La sensación es de 10 a 300 veces más intensa en comparación a la de comer el platillo más delicioso o experimentar el orgasmo más frenético, revelan algunos estudios acerca del consumo de drogas.
La promesa parece encantadora, la más hermosa de todas las que se pueden hacer en la vida. ¿El placer absoluto está a menos de una píldora de distancia? La simple idea es irresistible. Tan irresistible como el arte psicodélico del enigmático James Jean:
«Observación. Memoria. Imaginación. Estos son los aspectos principales de mi trabajo. En un extremo, quiero anular todo significado e intención en el proceso de pintar, y dejar que el acto de observación dicte lo que sucede en la superficie. Y en el extremo opuesto, quiero ver cómo mis prejuicios y predilecciones internas influirán en mis dibujos, es decir, trabajar puramente desde la memoria y la imaginación, para ver los manierismos que se desarrollan en el camino. Entonces comenzaré a odiar esos manierismos y buscaré un acercamiento que sea libre de cualquier estilo o “ismo”», dice el artista de sangre americana y taiwanesa.
Él nos conecta con mundos alejados de la triste realidad que nos envuelve; con su desbordante imaginación impregna su obra de manera fascinante. Esa capacidad de abstraer lo más hermoso de la mente libre y crear un producto que no se parece a nada, es tan deleitante como la combinación de drogas, arte e imaginación: la sangre del nuevo mundo.
«El que tiene imaginación, con qué facilidad saca de la nada un mundo», decía Gustavo Adolfo Bécquer. James Jean parece entenderlo a la perfección, pues ha creado un mundo de formas, personajes, palabras no escritas y una creatividad a prueba de insensibilidades.
El atractivo de las drogas alucinógenas es la capacidad del cerebro para conectar con el terreno de la espiritualidad y la fantasía. A la mente le salen alas y emprende un vuelo hacia terrenos desconocidos. La infinidad de sensaciones y percepciones a las que se enfrenta son tan vastas como las del Universo y como las de la eternidad. Esas nuevas conexiones, mismas que se inician en la mente salen de la piel, vuelan hacia el cosmos y la fantasía visual para crear un nuevo mundo: infinito, sensual, oscuro, terrible, hermoso y antihumano, extremadamente antihumano.
«La imaginación tiene sobre nosotros mucho más imperio que la realidad», decía Jean de La Fontaine, escritor y poeta francés. James Jean ha conseguido erigir un imperio que enriquece nuestra vida con su adicción a lo irreal.
La adicción a las drogas se entiende como la adicción a la desconexión de la realidad, como la libertad de las ataduras físicas y mentales a las que estamos sujetos la mayor parte de la vida. Hablamos de las drogas alucinógenas, las que despiertan nuestras fantasías internas y nos confrontan con el Universo. El llamado “viaje” es el destino bendito que se nos promete cuando la píldora toca nuestra lengua, resbala por el esófago y explota en la sangre con todo su peligroso contenido. Es alucinante, extremadamente alucinante.
«El que tiene imaginación sin instrucción tiene alas sin pies», decía Joseph Joubert, ensayista y moralista francés. James Jean nos hace sentir esas alas no sólo en los pies sino en toda el alma. Como las deliciosas visiones que ofrecen los alucinógenos.
El compromiso con los mundos de exuberante surrealismo es palpable en el autor de estas escalofriantes y mágicas imágenes: «Me gustaría seguir haciendo imágenes. No tengo una visión clara de dónde me gustaría ir, sólo impulsos que me llevan de un día a otro. Espero estar haciendo mi mejor trabajo hasta el día en que esté demasiado decrépito para cepillarme».
Acaso el dios que ha inventado este mundo tan extraño y horripilante esté drogado la mayor parte de las veces. Sólo así se entiende que las cosas estén tan retorcidas, tan fuera de lugar, tan alucinantes. Como el arte enfermo y hermoso de James Jean: tan lleno de vida y locura, tan fuera de toda descripción.
Y cuando te topas con sus pinturas, la sensación es de 10 a 300 veces más intensa en comparación a la de cualquier droga. El viaje dura todo el tiempo que tus ojos quieran perderse entre esas formas de miedo. Tu imaginación y la suya se hacen una sola. Sin límites, pura y magnífica.
James Jean y su espléndida obra pueden ser descubiertos también en su página oficial y su cuenta de Instagram.
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¿Alguna vez te has preguntado cómo se siente la lujuria bajo el efecto de las drogas? Confiésalo: ¿qué es todo lo que haces y no quieres que tus papás sepan?
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Referencias:
Contrast Magazine
Expansión
Theresa Ryan