Con este mensaje, él se atrevió a confesarle lo que sentía sin inhibiciones ni prejuicios. Sí, tal vez ya habían terminado la relación medio año atrás, pero durante ese lapso él no podía dejar de pensarla, sentirla y extrañarla. La necesitaba más que nunca, quería tenerla entre sus brazos y besarla hasta hacerla gemir de placer en medio de mariposas que revoloteaban alocadamente en su estómago.
¡Cómo no extrañarla si es maravillosa! Sus ojos color verde, la melena revuelta, su cintura pequeña y ese par de pómulos rosados eran la perfecta definición de belleza, al menos para él. La necesitaba ver de nueva cuenta enfundada en las ropas de fiesta, encendiendo luces de bengala por las noches en medio de un bosque frío o sonrojándose por un piropo picante que él había esbozado. En verdad necesitaba volver a sentir esa tensión sexual que había entre los dos y que él calmaba tomando su mano y acercado su pequeña cabeza contra el inquieto pecho masculino, como si el mundo desapareciera por instantes para fundirse en sus mentes.
Él sólo quería estar con ella nuevamente y besarla tiernamente mientras el mundo colapsaba. ¿Qué importaba? Al final, lo más significativo era que estarían juntos, unidos en un sólo cuerpo como antes cuando se abrazaban en medio de la ciudad, cuando él le robaba un beso inesperado… como todas esas veces en las que ella jugueteaba tanto con su lengua que ocurrían bochornos incómodos, mejillas rojizas y sudor en la frente, lo cual mutaba hasta convertirse en una sesión ardiente de besos y caricias que más que pasionales y eróticas, se podrían considerar románticas y hermosas.
Así, desnudos en la tina de un hotel de paso, enredados en la cama de su viejo y solitario departamento, abrazados en el lecho de la mujer más bella y ahogados en la pasión vaporosa de un baño, él y ella disfrutaban de un sentimiento único, tan lleno de lujuria, amor, caricias, besos y pasión que cualquiera que los viera, tendría un orgasmo tan intenso, tan largo y tan único que ellos se sentirían orgullosos. Piernas, genitales, sudor, aromas diversos… todo ello formaba parte de su imaginario como amantes, mismo que fue haciéndose mucho más amplio en cada sesión.
El amor era maravilloso en compañía del otro, pero al mismo tiempo fue tormentoso puesto que luego de meses de no estar juntos, se ha convertido en una necesidad, en un deseo y en una petición, tal cual sucede en las ilustraciones de Kwon A, dibujante coreano que en su creaciones plasma este mismo sentimiento, aunado a la melancolía, al amor y al entusiasmo que se combina con su talento que va entre dos tonalidades principales: un azul marino y un rosado que empatan perfecto aludiendo a la dualidad del amor, es decir, no todo es color de rosa, pero tampoco tiene por qué ser oscuro.
Cada una de las imágenes que se muestran en las redes sociales de Kwon A es una invitación al amor y a la felicidad; así como al goce que sólo las parejas pueden proveer y brindarse entre sí. El amor que transmiten cada una de ellas es el mismo que el ilustrador ha sentido alguna vez, así como el que él sentía por ella y ella por él. Kwon A plasma su vida y sus vivencias del mismo modo que le van ocurriendo, es decir, con soltura, naturalidad y sorpresa. Por ello, es normal ver a la chica cuidar de su amado, al muchacho bailar con ella o a ambos posando felices para una foto en medio de un parque. Son sólo muestras de cariño verdadero.
De este modo, el sentimiento de amor, pasión y locura se pueden ver reflejados en sus trazos, los cuales han hecho que su cuenta en Instagram tenga más de 54 mil seguidores, de los cuales, al menos la mitad —en realidad muchos más— se sientan identificados con cada una de sus líneas. Por otra parte, son una definición muy clara de lo que es capaz de hacer un corazón enamorado, uno que se emociona con cada detalle, con cada momento y sobretodo, con cada vivencia. Esa es precisamente la idea que tiene Kwon A al dibujar. Ni más ni menos.
Y con estas ilustraciones como testigo del amor, el amante le escribió ese mensaje pensando en que quizá la vida le ha jugado malas pasadas, pero jamás lo suficiente como para dejar de amarla o apartar todo eso que su pecho estaba a punto de reventar. Los recuerdos que se mantienen frescos en la memoria y claro, en el corazón. Aún con todo en contra, sin tener contacto uno con el otro, sin saber qué ha pasado entre sí, él la echa de menos y se atrevió a decirlo, incluso, le deseó una linda semana.
Conoce más del trabajo de Kwon A a través de su cuenta de Instagram y su página web. Sus viñetas están repletas de amor, añoranza, cariño y mucho romance, porque para él –como para cualquiera de nosotros– sin amor no hay nada.