Cuando supimos de la invasión pirata a “Plastic Beach” pensamos que los días de Gorillaz estaban contados, pasaron seis años sin que supiéramos algo de Murdoc, 2-D, Noodle o Russell. Seis años de silencio hasta que este jueves nos sorprendieron con el lanzamiento de su nuevo sencillo “Hallelujah Money” y respecto a este nuevo material el bajista de la banda comentó:
“En estos tiempos obscuros todos necesitamos a alguien a quién admirar. A mí. Es por eso que les entrego esta nueva canción de Gorillaz, un rayo de verdad en una noche obscura. De nada. Ahora adiós. Ese nuevo disco no se va a escribir solo”.
Pero nada acerca de “Plastic Beach” ni de lo que pasó a partir de los desafortunados eventos que tuvieron lugar en la isla. Afortunadamente para los curiosos Jamie Hewlett, historietista y diseñador británico, ha estado retratando la vida de cada uno de los integrantes. Él recopiló cada historia en pequeños libros digitales para que dejemos de especular sobre del lapso durante el que los músicos se desconectaron de sus fans, para dedicarse a asuntos un tanto más serios: sus propias vidas.
En las ilustraciones de Hewlett podemos ver a estos artistas de la música un poco más maduros, sobre todo a Noodle, quien se integró a la banda cuando apenas tenía diez años. Ahora, con 26 años, esta chica japonesa que gusta transportarse vía FedEx acaba de salvar al mundo de un demonio humanoide llamado Mazuu, el cual ella misma liberó al abrir una ostra sospechosamente grande.
Después de arrancarle la cabeza al demonio y escapar de sus furiosos guardias sumo, Noodle supo que no podía seguir en Japón así que decidió viajar a donde Murdoc para establecerse allá (obviamente viajó por paquetería).
Sobre Russel sólo podemos decir que sus problemas con la tiroides le han ganado bastantes aventuras, pues mientras se encontraba sumergido en las tibias aguas de Japón fue confundido con una ballena y recibió tantos arponazos como para morir en ese momento. Afortunadamente sólo fue trasladado a
Pionyang, Corea del Norte, donde fue exhibido como un Gulliver de la vida moderna y posteriormente como Pulgasari o el Godzilla norcoreano.
Gracias a la poca comida que recibió durante su encierro, el gigantesco Russel volvió a su tamaño natural y fue liberado por el Glorioso Líder de Pionyang. De inmediato Murdoc pidió que lo transportaran a su hogar.
Como siempre, el líder de la agrupación ha sido el más polémico y su historia después de “Plastic Beach” no fue la excepción. Ante la inminente ocupación pirata Murdoc decidió que lo más prudente era abandonar la isla y comenzar una nueva vida en Inglaterra.
Acompañado de algunas armas y un robot, Noodle tomó un submarino y comenzó el viaje rumbo a su nueva vida; al no hablar, comer ni oler nada, el robot era el compañero perfecto para el bajista. Casi podía ver su libertad hasta que fue capturado por el personal del acorazado Ringo, propiedad de las industrias EMI, mientras estaba orinando en medio del mar.
Esperó encerrado en las mazmorras Abbey Road situadas justo debajo de los estudios con el mismo nombre, hasta que alguien llegó a proponerle un trato: a cambio de su libertad y una cajetilla de cigarrillos Lucky Lungs, Murdoc tendría que escribir un nuevo álbum de Gorillaz. Él aceptó el acuerdo e inmediatamente se mudó a su nueva casa estudio para reunir a la banda y comenzar a trabajar. Ya tenía a Russel y a Noodle, pero ¿y 2-D?
Después de la invasión el vocalista de la banda decidió recluirse en sus cuarteles submarinos, donde se hizo de un nuevo enemigo: una gran ballena blanca llamada Massive Dick (nada que ver con Moby). Este monstruo marino se comió al músico de un bocado.
Tras una vida de comer basura oceánica y finalmente deglutir a 2-D, Massive murió y encalló en una playa aparentemente desierta donde el músico de cabello azul aprovechó el cadáver de su antiguo anfitrión para no morir de hambre. Un buen día observó que un avión surcaba el cielo y decidió seguirlo, 23 minutos después estaba en medio de una gran fiesta en la costa mexicana de Guadalupe, a la cual se unió de inmediato e incluso obtuvo el tercer lugar en el concurso de camisetas mojadas.
Con el dinero del premio 2-D decidió volar a casa después de pasar un tiempo meditando sobre sí mismo. En el aeropuerto lo esperó un hombre que lo llevó a West London para reunirse con el resto de la banda. Gorillaz estaba de vuelta.
Gracias al trabajo de Hewlett los fans de Gorillaz hemos estado al tanto de la vida de los miembros de la banda, quienes constantemente comparten fragmentos de su día a día en Instagram. La capacidad que tienen Jamie Hewlett y Damon Albarn para atraparnos con las historias de esta gran agrupación nos demuestra que no sólo son unos genios de la música, sino que su arte se extiende con una creatividad inalcanzable.
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