Me chingaste, te odio; pero gracias. Todo lo que hiciste conmigo pasó de ser la peor basura a lo único importante que me ha pasado en los últimos años; desde la manera en la que nos conocimos —borrachos en medio de una fiesta donde DJs desconocidos mezclaban sus mejores beats—, hasta la manera en que todo comenzó a ser mierda sobre mierda. Aprendí a burlarme de mí misma antes de que lo hicieras tú y a divertirme con la manera en que de mis ojos escurrían lágrimas negras; esas que por alguna extraña razón siempre te excitaron. Pinche enfermo.
A ti no te guardo ningún rencor, no te lo mereces. No vales ni siquiera el sentimiento más bajo que alguien puede expresar hacia cualquier persona. Sin embargo, odio a tu madre, no por traerte al mundo, sino por todo lo que no hizo para salvarme; a ella y a tus amigas que sólo se quedaron mirando mientras me humillabas hasta verme llorar frente a todo el mundo. Todas las que decidieron no ayudarme tienen un lugar reservado en el infierno. Porque claro, esa vez fui yo, pero en cualquier momento podría ser otra a la que dejan sin auxilio; porque siempre es mejor mirar hacia otro lado que meterse en los asuntos de una pendeja a la que no conoces ni te importa conocer. ¿No?
Querías que te obedeciera, que fuera tuya como si una mujer fuese algo que se puede poseer y disponer de ella en cualquier momento; pero no soy un mueble y tú lo sabes. Porque si te amé fue a fuerza de mi voluntad y no porque tus estúpidos celos me convencieran de que tus ojos llenos de fuego y rabia emanaban un poco de cariño. Lavé mis penas pintando tus chingaderas, les di sentido y color, así no se verían como ese pastel de sobras que solías llamar amor.
Espero que la gente las mire, espero que algún día todo mundo entienda que no vale la pena llorar por alguien tan idiota como tú; crees que el mundo debería girar a tu alrededor, como si fueras el centro del Universo, el Sol o el mismo maldito dios que nos puso en este mundo para sufrir. Pero no nos engañas de nuevo, todas las que nos hemos creído que detrás de ese rostro de niño bonito se esconde una buena persona, sabemos que eres alguien incapaz de amar a otro individuo que no sea así mismo. Pero no te preocupes, sí eres único. No hay otro como tú, nadie puede ser tan pendejo y estar vivo al mismo tiempo. En serio, felicidades, porque nunca me habría tragado un cuento como el tuyo.
Me chingaste, pero incluso dentro de toda esta destrucción he estado dentro de una fiesta llena de colores que ni tú ni nadie me va a poder quitar jamás. Ojalá que todo lo que te pase en esta perra vida sea totalmente bueno, porque sé que no sabrías lidiar con el dolor de que una persona olvidase tu pinche nombre, nunca lo has sentido, llevas tanto tiempo siendo adorado que si alguien decidiera odiarte te desmoronarías al no saber que hacer. Por todo eso te deseo buena suerte.
La artista encargada de estas sarcásticas ilustraciones es Roxana Ramos García, a quien todos conocen como Taquitojocoque desde hace algunos años. En su obra plantea humor, amor y desamor, ya que proviene de un lugar en el que los feminicidios y las injusticias en contra de las mujeres son una constante. Por esa razón Taquito trata de que su trabajo sea empático con la adversidad. A través de fotos, instalaciones, ropa y diseños únicos Taquitojocoque se expresa y plasma sus dudas, inquietudes, molestias y opiniones en contra de lo que daña a la sociedad.
Como dato curioso, el nombre de Taquitojocoque resultó de la pasión que Roxana tiene por la cultura mexicana y de un momento espontáneo, pues justo cuando lo eligió ella estaba comiendo jocoque.
Esta vez la artista creó un par de diseños para conmemorar el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. En ambos hay una clara influencia de dos mujeres a las que admira: Madeleine Albright, la primera en convertirse en Secretaria de Estado de Estados Unidos después de ser embajadora de la ONU y Nina Simone, reconocida y talentosa cantante.
Las frases que cita son «Hay un lugar en el infierno reservado para las mujeres que no ayudan a otras mujeres» de Abright y «Te diré lo que la libertad significa para mí: no tener miedo» de Simone. Estas increíbles camisetas están a la venta en ropavejero.biz, así que si quieres llevar el orgullo y la libertad contigo para conmemorar el 8 de marzo, entra a su página y empápate del sarcasmo y talento de una mexicana cansada de los estereotipos.
«Ambas frases me marcaron. Son de mujeres que admiro […] Son de esas frases que lees y dan energía sin importar qué momento esté pasando cada una».
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Agradecimientos especiales a Roxana Ramos por la entrevista que le concedió a Cultura Colectiva.
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