Otra vez estás en el baño, sentada en el frío descanso con las piernas embarradas de jabón, los ojos a medio cerrar y el rastrillo en la mano. Una vez más te depilas cada parte de tus extremidades y así ves ese fino pelo rodar con el agua hacia el drenaje acompañado de tus células muertas, tu suciedad y el amor —quizá— idealizado que sientes por aquel muchacho, motivo de tu depilación. Pero al mismo tiempo piensas si en realidad necesitas quitarte de encima ese fino pelo. De todos modos, es posible que tu crush no se dé cuenta de todo lo que haces para verte atractiva; sin embargo, lo eres tal cual. Así que decides quedarte así hasta nuevo aviso.
En efecto, se cierra “el changarro” hasta que tu amor propio vuelva a flaquear.
Enseguida te levantas hasta la cocina, aún con la toalla en la cabeza, y luego de una taza de café casi hirviendo vuelves al espejo, sólo para arruinar el labial, el delineador y el rímel. Pero no pasa nada, todo se puede corregir justo como tu actitud, porque aunque detestas maquillarte mal, pintar y despintar tus labios y arruinar las sombras, sabes que lo puedes corregir sin ningún problema, sólo necesitas un pañuelo y un poco de crema. Entonces, si es tan fácil, ¿por qué no haces lo mismo con tu vida si no te gusta lo que hay en ella? Pero sobre todo si crees que necesitas ser más tú y menos lo que los demás opinen.
Enamórate, decepciónate, azota y levántate una y otra vez sin miedo, que a fin de cuentas no tienes nada que perder. Al contrario, tienes todo por ganar: confianza en ti misma y amor propio; aceptación y la capacidad de tener claro en tu mente lo maravillosa que eres.
Ella es “Piernanda” y demuestra el proceso del enamoramiento; sin embargo, si las ves de derecha a izquierda es un método de sanación y amor propio por el que todas hemos pasado.
Pero si no te queda del todo claro, si crees que es imposible sentirte de esa manera o piensas que nunca podrás quitarte los estigmas y prejuicios de encima, es porque no has visto las ilustraciones de Paulyna Ardilla, una ilustradora que retrata cada situación cotidiana que se convierte en extraordinaria y única, ya que se cuestiona los motivos por lo que realiza o no cierta actividad. Por ejemplo, la depilación, el make up o enamorarse. Ya lo sabes, esas cosas que ocurren de la nada sin saber por qué, pero que van armando el camino en el día a día. Al respecto, Paulyna dice «empecé a dibujar situaciones de la vida con las que me identifico, pero fue sin querer. Aun así está muy padre poder hacerlo porque son temas e historias mucho más variadas y amplias».
Los dibujos de Paulyna son una oda a la feminidad, pero no como la idealizamos, sino como realmente es: esa chica que detesta pasar un rastrillo por sus piernas, pero aun así lo hace esperando que su enamorado le mire la piel con detenimiento; o aquella chiquilla que se enoja cuando otros la molestan por ser mujer o por pensar diferente. La mujer que en su período sufre, pero que al mismo tiempo intenta sobrellevar los malestares del cuerpo, por muy difíciles que parezcan; y la pequeña que se enoja porque no puede vivir en un lugar inseguro o poco confiable. Esa es la mujer que Paulyna plasma.
«No sigo una ideología, pero siempre es bueno poner a la mujer como alguien fuerte y que lucha por sus derechos. Yo empecé ilustrando historias infantiles y por esto mismo siempre tuve la idea de dibujar muñecos tiernos, en especial mujeres. Ellas me gustan, creo que se ven mejor y tenemos muchas cosas por contar».
Para la ilustradora no hay una técnica específica que siga al momento de crear sus ilustraciones; sólo hace lo que su mente e ideas le digan en ese momento, por esto mismo tiene gatos despegando hacia el espacio, vaginas skaters o una mujercita nadando en un café. Todo eso que soñamos y que no nos atrevemos a decir está puesto. «No tengo un proceso como tal. Veo algo que me llama la atención y le imagino mil formas; por lo tanto, le doy seguimiento hasta terminarlo».
«Me gusta jugar con lo que tengo enfrente y lo que me ha pasando, creo que me identifico con mis personajes y otras chicas también, porque me llegan comentarios positivos con frecuencia».
Tal vez es duro recordar a tu ex, pero piensa también en lo horrenda que era tu vida con él. No intentes desmenuzar el problema y hallar a quien era el tóxico o quien tuvo que soportar más. Simplemente fue un período difícil, de desilusión y de tristeza porque al final no duró. Pero mírate, sigues entera, con los pies en la Tierra, y no has dejado de ser una persona increíble. Eres maravillosa y aunque son males terribles, tenemos que vivir este tipo de problemas absurdos sólo para tener más experiencia en la vida y reírnos de ello. En unos días mirarás atrás y notarás que las cosas son mucho más sencillas de lo que parecían y esto, créeme, es mucho más valioso: tenerte entera y no en trozos.
Tal vez te mereces una disculpa… de ti misma.
«Yo tenía un personaje llamado Horchata y era una niña de 4 años, pero no pude seguir con ella. Aún tengo planes de continuar con su creación y su discurso, porque más que hablar de cosas que todos hemos leído y visto —en cuanto a ilustraciones e historias infantiles se refiere— quiero que sea un discurso más profundo. Que hable de la igualdad, del feminismo, de la importancia de las chicas y de educación sexual. Todo eso que “no está bien visto” y que a muchas chicas nos pasó. Yo me identifico con eso».
—Paulyna.
Si quieres sentirte feliz contigo misma, con tus ideales y tu forma de ser, debes conocer el trabajo de Paulyna Ardilla, quien es originaria de Xalapa. Ella te hará sentir como la mejor y más valiosa chica del mundo o al menos como la más afortunada por tener una vida divertida, única y con matices que la hacen especial. Si tú no te amas, ten por seguro que a los demás les costará trabajo hacerlo. Sigue a Paulyna en sus redes sociales y conoce más de ti misma a través de sus creaciones.