No cabe duda de que la moral y lo que muchos conocen como “buenas costumbres” no nos han hecho mejores personas, sino individuos más estúpidos e incapaces de darse cuenta que sus pensamientos decimonónicos los están llevando a privarse de todo placer y del posible éxtasis al que podrían llegar sólo con frotar sus cuerpos y entregarse por un momento a todo eso que la sociedad describe como lo oculto y lo indebido.
Detrás de toda corrección social se esconde una perversión que no ha podido salir a flote. Todo mundo sueña y fantasea con algo que a veces le es complicado aceptar, pensamos –desde una perspectiva muy torpe– que el mundo no está preparado para conocer todo lo que –al menos en nuestra mente– se configura como la fuente indiscutible del placer humano. Es como si de verdad creyéramos en esa patraña conservadora y ridícula de que el sexo sólo sirve para reproducirnos o que las caricias son producidas por un ente demoníaco que se apodera de nuestro cuerpo en los “momentos menos oportunos”.
Si es que existe algo parecido a un dios o a una fuerza creadora de todo el universo, es posible que ahora mismo esté lamentándose de haber creado a los humanos con un razonamiento tan corto; pues si es que este ser supremo nos dio la posibilidad del placer, éste no tendría por qué ser visto como algo sucio o indebido, sino todo lo contrario. Tal y como ocurre en las ilustraciones de Xavier Schipani, es preciso que nos despojemos de todo lo que nos estorba, incluso si esto tiene que ser el rostro en cuanto muestra una mueca de inseguridad. Absolutamente todo lo que nos estorba debe irse cuanto antes.
Ya sean hombres o mujeres, los protagonistas de estas imágenes nos enseñan que si existe un camino hacia la gloria, éste está libre de tabúes y prejuicios. La heterosexualidad o la homosexualidad son sólo etiquetas, somos seres humanos buscando placer, así que da lo mismo si no hay reproducción de por medio, si a través de una caricia se puede hacer que otra persona sienta toda la felicidad del mundo, entonces dejar de lado todas las condiciones impuestas por la sociedad valdrá la pena.
Sólo así, el sexo deja su carácter biológico y pasa a ser arte. Un objeto de deseo al que todos aspiramos por lo menos una vez en nuestras vidas, no importa si estamos solos o acompañados; si llevamos tanto tiempo queriendo sonreír y gozar hasta un punto indescriptible, saber que ello es posible con algo tan sencillo como quitarse la ropa es la mejor de las noticias que podamos recibir en toda nuestra vida.
Gracias a artistas como Schipani podemos mandar al diablo todo lo que nos enseñaron para preservar una buena imagen ante personas que no nos importan en lo más mínimo. Si ellos no pretenden encontrar en sus cuerpos un placer completamente natural y humano, ese es su problema. Por otra parte, sólo aquellos que estén dispuestos a abandonar todo aquello en lo que alguna vez creyeron podrán llegar al paraíso.
*
Si quieres conocer más acerca del trabajo de Xavier Schipani, puedes visitar su Instagram donde encontrarás más ilustraciones como éstas.