores, ¿cómo supiste que son mis favoritas?
Amor: Me trajiste tampones, ¿cómo supiste que empecé hoy?
Así que, si aún con las pruebas de la Universidad de Chicago no logras entender la diferencia entre el amor y el deseo, es porque probablemente no has prestado la suficiente atención a tu comportamiento y al de aquella persona que con sólo recordarla, sonreíste. Que no te importe lo que sientan o deseen, demuéstrenlo y vivan lo gratificante de sentirse protegidos y en compañía. Olviden la soledad y pasen una, dos, trece noches sexys o años de un increíble romance.
Si quieres conocer un poco más de Karina Farek, consulta su página web
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Si quieres entender el amor eterno, consulta estas ilustraciones que te harán suspirar y quizá logres entender que a veces el amor y el deseo se juntan en una sola persona.